sábado, 31 de enero de 2009

Cuando mi padre supo que no iba a misa

Tenía catorce años, y hacía un par de ellos que no iba a misa (lo cual era obligatorio pese a que solo mi padre asistía a la iglesia); la estratagema era decir que iba el sábado por la tarde para no tener que ir el domingo por la mañana. Funcionó durante un tiempo, pero nunca la dicha es eterna.
Un sábado estaba yo en la cocina cuando llegó mi padre. Se sentó a mi lado, y percibí que algo iba mal. Estaba serio y ceñudo. Y entonces empezó el interrogatorio: Javier Otero se convirtió en Papá Polígrafo.
Papá Polígrafo: "¿Fuiste hoy a misa?
Yo: "Sí"
Empezó a temblarme la pierna.
Papá Polígrafo: "¿Quién dio la misa?"
Yo: "Lequetura"
"Lequetura" era el sobrenombre de un cura de la parroquia de San Pedro, ya que enfatizaba en exceso el grupo -ct-, añadiéndole una "e" entre ambas consonantes, lo cual se puede considerar una epéntesis (qué pedantón me he levantado hoy). Siempre empezaba así: "Lequetura del Santo Evangelio según San ...". ¡Bien! La respuesta fue correcta.
Papá Polígrafo: "¿De qué habló en la homilía?"
¿Cómo? ¿Pero es que alguien atendía durante la homilía? ¿Qué podía decir?
Yo: "No sé..."
Aceptó la respuesta, seguramente al ser consciente de que él tampoco atendía en las homilías. Me iba salvando.
Papá Polígrafo: "¿Y pidieron?"
Se refería a si habían sacado el cepillo para financiar alguna obra en la parroquia. Me la jgué.
Yo: "No"
Craso error. La respuesta era "Sí". Llevaban más de un mes recaudando para la calefaccion, pero yo eso lo ignoraba, claro.
Se produjo un tenso silencio que aproveché para huir a lka salita y fingir que estudiaba matemáticas. Oí sus pasos detrás. Me giré. estaba pálido de ira. Muy, muy cabreado. Estas fueron sus palabras:
Papá Polígrafo: "¡A ti te voy a aplicar yo un 3-3-4!"
Se fue a su habitación. No sé qué significaba para él, alma de futbolista al fin y al cabo, esa táctica futbolística, pero seguro que era algo muy, muy chungo. No le culpo: imagino que yo, como benjamín de la familia, era su última esperanza de que algún hijo le saliera medianamente religioso, y fui a salir exactamente todo lo contrario.
Por la noche mi madre vino a mediar para que fuera con mi padre a misa al día siguiente. Bufé, e incluso le dije a mi madre que fuera ella también, ya puestos, pero ella afirmó que no iba porque estaba enfadada con la Iglesia, extraño argumento, vive Dios. Yo también lo estoy, argumenté, y desde siempre. Pero fue inútil.
Al día siguiente fui a misa con papá. Fui bueno: hasta fingí que rezaba. Al acabar la misa, salí de la iglesia de San Pedro de Ponferrada (la de la foto), horrenda imitación en ladrillo de una catedral gótica, sin mirar atrás. Fue la última vez que fui obligado a la iglesia. Me sentí libre, tan libre como Papillón.
Sin embargo, rompiendo una lanza por mi padre, debo decir que en temas religiosos siempre ha sido coherente: por ejemplo, a él no le hubiera gustado que mis hijos hicieran la comunión, sabiendo que no soy creyente, ni que me hubiera casado por la iglesia, por poner otro ejemplo. Eso es coherencia, que es algo de lo que casi todo el mundo carece cuando hablamos de bautizos, bodas, etcétera, etcétera. Nos entendemos, ¿no?

(A mi padre, que después de todo no me aplicó el 3-3-4)

De himnos, niños y no tan niños

Cuando Vitu, mi cuñada, residente en Puerto Escondido, Oaxaca, México, nos contó que un día a la semana los niños mexicanos besan la bandera y cantan el himno no pude evitar comparar la realidad americana, exaltadora de himnos y banderas, frente a la llamada "Madre Patria", donde todos sabemos qué pasa con las banderas y los himnos.
Curioseé sobre las letras de los himnos de Hispanoamérica, y hallé... bueno, estos son unos pocos fragmentos que hallé en unos minutos:

México: "Mexicanos, al grito de guerra /el acero aprestad y el bridón(?)"
"¡Guerra, guerra! Los patrios pendones / en las olas de sangre empapad"

Colombia: "¡Oh, gloria inmarcesible! / ¡Oh, júbilo inmortal!"
"La Patria así se forma Termópilas brotando / constelación de cíclopes su noche iluminó"

Honduras: "Cuando erguiste la pálida frente / en la viva ansiedad de tu anhelo / bajo el dombo (?) gentil de tu cielo / ya flotaba un extraño pendón"

