domingo, 27 de febrero de 2011

500 entradas y el misterio de los servitas

Atención, en el día de hoy, 27 de febrero de 2011, me propongo anunciar que esta es la entrada número 500 del blog Tardes Eléctricas, iniciado en febrero de 2008, hace más o menos tres años.
Bueno, aunque parezca una frase hecha, es cierto que nunca pensé que escribiría 500 entradas del blog, el cual empecé más por curiosidad que por creer que lo iba a perpetuar. Lo que pasa es que coincidieron unos años de escasa creatividad literaria, por lo que aproveché para usar el blog para comentar o presentar todas las cosas que me gustan y que nunca formarán parte de una novela o un relato. hay excepciones, claro, pues alguna entrada podría ser un relato corto, como la de la muerte que habla con Stalin.
Celebrando estas 500 entradas y estos 3 años, he colocado en el escritorio el acceso a la radio z100 de Nueva York, que está muy bien. Que conste que lo he conseguido por el cursillo al que voy; no obstante, he sido incapaz de instalar un índice del blog, y eso que he seguido religiosamente todos los pasos.
Por cierto, acabo de mirar el calendario de este mes agonizante, y me he quedado estupefacto con los nombres del santoral. Si tu santo cae en este mes, es posible que te llames: Pionio, Presentación del Señor, Andrés Corsino, Fileas, Pablo Miki, Aido, Escolástica, Agabo, Agatón, Tiranión, o Pretextato (qué apropiado para Rajoy) . El día más enigmático es el 17 de febrero, pues en la casilla dice que se celebra los siguiente (transcribo literalmente): "Siete Ss. Fdrs. de los Servitas". ¿? Parece que los servitas eran una orden
mendicante fundada en el siglo XIII, pero, ¿y lo otro? ¿"Siete Santos Fundadores"? ¿"Siete Santos Federales"? Rogad por que un hijo vuestro no nazca en ese día, y a la suegra le dé por ponerle el nombre del santo del día. "Hola, Siete Santos Federales de los Servitas; oye, puedo llamarte "Ete"?"
Por último, ya que se acerca el Carnaval, ahí pongo una foto del carnaval del 2009, en que salí disfrazado de Lincoln, y bajo los efectos del licor-café (bendita seas, Orense, por tus grandes inventos) emancipé mogollón de negros en una noche. Lo malo es que un pro-palestino creyó que iba de rabino, y casi me fostia.

Ah, ya puestos, y como estoy más carnavalero, os pongo una canción de Beck (qué tipo más raro, este Beck) con ritmo bossa-nova: Tropicalia


Feliz Carnaval, y hasta dentro de unos días. O lo que sea: creo que voy a entrar en un periodo de meditación. Bueno, hasta otra, folks. Sed buenos, pero no demasiado.

sábado, 26 de febrero de 2011

Descubriendo misterios históricos y literarios

¿Creías que la nariz de la esfinge había quedado así por la acción del tiempo, o tal vez porque Obélix se subió a ella y la escaralló? ¿Creías que si la espada Excalibur estaba clavada a una piedra era por una fuerza mágica? En este vídeo descubrirás la verdad de algunos misterios muy misteriosos. Sus protagonistas, los inimitables Raving Rabbids.
Gracias a Daniel Seoane, por inspirarme.



viernes, 25 de febrero de 2011

Trípoli (Europa)

Cuando escribo esta entrada, multitudes caminan hacia Trípoli, y allí les espera el grueso del ejército leal a Gadaffi. Viendo la actitud de este espantajo, valoro más las de Ben Alí y Mubarak, con todas sus limitaciones. Gadaffi matará o morirá, eso está claro, y también es obvio que Europa no hará nada, absolutamente nada, por el pueblo de Libia, por los civiles impunemente ametrallados por los hombres de Gadaffi. Europe sucks, que diría cualquier anglófono: Europa es una ... mierda. Y encima, queremos ser la conciencia colectiva del mundo, el referente moral... Europa es el fantoche que alardea en el bar, pero luego al volver a su casa, entra con la cabeza gacha. Aún me acuerdo de la Guerra de los Balcanes: en pleno corazón de Europa, los europeos no hicieron nada por la antigua Yugoslavia, nada ni aun sabiendo que se estaba produciendo un genocidio, ¡e incluso exigían a Estados Unidos que tomara medidas! A Europa le quedan tres telediarios. En cuanto los chinos, indios y brasileños suban el nivel, adiós muy buenas. Recordaremos los tiempos dorados, como hacían los griegos en tiempos de Roma.
Y volviendo a Libia, ¿cómo acabará esto? La enseñanza de Túnez se ha propagado a la velocidad que dictan las redes sociales, nadie sabe quién será el siguiente, pues nadie se esperaba algo así. Es un tiempo de ilusiones y miedo para los musulmanes, es un tiempo de hipocresía para el europeo, que sólo teme por perder poder adquisitivo con la subida del petróleo. Damos asco.

