lunes, 20 de abril de 2009

El valor de la vida de un soldado

Tenía razón Kuro cuando relataba cómo el ejército soviético dotaba a sus soldados de un fusil para cada dos, de modo que cogieran el fusil del primero que cayese. Esto aparecía en "Enemigo a las puertas", película muy fiable dcumentalmente, y me olvidé de comentarlo pese a ser uno de los hechos más estremecedores del fim. Y ya es curioso, porque en otra entrada iba a comentar sobre algunas películas bélicas cuyos inicios me impactaron, y es precisamente "Salvar al soldado Ryan" una de ellas: las escenas del desembarco en Normandía son de un verismo aterrador, esas ráfagas de ametralladora son casi reales, esos instantes en que caía la plancha de la lancha de desembarco y sabías que tenías un 90 % de posibilidades de morir son autentícamente escalofriantes, esos cuerpos destrozados por los obuses... Pero es que Kuro toca una cuestión relevante, que es el valor de la vida del soldado. Los soviéticos no dudaban en ganar batalals por cuestión numérica, independientemente del número de bajas, que al alto mando le traía sin cuidado. Hitler no dudó en sacrificar su VI Ejército, la joya de la corona, en Stalingrado, simplemente para tomar la ciudad que llevaba el nombre de su fiero antagonista: el resultado fue la muerte y apresamiento de cientos de miles de soldados, por no hablar de los civiles. Y, por último, los aliados mandaron al matadero a miles de soldados norteamericanos para poner el pie en Normandía e iniciar el desembarco: dicen que la esperanza de vida de cada soldado se cifraba en minutos. El fin justifica los medios para el alto mando militar.
Tal vez el ejemplo mejor y más radical de cómo se puede utilizar la vida de los soldados es la legendaria "Senderos de Gloria" de Stanley Kubrick, película prohibida en Francia hasta la década de los 80. En ella, durante la guerra de trincheras de la I Guerra Mundial, un general francés manda a un regimiento a una misión suicida para poder colgarse una medalla. Esta película se sustenta en un episodio histórico e ignominioso, y puedo afirmar que contiene una de las escenas más meorables e impactantes del cine bélico, esa que reproduce la foto: Kirk Douglas avanzando por la trinchera, con un fondo de música de tambores, mientras la niebla causada por la artillería se va haciendo cada vez más densa, hasta oscurecer la imagen: genial, magistral, insuperable, legendaria.
Podríamos poner cientos de ejemplos para seguir demostrando la tesis... y no quiero entrar en el tema del Yak 42, pero también demuestra que una ceremonia solemne con los jerifaltes es más impostante que la constatación de la identidad de los cadáveres de los soldados. Ahí se demuestra lo que vale la vida de un soldado: nada. Justificar a ambos lados

2 comentarios:

pedro dijo...

Hace un par de años me compre Stalingrado, de Antony Beevor. Como la mayor parte de estos libros, esta lleno de pormenores estratégicos y tácticos, de detalles sobre maniobras diplomáticas, políticas y militares, de datos, cifras y estadísticas, que terminan resultando pesados para los lectores. La primera conclusion que saque nada mas empezar a leerlo fue el derroche de recursos humanos practicado por el Ejército Rojo. La tactica de Stalin era muy sencilla: si los alemanes tienen dos millones de proyectiles yo tengo 3 millones de rusos, en consecuencia y mientras me rearmo, sus recursos se agotaran antes que los mios.
Este mediodia lo he vuelto a ojear solo para ver algun que otro dato: la derrota de Stalingrado supuso para el Eje la pérdida de medio millón de hombres; la URSS, por su parte, sufrió al menos el doble de bajas en esta batalla, sin contar la población civil. Mas de 13.000 miembros del Ejército Rojo fueron ejecutados por cobardía, deserción, colaboracionismo u otros delitos. Finalmente la Unión Soviética, tuvo mas de 26 millones de muertos, más de cinco veces el total de muertos alemanes en la guerra.
Se me ocurren mas reflexiones sobre el poco valor de la vida de un soldado. La penultima podria ser el uso de los niños en las guerras, en esto Africa parece que va adelantada pero solo es una consecuencia de las guerras occidentales en los siglos pasados.

Anónimo dijo...

Senderos de Gloria estuvo prohibida en España concretamente hasta 1986, a pesar de que la censura estaba abolida desde finales de los 70.