Lo importante, lo destacable para mí no es la retórica de los himnos en sí, es decir, su adicción al héroe, la sangre, la guerra, a las palabras rimbombantes, a su obsesión por los pendones, por la dislocación de la frase o hipérbaton, a esas rápidas transiciones de los "oh" melancólicos a llamar al pueblo al degüello; lo destacable no es que fueran todos escritos por una mutación de Pemán y Rubén Darío, sino ... ¿qué es lo que entienden los niños (y casi todos los mayores) de los himnos que cantan?
Por mi experiencia, las interpretaciones de los niños de himnos o cantos heroicos suelen dar simpáticos resultados. Lo sé porque la casa de verano de mis padres está situada frente a un albergue juvenil que fue durante casi tres décadas el Campamento Paco Leis de la O.J.E. Por lo tanto, todos los veranos a las nueve los altavoces lanzaban al viento los himnos y cánticos de la Falange, que comparten la retórica parda de toda canción épica. En el "Cara al sol", por ejemplo, la frase "impasible el ademán" se convertía indefectiblemente en "imposible el alemán", claro, esa lengua con tantas consonantes y declinaciones; en "Montañas nevadas", las "exigencias de mi honor" se convertían, lógicamente, en "exigencias de mi olor", ya que un campamentero de doce años estaba más habituado a lo segundo que a lo primero; la canción "Si madrugan los arqueros Dios ayuda a los arqueros" pasaba a ser "Si madrugan los arqueros, desayunan los arqueros", cambio lógico, pues a quien madruga Dios le ayuda a desayunar competentemente.

En fin, que los niños deberían esperar a ser mayores para cantar los himnos y comprenderlos, igual que pasaba con el catecismo o con las canciones de misa, pero esto irá en otra entrada del blog.
Además, si alguien tenía dudas sobre si el himno de España debería tener letra, creo que tengo un argumento demoledor para apoyar su ausencia: ganamos la Eurocopa sin letra cuando creíamos que lo que hacía grandes a las demás selecciones era cantar sus himnos a voz en grito. La afición española coreó la marcha de granaderos como se debe corear una marcha de granaderos: chunda-chunda-tachunda-chunda-chunda... Prefiero eso a los trémulos pendones cuya asta enhiesta se encamina a los piélagos que rielan al céfiro bajo el zarco domo celestial. Toma ya. En fin, que hay que desdramatizar las patrias, las banderas, los himnos, tanto de los países como de los clubes de fútbol, como de los partidos. Esa exaltación por unos metros cuadrados de paño, por unos minutos de música no han traído más que desgracias a este mundo.

viernes, 30 de enero de 2009

Canciones de misa

Muchas veces comento a mis conocidos (es una historia que he repetido tanto...) la perplejidad que me causaba de niño la canción de misa "Qué alegría cuando me dijeron...". Todo era inexplicable para mí, lo cual demuestra dos cosas: o que yo era burro, que es posible; o que las letras de este tipo de canciones, como las de los himnos antes comentados, no están destinados a infantes. Como el catecismo, vaya, que había que aprender de cabo a rabo y responder sobre, por ejemplo, la concupiscencia (¿Qué demonios era eso?), la gracia santificante (¿reír hasta hacerte santo?) y otras cosas muy sospechosas.
La susodicha canción decía en una de sus partes:
"Qué alegría cuando me dijeron / vamos a la Casa del Señor"
Hasta ahí todo iba bien, pero luego llegaba el desconcierto:
"Ya están pisando nuestros pies / sus umbrales, Jerusalén"
De esta primera parte deducía yo que alguien nos estaba pisando los pies (y al parecer era motivo de gozo), y de la segunda, según mi versión, que un tal "Susumbrales" nos los pisaba, y yo ignoraba si Jerusalén era su apellido, o si solo lo ponían por rimar. Pero la cosa iba a peor:
"Jerusalén está fundada / como ciudad bien compactá (sic)"
Yo me imaginaba Jerusalén como una especie de cubo, algo sin ventanas ni puertas... no obstante lo más raro estaba por llegar:
"Allá suben las tribus"
¿Tribus? ¿Apaches, comanches, mescaleros, hurones? ¿Qué carajo pintaban los indios en Jerusalén? ¿Era John Wayne el tal "Susumbrales"? El colofón no me lo aclaraba más, la verdad:
"Las tribus del Señor"
Bien, si Cochise, Gerónimo, Toro Sentado y compañía hacían tan buenas migas con Dios, ¿cómo era que los vaqueros les daban siempre para el pelo? Dios era un extraño amigo, a decir verdad.

Otra canción era el paradigma de la ñoñería, incluso para un niño: "Miles de ermitas pequeñitas / cobijan tu imagen, Señora..."

Pero la más turbadora (no, no es un juego malicioso de palabras) era la siguiente: "El Señor hizo en mí maravillas/ gloria al Señor". Bueno, bueno... Al cantarla debería especificarse que Señor va en mayúscula, porque si no suena a folletín de telenovela ambientado en la España de principios de siglo XX, en que el cabeza de familia se beneficia a la pobre fámula pueblerina, quien, no obstante, se muestra bastante agradecida.

(Cuando pienso que en las iglesias norteamericanas cantan "Amazing Grace", me dan ganas de gritar: comparadla con la ermitas pequeñitas, las tribus y las maravillas del Señor...)

Por otro lado, me he enterado de que ahora se canta en misa una versión cristianizada de "Hallelujah", de Leonard Cohen; esto no es nuevo, pues también se cantaban versiones de Simon & Garfunkel ("The sounds of silence", creo recordar). Lo más simpático es que "Hallelujah", que es un precioso canto al amor profano y a la música, fue compuesta por un judío canadiense. Y no es lícito aprovecharse de aquellos a los que rechazas o excomulgas.

Resumiendo: el mundo de las canciones es tan extenso, tan inabarcable, que podríamos estar años hablando sobre ellas. En una próxima entrada hablaré sobre las canciones que desearía para mi entierro.
(A Joel Simkin, otro judío canadiense)


Justificar a ambos lados

jueves, 29 de enero de 2009

Lulu.com ¡es magia!