Muchísimo amor



Ando bastante perturbado con un virus que me tare a mal traer y una tos que despertaría a la Bella Durmiente, con un curso de trs horas (6 a 9) sobre nuevas tecnología aplicadas al aula, y aparte, enfrascado en una nueva novela (la otra la he plantado, por la directa) que me está ilusionando, por eso esta semana no he entrado en el blog. Pero el caso es que hace una semana llevé a mis cursos de 4 ESO discos antiguos, de vinilo e incluso de lo que los hacían antes del vinilo. Debo decir que quedaron fascinados, sobre todo por el Sargent Pepper's de 1967 que guardo como oro en paño. Ese disco dejó una huella imperecedera en mí: es recordarme a mí de pequeño, y Lucy in the sky... sonando con esa música tan enigmática, tan distinta a Los Tres Sudamericanos, Sacha Distel, Adamo y compañía. Pues otro disco que me puso la cabeza del revés a tierna edad fue el single de Led Zeppelin Whole lotta love (traducido adecuadamente en España como "Muchísimo amor"), adquisición también de Jose, mi hermano mayor. Si los Beatles me habían introducido a un mundo diferente, esta canción me abrió otras puertas, porque la música en sí, ese rock duro, era la primera vez que la oía, y el efecto final me dejó ojoplático: parecía que se acababa la canción, y de repente volvía a empezar con fuerza: muy fuerte para un niño de cinco o seis años, pero benditos sean todos estos locos por haber hecho esas cosas en aquellos años de los 60. Lo que no me convencía eran las "pintiñas" de los componenetes del grupo (la foto muestra la portada del single), de la que sólo se salvaba Jimmy Page (abajo, izquierda). Whole lotta love fue una canción decisiva en el devenir del rock duro, y sus derivaciones hacia el "metal". En el vídeo aparece la versión del Lp, más larga y pesada que la del single, pero qué se le va a hacer: pongámonos en aquellos años, ¿no? Todos estaban muy cocidos.. Y sí, la canción eterna de Led Zeppelin fue Stairway to Heaven.

lunes, 21 de febrero de 2011

Nueva imagen de Yoshiro


Si os habéis dado cuenta, he cambiado la imagen de presentación por otro cuadro de mi amigo Yoshiro Tachibana titulado Las sirenas. Lo he recomendado muchas veces, pero creo que muchas es poco: entrad en su blog yoshirotachibana.blogspot.com, admirad las obras que hace este japonés errante en Muxía, y comparadlas con las gilipolleces que hacen los artistillas que exponen en ARCO. Si no salís corriendo de ARCO o similares ferias de arte contemporáneo al grito aterrorizado de "ábreme la puerta, Wilma", será que no compartís mi punto de vista.