Ayer entré en Lulu.com, que es una página que te posibilita publicar tus obras gratis. Elegí mi novela "El Arlequín", ya que le tengo un cariño proporcionalmente inverso al que los editores han tenido con ella, y trata de temas y ambientes que conozco muy bien: la costa de las Rías Baixas y la sociología peculiar del contrabando en estos lugares, un cáncer que ha hecho metástasis en toda institución y toda vida privada. Es una novela de misterio, mezcla de novela negra y bizantina, es decir, con descubrimientos sorprendentes, aparte de ser un canto de amor a esa costa en que tantas cosas he vivido.
Volviendo a Lulu.com, lo mágico fue que al cabo de media hora de entrar en la página, ya tenía publicado el libro, y ya está a disposición de quien quiera adquirirlo. la magia existe, sí, ya lo decía Harry Potter. La única pena fue que no pude incluir en la portada el cuadro "Hay una puerta abierta" de Yoshiro Tachibana, que es también, de alguna manera, protagonista en la novela. Ese cuadro lo podréis ver en mi entrada del año pasado sobre Yoshiro Tachibana (8/3/2008). Lo reconoceréis porque aparece un arlequín (de ahí el título).

En fin, estoy esperando impaciente a que me manden mi copia, y ya os contaré. Desde luego que es una oportunidad de oro para que aquellos que no consiguen publicar puedan ver que sus sueños se hacen realidad... y la publicación te sale gratis, y pones tú el precio del libro. ¡Viva Internet!

Ah, el disco de Animal Collective de genial no tiene nada. Tendré que regalárselo a alguien. Es que no aprendo.

Otra cosa: viendo cómo escribís y las interesantísimas cosas que contáis los que acudís a este blog, creo que deberíais ser vosotros quienes hicierais el blog, y no yo. Me quito el sombrero. Intentaré mejorar para estar a la altura de las circunstancias.

Última cosa: Ha muerto John Updike, pero he prometido no decir lo que pienso de su obra, ni de la de Richard Ford ni de la de Ethan Canin o David Leavitt, porque no quiero empezar a despotricar sobre esa especie de tediosa épica de los barrios residenciales que han querido crear y exportar (y desgraciadamente lo han conseguido, y la crítica europea ha picado). Lo dicho, esta vez estaré callado. Y lo hago porque mi compañero de trabajo, Jose, profe de inglés, me ha dicho que poseo una "maldad innata" cuando escribo. Quiero demostrarle así que soy "bueniño".

(A Jose, Maxi, María, Isabel, Ángela y Manolo, aunque este no pertenezca al seminario de inglés)

miércoles, 28 de enero de 2009

He encontrado una foto



Revolviendo entre papeles encontré una foto mía. El lugar es el castillo de Slane en Irlanda, y el tiempo es el mes de julio de 1984, durante un concierto en que actuaban UB40, Santana y Bob Dylan (abajo). La foto me la sacó mi amiga Olga, que vivía en Dublín por aquel entonces. Yo estaba allí porque mis padres me pagaron la estancia de un mes con una familia en un pueblo llamado Bray (en la foto de la derecha), cerca de Dublín. La familia consistía en John, el padre, un hombre grande y bonachón que trabajaba en la Guiness, por lo que muchas veces cenaba con esa extraña cerveza tibia; Clare, la madre, aficioanada a la cultura y ferviente creyente en la transmigración de las almas; Niall, el hijo pequeño, un chico de 17 años con pinta de artista, tímido, interesante, culto, muy majo; un hermano mayor cuyo nombre no recuerdo porque solo lo vi un día y me cayó casi tan mal como a su hermano Niall; y, por último, el perro, un bulldog llamado Winston, tal vez por su semejanza asombrosa con Churchill.


De todas las familias del barrio, esta era la más estrambótica: el jardín no era tal, sino un acopio de matojos; no había fotos de Juan Pablo II en las paredes; no existían horarios de comida; tampoco existían horarios de limpieza (Niall pasó la aspiradora una vez en cuarenta días), creo que ni siquiera de aseo personal (Niall se duchó una vez en cuarenta días). O sea, que no era la típica familia católica irlandesa de aquellos días, ni de lejos.


Lo más simpático que me sucedió en Irlanda no carece de humor negro. Un día de julio falleció la madre de John. Yo volvía de dar una vuelta por el pueblo cuando al regresar a la casa me encontré con un grupo de familiares en la cocina, entre los que destacaba poderosamente la hermana de John, una mujer de cuarenta y tantos, borracha como una cuba. Entré en la cocina, saludé... y de repente se me abalanzó la hermana de John con intenciones harto sensuales. Rápidamnete, John y otros dos lograron librarme de la hermana, la cual, al cabo de un rato, viéndome solo en la salita, volvió a intentarlo. Esta vez casi le ponen la zancadilla y le leen los derechos. Decidí salir de casa por si acaso, y recordé esos velatorios gallegos de los que hablaban los ancianos, en los que los asistentes acababan beodos y contando chistes sobre el muerto. También pensé en el modo de hablar irlandés, con múltiples circunloquios ("Yo no diría que no", "Hasta cierto punto podría ser posible"...), en la constante ironía de los comentarios en las conversaciones, o el carácetr esquivo a veces, o la pura retranca de la que hacen gala. No sé si será cierto que un héroe fundacional de Irlanda fue un hijo de Breogán llamado Iro, pero está claro que Irlanda y Galicia tienen rasgos muy similares.