Historias contadas (filmadas) al revés





Una historia se puede contar linealmente, o con avances y retrocesos en la línea principal, o se puede relatar comenzando in medias res, es decir, en el medio de la historia, recapitulando el pasado (es el caso de la Odisea), o se puede fragmentar caóticamente hasta que el lector/espectador llegue a completar el puzzle, o, por último, se puede empezar desde la escena final e ir retrocediendo "linealmente" hasta el principio. Estas últimas son las historias menos comunes, y las que más nos descolocan cuando empezamos a ver o leer la historia. Seguro que hay muchas películas experimentales, y obras literarias también, pues no hay nada nuevo bajo el sol, pero para mí, en el mundo del cine, me vienen tres títulos.
Uno, El curioso caso de Benjamin Button, dirigida por David Fincher, y con un reparto estelat (Pitt, Blanchett, Swinton...), aunque un resultado mediocre: baste destacar que lo único reseñable es el maquillaje.
Otro, Irreversible, del argentino Gaspar Noé, y protagonizada por mi musa Monica Bellucci y su marido (maldito seas) Vincent Cassel. Lo más destacado de esta historia contada al revés es su brutalidad, su exceso de violencia, que creo gratuita en muchos casos, como en la larguísima escena de la violación y el ataque homicida, y en la brutal agresión a Cassel con un extintor. No obstante, es una película de culto, con todo lo bueno o lo malo que esto conlleva. A mí no me gustó, debo añadir.
La última d
e mi lista, Memento, de Christopher Nolan, uno de los mejores directores de cine de la actualidad. Y la única que salvo de este método narrativo. Esta sí me parece buena, aparte de extremadamente compleja. El protagonista (Guy Pearce) busca vengarse del asesino de su mujer; lo malo es que el prota padece de una especie de amnesia con la que olvida los hechos más recientes, y tiene que escribir, tomar fotos y tatuarse en la piel los hechos que le van sucediendo. Una película de lo más interesante, sobre todo si sabes cómo es el estilo narrativo, porque de lo contrario, te vuelves loco, te levantas del sofá y pones El barco. Bueno, no creo que llegues a ponerte tan loco.
Hay una novela breve y poco conocida de Martin Amis titulada Time's Arrow (La flecha del tiempo, creo que publicada por Anagrama) en que relata p
or este procedimiento la vida de un doctor nazi, inspirado en la figura siniestra de Joseph Mengele. Es, para mí, de lo mejor que ha escrito Amis en toda su carrera, ya que lleva muchos años desorientado, con novelas y relatos de muy poco calado, o con unas memorias que, de verdad, solo le interesan a él.

sábado, 19 de febrero de 2011

Ha muerto La Antorcha Humana


Me entero de que Johnny Storm, el hermano de Sue Richards, es decir, la esposa de Reed Richards, que es amigo de Ben Grimm, también llamado "La Cosa"... me he liado. Quería decir que La Antorcha Humana ha muerto, y Los Cuatro Fantásticos, después de estar juntos desde 1961, de mano del guionista Stan Lee y el dibujante legendario Jack Kirby, han pasado a ser tres, o sea que al revés de Los Tres Mosqueteros, que en realidad eran cuatro. En el número 587 se verá cómo asesinas entre muchos a Johnny Storm, capaz hasta ese momento de entrar en autocombustión y volar. Bueno, yo volar, no vuelo, pero en autocombustión sí que entro, sobre todo cuando voy a 2ESO C. El caso es que ha muerto un superhéroe, y eso no es común: recuerdo que El Capitán América había muerto, pero lo resucitaron. Y ahora que lo pienso, al Capitán Trueno también lo han matado. ¡Qué malos tiempos para los (super)héroes! Debo decir que aún guardo algunos de los cómics de Los Cuatro Fantásticos, sobre todo una aventura espectacular en que Galactus amenaza con destruir la tierra. Muy buena, muy dramática e intensa, sí señor.
Y como las penas con música son menos, aquí esta excelente canción de Ben Moody acompañado por Anastacia, Everything burns. Forma parte de la banda sonora de Los Cuatro Fantásticos, por supuesto. Que os guste. Confieso que si conozco esta canción es gracias a Pablo González, alumno de 2 Bachillerato de mi instituto, guitarrista y cantante, que cantó y tocó esta canción junto con otra alumna de 3 ESO, Natalia, que tiene una voz espectacular, en un festival celebrado en el instituto (gracias a la joven profesora de música, Cecilia, que si fuera por los "dirigentes"... rezaríamos el rosario). Llegarán lejos los dos. Gracias, Pablo y Natalia, por haber cantado tan bien esta canción tan bonita.

viernes, 18 de febrero de 2011

Los campos magnéticos de Stephen Merritt

Es raro que pase mucho tiempo sin que vuelva a oír esta canción, y cuando la oigo, vuelvo a poner ese disco absolutamente imprescindible que es 69 Love Songs, del que hice una entrada realmente vehemente hace dos años. Es una ventaja saber inglés si escuchas a este grupo, porque las letras de Stephen Merritt no tienen desperdicio: cronista irónico de las desventuras y aventuras del amor, avezado cazador de sentimientos, de situaciones, brillante en su modo de actualizar los temas clásicos de las canciones populares con vitriolo oculto tras las voces blancas y el acompañamiento severo, genial en el hallazgo de neologismos ("You tell me that you're unboyfriendable"), un hombre de gran cultura, periodista de profesión, cuyo reto más duro hasta hoy fue intentar hacer una entrevista a las Spice Girls (según sus palabras, a toda pregunta ellas contestaban "Girl power!" Pobriñas). The Magnetic Fields son una revelación, y All my little words es casi su breve evangelio de tres minutos: "...but I will never make you stay: not for all the tea in China, not if I could sing like a bird, not for all North Carolina, not for all my little words..."

Una nueva palabra en inglés: "Smirt"


Las lenguas se adaptan a las circunstancias, y sus hablantes van creando nuevos vocablos para nuevas situaciones, nuevas coyunturas. El inglés es un idioma especialmente vivo en estos asuntos, y posee en sí una gran capacidad para crear vocablos, muchas veces fusionando dos términos. Es el caso de la palabra "smog", esa niebla espesa que se mezcla con la contaminación y se hace casi sólida. Mi dentista, Manuel Amoedo, un tipo políglota, culto, hincha del Celta y por tanto muy majo, me alertó de la existencia de una palabra, y me puse a buscarla por el ciberespacio. La hallé después de poner en Google: "smokers flirt new word". Y la palabra en cuestión es "smirt". También tiene el elemento "smoke" en ella, además de la palabra "flirt". ¿Qué significa esto? Pues es un término acuñado en Irlanda y que ya se ha extendido por los países anglófonos: consiste en las relaciones de ligue y coqueteo ("flirt") que se dan entre los fumadores que salen a la calle a fumar, en los países en que existe la prohibición de hacer tal cosa (fumar, me refiero) en lugares públicos. "Smirting" se ha puesto de moda, y las autoridades sanitarias empiezan, cómo no, a estar preocupadas, no vaya a ser que ese horizonte de amor entre fumadores lleve a más gente a retomar el hábito o, directamente, a engancharse. Más de uno pensará, como decían en Aterriza como puedas, "elegí un mal día para dejar de fumar".

martes, 15 de febrero de 2011

Canción #2


Si los Beatles tenían sus "enemigos" naturales, los Rolling (todo era pura mercadotecnia: de hecho, eran muy buenos amigos, y los Beatles acordaron sacar los discos en fechas distintas para que así la gente comprase los discos de los Rolling, porque en caso de coincidencia, todo el mundo compraba el de los Beatles), Oasis tenía su rival, Blur. Esto consistía casi en una lucha de clases: Blur, gente de clase media-alta, con nivel cultural considerable, y buena educación, contra Oasis, clase obrera de Manchester, educación nula, nivel cultural ínfimo. La gente, cómo no, optó por los burritos (pensemos en la audiencia de Sálvame, o en la gente que piensa que Belén Esteban es la princesa del pueblo, y todo nos queda claro), pero es que los burritos además fueron mejores, para qué negarlo. Sin embargo, Blur, la banda del intelectual y bello Damon Albarn, tuvo su momento divino con esta canción, Song 2. Aunque compusieron muy buenas canciones (Parklife o Clover over Dover son notables), a mí esta me llena de adrenalina, y el vídeo me parece espectacular.

Adiós a Oasis


Si los Beatles hubieran nacido treinta años más tarde. habrían sido Oasis, o si los hermanos Gallagher hubieran nacido treinta años antes, habrían sido los Beatles: lo obvio es que la deuda está ahí, y los hermanos atrabiliarios no lo niegan, ni se avergüenzan, e incluso en sus tiempos tempranos recibieron el aplauso de McCartney por la versión de Oasis de I am the walrus. Y ahora, recordándolos ya como un grupo del pasado (se separaron definitivamente hace unos meses), un grupo que hizo dos primeros álbumes absolutamente espléndidos, con canciones inolvidables como Supersonic, Live forever, Wonderwall, Look back in anger, Digsy's things, Married with children o Stand by me (esta, casi lo único bueno que hicieron a partir de ese momento), este autohomenaje, con este tema que salió en un maxi-single durante sus breves años dorados, y que para mí, y para muchos es el All you need is love de la banda de Manchester. Whatever, es el título.