Otra reflexión al hallar la foto fue que casi ni me acordaba de que yo era así. Y otra, la última, es que la última vez que vi a mi amiga Olga, hace más de diez años, estaba en un estado de deterioro terrible, una chica tan guapa y tan dulce de la que me había enamorado en Santiago durante un año sin ser correspondido, una persona buena hasta la médula que acabó en una vorágine de drogas, errores y decepciones que la llevaron a la práctica indigencia. No sé qué habrá sido de ella. A veces es mejor no encontrar fotos porque disparan los recuerdos como ningún otro objeto.

martes, 27 de enero de 2009

Guión bajo, Wyeth, Eggers

A la pregunta de un/a lector/a (es lo peor del blog: nunca sabes si hablas con hombres o mujeres, aunque algo te huelas, pero la gente es muy sibilina con sus alias) acerca de cómo se llama el guión bajo en inglés (_), creo (sin completa seguridad) que su nombre es "underscore". Pero lo mejor que puede hacer uno es no usarlo en su dirección electrónica, así te dejas de líos. Ah, y no he oído hablar de la relación del culo de las caballerías con las naves espaciales... pero suena fascinante.

Por cierto, me he olvidado de citar aquí la reciente muerte del gran pintor Andrew Wyeth, cuyo cuadro legendario "El mundo de Cristina" ya ha aparecido en este blog en la entrada "Volar" del año pasado. Desnudemos nuestras cabezas ante este hombre.

Otra cuestión. Estoy leyendo un libro interesantísimo (y durísimo) del norteamericano Dave Eggers cuyo título es "What is the What?", acerca de las vivencias de un niño sudanés que, después de unas experiencias brutalmente traumáticas en África acaba viviendo en los EE UU. No sé si está traducido al español, pero me resulta fascinante. No contaré nada más porque solo llevo 70 páginas, pero si sigue así seguiré informando.
Y me acabo de comprar el último disco de Animal Collective "Merriweather Post Pavillion"), cuya crítica ha sido espectacular; sin embargo, he cometido el error habitual: fiarme de las críticas y comprarlo a ciegas. Es que no aprendo...

(A Andrew Wyeth)

domingo, 25 de enero de 2009

S.O.S. no es un arroz y & es una letra

Me dirijo a mis amigos desde el blog por una emergencia: por favor, los que conocéis mi correo electrónico mandadme un mensajillo para que pueda recuperar vuestras direcciones, ya que al cambiar el ordenador me he quedado sin agenda. Estoy mandando un S.O.S., como decía The Police. Gracias. Por cierto, me imagino que sabéis que S.O.S. significa "Save Our Souls" (Salvad neustras almas), pero ¿sabe alguien por qué la llamada internacional de socorro previa a S.O.S. era "Mayday"? La respuesta, unas líneas más abajo.



En realidad, la llamada de socorro era una expresión en francés: "M'Aidez" (Ayudadme); pero los ingleses, que no se distinguen por su manejo de otras lenguas, lo pronunciaban "meidei", que es un homófono de "May Day"(Día de Mayo). Y así quedó.

Y ya puestos, ¿alguien sabe cómo se llama el signo gráfico anglosajón &? Pues se llama "ampersand", nombre raro que suena como a operación secreta de la Gestapo. La razón es curiosa. Este signo se consideraba como la última letra del abecedario antiguamente, por lo que cuando los niños ingleses lo recitaban, después de la "z" decían, para explicar el significado de esta letra: "...and 'per se' 'and'", lo cual significa que & es "and" "per se" (o sea, que & es "y" por sí misma, sin ayuda exterior: en esta época estudiaban latín en Gran Bretaña). Pues de esas últimas sílabas amalgamadas en el recitado infantil ("and per se and") surgió el "ampersand", que es como se denomina este signo que tanto hicieron por popularizar Simon y Garfunkel.
Algo parecido sucedió con las palabras que se entonaban antes de presignarse: "Por la señal de la Santa Cruz". Para muchos niños, ese rito pasó a llamarse "la porla".

A propósito del S.O.S., la porla y del ampersand: qué horror, qué tiempo hace.

jueves, 22 de enero de 2009

¿Puede Obama salvar el mundo?


No quiero ser cenizo, aunque es una parte constitutiva de mi personalidad. Es tal la euforia, tal el júbilo, que ya empiezo a temer la futura desilusión de todos los que ven a Obama como un mesías del devenir, más como un redentor que como un político. Y no creo que sea por falta de ganas de Obama de cambiar las cosas, sino por la infinidad de zancadillas que le van a poner los poderosísimos grupos de presión, por la campañas cruentas que lanzarán Fox News y otras (ya me lo estoy imaginando: "Obama fumó un porro en la universidad", "Aparece una hija de Obama, fruto de una relación adúltera con una pastora presbiteriana", "Se prueba la relación de Obama con el terrorismo islamista: antigua novia de Obama afirma que cuando le preguntó si algún día se casaría, él dijo: 'Hamash'", etcétera), por las mismas presiones que ejercerá el ala más conservadora de su propio partido, por la previsible campaña de acoso y derribo de los republicanos... etcétera. Obama se va a dar de bruces con una crisis mundial de una magnitud casi insólita, con todo lo que esto conlleva, y ojo con los paramilitares ultraderechistas, con toda la frustración y violencia que generarán bolsas de paro ingentes en las partes más conservadoras del país (es decir, el Medio-Oeste creacionista y el Profundo Sur ku-kux-klanero cuando se precisa). No, no va a ser un camino de rosas. Los cactus van a proliferar, y si no, al tiempo. Y la minoría negra empezará a notar que no cumple sus expectativas, y las críticas arreciarán... Es política-ficción, pero como si lo estuviera viendo.
Pienso que Obama debe despojarse de ese halo mesiánico que tanto sus votantes como el resto del mundo se han empeñado en darle. A veces me recuerda la canción "Heaven on their minds" de "Jesucristo Superstar", cuando Judas le dice a Jesús que le harán daño si piensan que ha mentido, y también que lo destrozarán si se pasa de la raya. Sí, definitivamente hay muchos paralelismos con "Jesucristo Superstar". En vez de cantar las multitudes "Hosanna Hey Sanna Sanna Sanna Hey" pegaría muy bien lo de "Obama Hey Bama Bama Bama Hey", y lo de "Obama Superstar" en vez de "Hosanna Superstar" queda lindísimo. Como ya he dicho, nada es peor que alimentar esperanzas desorbitadas en un mundo dominado por los intereses económicos. La cuestión es: ¿Quiénes serán su Anás y su Caifás? ¿Quién su Rey Herodes? ¿Quién se lavará las manos?