lunes, 14 de febrero de 2011

Breves recomendaciones sobre literatura




A petición de Paula, he estado revisando entre mis libros algunas obras de autores escoceses e irlandeses del siglo XX o de la frontera entre el XIX y el XX. Por supuesto que excluyo a Joyce, Beckett, Conan Doyle, Wilde, Bernard Shaw, Yeats y demás seres olímpicos, pues de ellos no podría decir más que obviedades, y son conocidos por (casi) la mayoría. De la narrativa actual escocesa, es decir, a partir de las vanguardias, creo que únicamente recomendaría a Ian Rankin, con su célebre inspector Rebus, sobre todo la famosa Black & Blue. Del resto, no soy amante de Irvine Welsh, ni de Muriel Spark ni de Iain Banks, que son los más conocidos, creo yo. Seguro que hay muchos excelentes, pero me temo que no los conozco.
Sobre Irlanda tengo más que decir. Para mí, es indispensable leer a John Banville (el de la foto), tanto cuando escribe como John Banville (me gustó mucho El mar) como cuando se convierte en Benjamin Black y escribe su trilogía policiaca excelente, porque trasciende lo policiaco y sube a niveles literarios muy considerables. Indispensable, pues esta trilogía (Christine Falls, The Silver Swan y The Lemur, todas traducidas al castellano con estos títulos respectivos: El secreto de Christine, El otro nombre de Laura yEl lémur). Gran escritor, Banville.
También están Maeve Binchy, con una obra más convencional, pero de mucho éxito (sobre todo le gusta a las mujeres, debo decir: a veces pasan esas cosas, y no son prejuicios). Y también está bien Roddy Doyle, que se aplica a radiografiar la sociedad con humor y también toda su crudeza otras veces, a lo Ken Loach. Doyle es famoso por los libros (y películas)
La furgoneta (The van) y The Commitments. Creo que tiene una novela titulada en inglés Paddy Clarke ha ha ha que es de lo más simpática, pero no la he leído. Ah, y es el autor de La mujer que chocaba contra las puertas, obvia denuncia al problema del maltrato conyugal.
Y también recomendaría a un dramaturgo espléndido que falleció en los años 60, víctima del alcoholismo: Brendan Behan. Un hombre que sufrió la cárcel, y que reflejó todas esas experiencias y muchas otras en sus obras teatrales, y que aquí es un completo desconocido.
John Boyne también es irlandés, pero no me convence.
No se me ocurre nadie más. Bueno, está Seamus Heaney, premio nobel de literatura, pero no me atrevo a recomendar poesía, porque no tengo el bagaje suficiente.

sábado, 12 de febrero de 2011

La canción del finde

The Shins: Un grupo de unos cuantos discos, un éxito notorio y punto. Suele pasar. Sin embargo, no me molestaría pasar por este mundo dejando una canción como Phantom Limb.

viernes, 11 de febrero de 2011

Que el sol te dé

La injusticia que ha habido con Los Pistones es de proporciones bíblicas. En cuatro o cinco años hicieron más canciones buenas que otros de campanillas en treinta. Siempre me he manifestado como admirador (hay un post antiguo sobre la mítica canción de la "movida" Lo que quieras oír, y su relación temática con la gran película de Billy Wilder El crepúsuculo de los dioses), y mucho más cuando veo a mequetrefes como Miguel Bosé alardeando de haber sido alguien en ese periodo. Bosé es un tipo con suerte, porque un tipo que tuvo el valor de cantar Don Diablo (y de postularse como el Bowie español) debe de tener una amnesia mosquitera. Sí, Bosé es el epítome de lo que detesto en la música de este país, muy cerca de la Alaska, sobrevalorada hasta lo insoportable. Este tipo, Miguelito, presentó un programa de música en la tele, El Séptimo de Caballería, y Loquillo, que sí fue un pionero esforzado en aquellos días, al ver que nunca lo invitaban a ese programa y sí a otros con menos méritos, se preguntó si ser rockero y heterosexual era un problema para el presentador. Tal cual. Ahí van Los Pistones, en una de esas canciones frescas y redondas que escribían. Y también... Bosé: a ver qué opináis de su gran tema. Sólo diré que cuando Bosé hacía estas "cosillas", Loquillo cantaba Rock and roll star, Cadillac solitario, y muchas otras que han quedado en nuestro imaginario.



¡Ha caído Mubarak!