Platón, un ornitorrinco y los girasoles



Si alguien quiere leer un libro simpático e inteligente, no puedo dejar de recomendar "Platón y un ornitorrinco entran en un bar". Este libro es a la filosofía lo que fue "From lost to the river" para la lengua inglesa, es decir, una ocasión para sonreír o reír a carcajadas en momentos determinados. de vez en cuando conviene leer libros de este estilo, más que nada para olvidarse por unos instantes de la crisis, del calentamineto global, de las elecciones vascas o de Palestina. No hay como la frivolidad a veces.
Por otro lado, y radicalmente opuesta a la primera recomendación, por supuesto que os emplazo a leer "Los girasoles ciegos", sobre todo si habéis tenido la desdicha de ver la película. Sí, digo desdicha porque la distancia entre la obra original (dura, poética, conmovedora, poderosa) con la película (no tengo palabras para la actuación del cura protagonista, ni para los diálogos de este con su superior, ni para la actuación del yerno de Verdú y Cámara) se mide en años-luz. Tal vez de no haber leído la obra de Alberto Méndez, para mí una de las obras cumbre de la literatura española, y hablo muy en serio, mi juicio no sería tan duro. Solo puedo decir que por fortuna sale Maribel Verdú, que salva hasta lo insalvable. Y que Javier Cámara está mejor en comedias, porque vis trágica no le veo mucha. Bueno, quizás me he pasado un poco. Seguro que muchos de mis lectores estaréis en total desacuerdo... Pero mejor leed "Los girasoles ciegos", y luego compararemos.

martes, 20 de enero de 2009

Un regalo envenenado



Se me estropeó el ordenador, o sea que esta entrada puede estar un poco desfasada, vista la velocidad de las noticias. Pero ahí va.


"Timeo Danaos, et dona ferentes", es decir, "Temo a los griegos incluso cuando traen regalos", dijo el troyano Laoconte en La Eneida cuando vio el Caballo de Troya. Sabiendo estas referencias, no entiendo cómo Soraya Sáenz no vio al enemigo acechando en el artículo propuesto por el periódico de Pedro Jota. Si algo se puede achacar a Soraya Sáenz de Santamaría es una candidez asombrosa para alguien que transita los caminos llenos de asechanzas de la política. No soy la Sibila, no soy Casandra, pero lo que había pronosticado en la entrada del blog sobre Obama y J.M.A. se ha convertido en realidad, si bien una realidad mucho más virulenta de lo que yo me imaginaba.



El otro día en la tele vi un fragmento del tele-blog de Pedro Jota, que aprovechó el desliz de Soraya para concluir que la mujer no es apta para la política, dada su intrínseca frivolidad, y opuso a esta falla innata de la mujer la virilidad osuna del hombre, desastrado e inelegante por definición, pero político de casta, qué demonios (el mejor ejemplo, el úrsido trajeado de Mayor Oreja, por supuesto; no incidió Pedro Jota en su propia vanidad con sus espantosos tirantes y camisas a rayas, ni el los rayos UVA de Zaplana, ni en lo presumidos que son algunos políticos también). Pedro Jota debería tener cuidado al pontificar sobre cuestiones de esta índole, sobre todo al criticar con tal exuperancia, ¡ay, perdón! Quise decir "exuberancia". ¿En qué estaría pensando yo?


No fue eso todo: en esa cadena ultrareaccionaria llamada Intereconomía uno de los contertulios afirmaba sin ambajes que Soraya parecía una prostituta en las fotos del artículo.



Y yo, la verdad, es que siento lástima por Soraya. Lo de la revista Vogue de las ministras socialistas ha quedado en agua de borrajas comparado con el talante sensual de la política del PP. Soraya, con nombre de reina triste, una niña de colegio de monjas, condenada primero a la falda escocesa plisada y al jersey de pico, y después al uniforme de la mujer metida en política, el traje de chaqueta, de repente pudo ver a su alcance su fantasía cenicientesca: convertirse por un instante en una mujer sensual que acaba de llegar de un fiestón o, por el contrario, se prepara para un fiestón aun mejor.


De todo se extraen lecciones: no creo que nunca vuelva a hacer un reportaje artístico con El Mundo, ni con La Razón, ni con el ABC. A veces, o muy frecuentemente, el peor enemigo está en casa, o acechando tras el envoltorio precioso de un regalo irrechazable. "Timeo Danaos...". Qué listo era Virgilio.




(En memoria de Armando, un hombre irrepetible e irreemplazable al que todos echaremos de menos)


(En memoria también de Jorge, que se fue demasiado pronto de este mundo)

sábado, 17 de enero de 2009

Paseando por la ciudad

Paseando por la ciudad miré los carteles de las fachadas y los bajos. Mi conclusión fue la siguiente: hay más peluquerías que cabezas, y más clínicas dentales que dientes.
Fue sorteando en slalom zurullos caninos: mi conclusión fue que en España son los cerdos los que pasean a los perros.
Me paré en un escaparate de la tienda de un modisto de fama mundial: cuando vi los precios pensé en los pliegues temporales, en la inestabilidad de las coordenadas del espacio-tiempo. Mi conclusión fue que si aquel era el precio de un pañuelito, aquellas cifras no eran de este año, sino de 2223.
Me crucé con un grupo de adolescentes que, confiados en su número, insultaban a todos aquellos con los que se cruzaban. Pensé que sería perfecto mandarlos a hacer la mili durante tres años en Chafarinas con un sargento de los marines. ¡Señor, sí señor!
Un coche pasó delante de mis narices a 133 por hora por una calle del centro. Evidentemente, tenía prisa en matar o en morir. Doscientos metros más tarde acerté en la segunda hipótesis. Una farola de hierro forjado puede dar fe de ello.
Una moto arrancó haciendo un caballito. Después aceleró con ruido ensordecedor. Pude leer en la mente de los viandantes todos los modos de tortura, algunos que ni hubieran imaginado en Abu Ghraib o Guantánamo, ni la Stasi ni la DINA. Hizo otro caballito y la moto se le cayó encima. Todos aplaudimos, con lágrimas en los ojos.
Entré en un bar. Tres niños de unos cuatro o cinco años saltaban sobre las mesas emitiendo alaridos tribales, volcando consumiciones variadas. Sus padres los miraban emocionados, sentados en una mesa, fumando orgullosos. Pude ver en el camarero la luz que destelló en los ojos de Herodes. Yo, sin embargo, pensé en alguna referencia histórica o mitológica cuya labor fuera la aniquilación de padres omisos. No la encontré. Estas cosas no pasaban, se deduce. Salí del bar.
Inopinadamente me crucé con el antiguo cura de mi parroquia, don Urbano. Preferí pasar de largo, aunque después me arrepentí, pues mi deseo habría sido decirle: usted fue crucial en mi vida; gracias a usted vi la luz: supe que era imposible que todo lo que usted predicaba fuese cierto.
Seguí caminando y pisé una mierda de perro. Al menos dicen que trae buena suerte, me dije. Me arrimé al borde de la acera... y de repente me arrolló el mismo tipo de la moto que se había estampado minutos atrás haciendo caballitos. La última imagen que vi antes de morir fue: "2ªs Rebajas: Camiseta - 175 euros". Bueno, al menos había muerto en 2223, con 261 años de edad.

El exotismo de Obama, por J.M.A.


Nuestro nunca bien ponderado ex presidente, J.M.A., definió la elección de Obama como exótica, para después pasar rápidamente a augurar catástrofes financieras por culpa de ese exotismo, y de paso afirmar que Bush II ha sido un grandísimo presidente. He hablado tantas veces del ciudadano J.M.A. que temo hacerme pesado, pero no me puedo resisitir, la verdad. O sea que el propio partido republicano desdeña a Bush II en su inmensa mayoría... y el ciudadano J.M.A., poseedor de la verdad absoluta y relativa, les enmienda la plana y dice, como Chiquito, : ¡Nol!
Calificar, por otro lado, de exótico al primer hombre negro que llega a ser presidente de EEUU me parece muy barato para un hombre a cuyo lado la Comisión de Sabios de la ONU se queda en una ronda de trileros. Obvio que la negritud es más exótica que la blancura o la morenez de rayos UVA, claro, pero a veces a la lengua hay que ponerle un bocado, como a los caballos. Y cuando define a Bush II, conocido también como El Innombrable, como un grande vilipendiado por ígnaros, creo que piensa en sí mismo, saliendo del poder por la puerta de atrás. Es que ya lo decía el mayor experto en poder de la historia, el inefable Giulio Andreotti: Lo peor del poder es no tenerlo.
Lo peor, además de esto, no es que el ciudadano J.M.A. se salga del tiesto con tanta frecuencia, y atente tantas veces contra las directrices del gobierno de su país (un acto de deslealtad constitucional sin parangón en nuestra joven democracia, viniendo de un jubilado con pensión vitalicia). Lo peor, con diferencia, es que se cree simpático y ocurrente, cuando sus chistes, pronunciados bajo ese bigote inquietante que cubre un labio semileporino, provocan sudores fríos; lo peor es que se cree un Leonardo de hoy en día, experto en ecología, economía, enología, dirección de tráfico y sexación de pollos si hace falta. Lo peor es que el ciudadano J.M.A. ¡se cree sexy! Pronto lo veremos en el anuncio de Nespresso, relevando a George Clooney. Si no, al tiempo. Aunque para sexy, Soraya en el artículo del fin de semana. Pobre niña, no sabe lo que le espera por parte de Pedro Jota y Losantos, que no la tragan. Hasta Pepiño Blanco se apiadó de ella.

(A Vitu, Joel y Dudi, que quizá me estén leyendo en Puerto Escondido)

jueves, 15 de enero de 2009

¿Qué fue de...?