Inesperadamente, ha caído, esta tarde, y esta es una fecha histórica para Egipto y para el mundo musulmán. En el futuro se recordará a los resistentes de la Plaza Tahrir como el germen y buque insignia de la primera (segunda, después de Túnez, pero el impacto de la nación egipcia es mucho más grande) revolución ciudadana del mundo islámico. Es emocionante porque es vivir una página de la Historia, con mayúsculas, como vivimos la caída del Muro, la muerte de Franco y la Transición, la Revolución de los Claveles y algunas otras. De ahora en adelante, ojo, egipcios, porque viene el síndrome de los padres primerizos. Consiste en lo siguiente: los padres primerizos están deseando tener el niño que está en camino, pero una vez que viene, a veces el padre, acojonado, toma las de Villadiego, o la madre, abrumada, pilla una depresión post-parto de aúpa. Ese es el miedo que tengo: cuando la gente se vea sin Mubarak, y por fin libre de elegir su destino, a muchos les entrará el pánico, ya que esta civilización ha estado siempre tutelada por "hombres fuertes" y es fácil caer en la tentación, por un mero reflejo condicionado. Espero que cuando vean el rostro del bebé recién nacido no echen a correr, a llorar en la cama o a buscar a su papá y a su mamá. Es una aventura preciosa, y hay que vivirla aunque uno a veces no pegue ojo. Y ojalá se produzca un efecto dominó y vayan cayendo, uno tras otro, todos los reyezuelos, todos los dictadores emparentados.
Y, por cierto: hay think-tanks, hay comités de alto nivel de estudios estratégicos, hay mesas del más alto rango donde se escudriñan las tendencias y el futuro mundial: ¿Cuál de ellos adivinó en su momento la Crisis, o cuál adivinó las revueltas del mundo árabe? Por favor, que nadie pague un dólar (euro) más a esos inútiles prepotentes.

martes, 8 de febrero de 2011

Facebook en la vida real

"Facebook en la vida real" es la original campaña de un libro de un autor argentino. La verdad es que tiene gracia, y que tal vez sea un visionario: en el futuro acabaremos haciendo las preguntas estúpidas que nos hace Facebook.

Los Decembristas


Tomando el nombre de los revolucionarios rusos del siglo XIX, este grupo norteamericano de indie pop/folk de Portland, The Decemberists, comenzaron su camino en 2001 con algunos discos tan buenos como desconocidos. Ahora, de repente, con su quinto álbum The King is Dead, han entrado directamente al número uno de las listas en los EEUU: no me puedo creer que estos tipos hayan desbancado a Lady Gagas, Rihannas, Beyoncés, 50 Cents y demás. Respiro aliviado: hay esperanza. Eso sí: todos les achacan que se parecen a R.E.M. Pues bueno, prefiero parecerme a R.E.M. que a los Jonas Brothers.
Esta canción se titula This is why we fight. Me gusta.


Alicia en Sunderland



Alicia en Sunderland es un cómic o una novela gráfica (tal vez esto sea más adecuado, no sé) del artista brotánico Bryan Talbot. Creo que, al igual que El arte de volar, ya reseñado aquí, trasciende su género para llegar a la universalidad. Con el pretexto de profundizar sobre Lewis Carroll y su célebre obra de Alicia ... Talbot nos presenta un estudio pormenorizado de la población de Sunderland, puerto costero del este de Inglaterra que pasó mejores tiempos. Y a través de esta población y sus aledaños, Talbot pasa a mostrarnos la historia de Gran Bretraña, con sus literatos, sus filósofos sus pequeños o grandes héroes, sus pobladores,
sus invasores, su arquitectura, su vida pequeña y su vida grande. Talbot crea un impresionante collage que nos deja abrumados, boquiabiertos, y una vez que acabamos este libro sabemos a ciencia cierta que somos un poco más sabios.
De las muchas anécdotas e historias que nos revela, me he quedado con dos: una la sabía pero la había olvidado; de la otra lo desconocía todo. La primera consiste en la personalidad del monje del monasterio de Jarrow, Beda el Venerable (s. VII), quien es toda una celebridad en Gran Bretaña, pero aquí es casi un completo desconocido. Entre sus muchos logros está el de haber sido el que creó la referencia de la cronología cristiana: a.C./d.C (no confundir con los famosos rockeros australianos), que ahora, por cuestión de lenguaje políticamente correcto (no se debe ofender a nadie, ya se sabe) ha pasado a E.C. (Era Común).
La otra es una horrible tragedia sucedida en el teatro Victoria Hall de Sunderland en 1883. Dos mil niños, prácticamente todos de la clase obrera presencian una función benéfica en ese lugar. de repente se anuncia que se repartirán regalos gratis. Se produce una avalancha, y los niños que intentan escapar mueren aplastados al no poder abrir una puerta del escenario que se abría hacia dentro. Murieron 191 niños en ese trágico lunes de 1883. Como consecuencia de esto, se dictaron leyes, que ahora rigen en casi todos los países, para que las puertas de los edificios públicos abran hacia afuera: las puertas anti-pánico.
En fin, que es una lectura muy recomendable, y que Talbot demuestra magistralmente que de la pequeña historia de un lugar se puede llegar a lo universal.
No podía faltar una canción, dedicada a una Alicia. Es de Tom Waits, y es perfecta. Lástima que quedara cortada al final. Preciosas imágenes de Père Lachaise.