¿Qué fue del Capitán Tan, del tío Aquiles y Valentina? ¿Qué gordito tuvo el privilegio de acercarse a Locomotoro? ¿Qué fue de los actores de La Casa del Reloj? ¿Qué reservó el destino a los hermanos Malasombra, más malos que la quina? ¿Adónde se ha ido la canción "Juanito el Esquimal"? ¿Es cierto que secuestraron a Poquito?
¿Qué fue de Colotordoc, de la Gata Loca, de Pier Nodoyuna, del puñetero Piolín, del gilipollas del Correcaminos, de Lindo Pulgoso, Penélope Glamour, Tiroloco McGrow, de los Thunderbirds y el Capitán Escarlata, de los horribles dibujos del este de Europa que acababan en Koniec?
¿Adónde se han ido Víctor y Diego, Pedro Ruy Blas, los dos bailarines negros del ballet Zoom, adónde Bob Niko? ¿Qué fue de los Gutiérrez Caba, qué fue de Patxi Andión, con su rastro y su maestro anarquista, qué de Bruno Lomas, Tony Ronald, La Pocha y La Terremoto?
¿Qué fue de James Franciscus, de Doug McClure, qué fue de la pelliza de McCloud, de las orejas y el eyeliner de Leonard Nimoy, de las americanas imposibles de McMillan, de la gabardina y el ojo de cristal de Colombo, qué fue de Hutch, qué fue del chupa-chups de Kojak, del pelo cardado del doctor Gannon, de los rizos de Stavros, de la cara de conejo viejo de Marcus Welby, qué de Starsky, qué de los ingeniosos dispositivos de Jim West, qué del espantoso sombrero de Hoss, del mapa siempre ardiente de Bonanza, del puro de Banacek, del zapatófono del Superagente 86 y la melena años sesenta de 099?
¿Qué fue de las mujeres que pedían un hijo a Sandokán a la puerta de un hotel? ¿Qué de Silvia Krystell o Laura Gemser, musas del softcore? ¿Qué fue de Farrah Fawcett, a la que llamábamos Farra Fauces?
¿Qué fue de los caramelos de limón España, de los Sazi, de los chicles Cheiw y Bazooka, de aquellos caramelos rectangulares de Damel, de la bolita verde o roja en el centro del círculo de regaliz?
¿Qué fue del Pulgarcito, el DDT, el Tiovivo, el Mortadelo, qué fue de Apache, Bengala, El Corsario de Hierro, Hazañas Bélicas, qué fue del ridículo mono Ju-ju y el imbécil puma Garritas del Capitán Trueno? ¿Regresó a Mileto Fideo, el estúpido amigo de El Jabato? ¿Qué fue de los Vikingos Prehistóricos, del globo de Morgano, de Gundar y Zaida, de aquello de "desdichado, era un malvado pero no merecía este fin"? ¿Adónde se fue el pollo a la pepitoria que ansiaba Carpanta, o la bata de don Pantuflo, o el tiburón que siempre acechaba a Anacleto? ¿Se demolió por fin el pub El Ave Turuta, aquel que frecuentaban Sir Tim O'Teo y Patson? ¿En qué acabó el matrimonio de Mari Pili y Leopoldino? ¿Qué fue del paraguas de doña Urraca, de las setas que buscaban las hermanas Gilda, qué fue del patrimonio de la señora Millonetis?
¿Qué fue del detergente Omo, de los premios de pipas La Pilarica (repita), qué fue del toro que feneció sin probar las pipas Facundo, adónde fue a parar la niña cursi de la gaseosa La Pitusa, qué fue del ratón que tenía Susanita, y de esa surrealista pareja que formaban don Pepito y don José?¿Quebró por fin la empresa ACME?
¿Qué fue de nosotros, que parece que ahora ya solo nos quedan esos retazos del pasado, más presentes que el presente puro que vivimos? ¿Es el tiempo, que esculpe y no perdona?

viernes, 9 de enero de 2009

Recuperando la memoria histórica


El pasado diciembre conocí a Santiago Macías( o más bien volví a conocer, pues nos habíamos conocido brevemente en 2002, cuando presenté "Alas Negras" en la librería Siena de Ponferrada). Santiago Macías es el vicepresidente y co-fundador, junto con Emilio Silva, de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, lo cual me llena de orgullo, pues es ponferradino como yo y la iniciativa de la Asociación va a cambiar muchas cosas en España (ya las ha cambiado). Mi encuentro con Santiago fue debido a la novela que estoy redactando: necesitaba saber sobre el protocolo que usan cuando realizan una exhumación, el tipo de material, cuánta gente necesitan, etcétera. Me aproveché de su poco tiempo libre, y Carola y yo subimos a la ciudad universitaria (ahí estamos en las fotos con Santiago), donde Macías estuvo relatándonos un gran número de historias y anécdotas relacionadas con su trabajo, además de presentarnos a algunos colaboradores y mostrarnos los procedimientos para identificar el sexo y la edad de los esqueletos hallados en las fosas, y las causas de su muerte (había dos esqueletos de una fosa de El Bierzo tendidos sobre unas mesas: un auténtico rompecabezas anatómico).
Aparte de la labor de la Asociación, que respeto y admiro, me llama la atención la edad media de sus socios o colaboradores; baste decir que Santiago empezó esta aventura con Silva cuando tenía poco más de veinte años: para que luego digan que los jóvenes tal o los jóvenes cual. Y también me llama la atención la humildad de este hombre, cuyos esfuerzos se han hecho eco en toda España, ya que la ARMH está presente por doquier en asociaciones regionales. Esto demuestra, por otro lado, la cantidad de muertos enterrados en fosas comunes que aún quedan en España, y la necesidad que había de alguien que elevara la voz para restaurar la memoria de los asesinados.
Por supuesto que no deja de sorprenderme el rechazo de ciertos sectores a estas iniciativas; por ejemplo, que la Iglesia diga que hay que olvidar el pasado es una aberración, primero, porque ellos no olvidan el pasado y no paran de canonizar o beatificar curas y monjas asesinados en la guerra, y segundo, porque debían ser conscientes de que muchos de esos asesinados republicanos también eran cristianos, y creo que el entierro de los muertos sigue siendo un sacramento (aunque depende para quién, claro): ¿se puede negar el derecho a enterrar a un familiar? Hay gente de misa diaria que cree que sí, ¡que los rojillos dejen de molestar, que fueron muy malos! País. Y de la derecha... hasta que se libre del yugo del franquismo (es decir de las directrices de FAES y de Ánsar) esto no podrá llegar a una auténtica normalidad, la guerra civil seguirá siendo un tema de acalorados debates, sentencio.
En fin, gracias a la Asociación por haber devuelto a la gente el derecho a recuperar los cuerpos de sus familiares asesinados arbitrariamente, y por sacar a la luz las atrocidades que se cometieron a lo largo y ancho de este país (con esto no quiero decir que no sucedieran en el sector republicano, pero la diferencia de matiz es clara, pues el gobierno republicano intentó poner freno a los desmanes, mientras que Franco organizó el exterminio durante y después de la guerra: eso es innegable por mucho que digan los de siempre). Gracias a Santiago Macías (y a Emilio Silva) por el coraje, la humildad y el tesón. Y ojalá un día unos y otros, Iglesia y derecha incivilizada, puedan ser capaces de asumir sus errores del pasado, como hicieron los perdedores. No sé si lo veré.
(Por cierto, si queréis leer un libro interesantísimo sobre el maquis en el noroeste de España, leed "El monte o la muerte" del mismo Santiago Macías.)

(A Santiago Macías, y a todos los muertos y sus descendientes)
(Contra los negacionistas de este país)

jueves, 8 de enero de 2009

El "Dios" de Lennon



Acabo de oír en la radio la canción "God", de John Lennon, la cual pertenece al primer disco que editó tras la disolución de los Beatles, "John Lennon/Plastic Ono Band"(1970), álbum que posee algunas joyas minimalistas como "Love", "Mother" o "Look at me". La canción de la que voy a hablar es realmente curiosa, y más curioso es que hace un par de años fuera usada para publicidad de un coche, creo. Empieza así (traduzco):
"Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor"
Bien: si alguien esperaba "oh, nena, aún te amo, dame una oprtunidad, empecemos de nuevo", va de culo. Es más, el propio Lennon, consciente de que la frasecita se las trae, muestra deferencia por sus oyentes:
"Lo diré otra vez: Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor"
Qué detalle de John, con lo cascarrabias y "desaborío" que era, con lo camorrista y mala sangre, él, símbolo de la paz mientras que no se bebiese dos cubatas, que entonces se transformaba en Atila. Pues bien, después se pone a enumerar todos los dioses, semidioses y cosas variadas en las que no cree, las cuales eran las piedras fundamentales de la cultura popular de su época. Lennon afirma no creer en la magia, ni en el I-Ching, ni en la Biblia, ni en el Tarot... y escribo el resto: Hitler, Jesucristo, Kennedy, Buda, los mantras, el Gita, el yoga, los reyes, Elvis, Dylan (Zimmerman), y finalmente tampoco cree en los Beatles. El colofón es casi colocón, pues Lennon solo cree (creía) en él mismo y en... ¡YokoOno! Nada que ver con el operador telefónico y televisivo, dicho sea de paso. Entiendo su fascinación por Yoko, ya que era increíblemente inteligente (aunque también fría y calculadora) y debía de representar para él la imagen edípica de la madre que perdió de niño, pero...¿habéis oído alguna canción de Yoko? Cuando cantaba con Lennon o en solitario parecía una gallina en proceso de electrocución, qué espanto, madre, cuando pienso en "Don't worry Kyoko" me entran escalofríos.
Pero regresemos a "God", que acaba con Lennon abjurando de su época Beatle, haciendo ver a los beatlemanos que todo se ha acabado. Es, tal vez, la mejor frase de la canción:
"El sueño se ha acabado, ¿qué puedo decir? El sueño se acabó ayer" (indirecta al "Yesterday" de McCartney, al que también dedicó en el álbum "Imagine" un tema rencoroso como pocos: "How do you sleep?" ("¿Qué tal duermes?")). Luego sigue con referencias a su época beatle finiquitada:
"Fui el tejedor de sueños pero ahora he renacido, fui la Morsa pero ahora soy John, y así, amigos míos, tendrías que seguir con vuestras vidas. El sueño se ha acabado"

En fin, no es una de mis canciones favoritas, más bien es un tremendo peñazo repetitivo, pero veo interesante la letra, qué caray. Y así aprovecho para desmitificar a un hombre al que admiro profundamente, por otro lado, por haber revolucionado la música popular, por haber compuesto algunas canciones inolvidables, por haber creado el concepto innovador del "Sgt. Peppers", y, sobre todas las cosas, por el comienzo y final de "A day in the life", una de las canciones más conmovedoras de la historia, con esa voz que se arrastra casi gimiendo, arrastrada sobre arena y luego acaba aleteando en nubes lisérgicas. Pobre Lennon, un hombre depresivo, ciclotímico, con arrebatos violentos y autodestructivos, un hombre que empezaba por fin a encontrarse a sí mismo cuando Chapman, su "number one fan", lo asesinó. En algunos casos, en los de los genios, morir joven posee una parte positiva: no podrás pasar décadas editando basura, como ha hecho su amigo-enemigo Paul.