domingo, 6 de febrero de 2011

Cosas que los nietos deberían saber


Es el título de la última canción del disco Blinking Lights de Eels, y además es el título que eligió su autor, el del disco y el del libro, Mark Oliver Everett, alias E, para su peculiar autobiografía. Lo más extraño es que busques este libro y te aparezca en la sección de autoayuda. Para mondarse, vaya. Este libro no tiene nada de autoayuda, en absoluto: carece totalmente de moralinas, destellos new age, pseudo filosofías zen, flexibilidad pilates, sexo tántrico y poesía barata revestida de trascendencia. Este libro, Cosas que los nietos deberían saber, es la autobiografía irónica, sincera y descarnada de Mark Everett, y lo mejor que puedo decir de ella es que no hace falta ser un fan de Eels para disfrutar de ella... y para alucinar con cómo el destino (llámese mejor "la muerte" que "el destino") se ha empeñado en perseguirlo contumazmente. Ya he hablado de estas peripecias vitales (llámense mejor "mortales") de Everett en otras entradas, por lo que no deseo repetirme más de lo necesario: baste comentar que fue él quien halló muerto a su padre, que su hermana se suicidó, que su madre murió después de cáncer, que un músico suyo falleció repentinamente en plena gira, que siendo niño prresenció el espectáculo dantesco de un avión estrellado en su vecindario, que su tía Jennifer y su marido murieron en el avión que se estrelló contra el Pentágono el 11-S, que conoció a Elliott Smith, que visitó la casa del difunto Johnny Cash para adquirirla y al día siguiente la casa ardió por los cuatro costados..., y que el suicidio fue más de una vez en su vida una opción bastante razonable. Pero además de esa cadena insólita de desgracias, E nos muestra la sinceridad más brutal cuando juzga sus trabajos, cuando juzga sus actos, o a sus seres queridos (especial mención a padre, madre y hermana, ... y a sus peculiares novias), con todas las ambivalencias que tales hechos provocan. Mark Oliver Everett, hijo del científico Mark Everett que postuló la existencia de los universos paralelos, decidió escribir ese libro, no por sentirse famoso (manda h...: Justin Bieber, a los 16 años, ya tiene autobiografía: contará cuando le ponían los pañales, porque si no, no sé qué más puede contar ese niñato), sino por celebrar que está vivo y que debe seguir moviéndose, cambiando, incluso mutando para celebrar este hecho que a todos nos parece tan obvio, pero no a alguien como él, un hombre de 47 años que se maravilla de estar vivo, y que ha decidido valientemente escribir ese libro como catarsis personal, no como dogma para otros.
En el libro, Everett explica que esta canción, 3 speed, del elepé Electro-shock blues (álbum dedicado, por primera vez en la historia de la música popular, a la muerte, tras los decesos familiares) está escrita desde el punto de vista de su hermana suicida, Liz, que recuerda los buenos momentos de la niñez, y que pide ayuda para comprender qué es lo que le sucede, por qué todo ha cambiado tanto, por qué se dirige irremediablemente a un camino sin salida. Me pone los pelos de punta. Qué gran canción, pero, Dios, qué triste.

Menos mal que Rajoy sabe cómo parar la crisis...


Lo vi en Veo7, esa cadena sospechosa, y además era nada menos que Pedro Jota quien le hacía la entrevista, casi ná. A la pregunta de una joven entregada a la causa del PP rampante, la respuesta de Rajoy sobre cómo hacer frente a la crisis es reveladora:



Es obvio que Rajoy y su escudera Cospedal se han entrenado tanto en descalificar y negar (y últimamente les ha entrado un furor acusatorio autoerótico: no paran de decir que el gobierno se besa y abraza a sí mismo, se quiere mucho... Hombre, si no se quieren ellos, no esperarán que los quiera la "leal" oposición) que se han quedado sin verbos conjugados en afirmativo. Si este señor, que aduce para su falta de respuesta que no entiende su propia letra, es el que tiene la solución para todo, estamos buenos, compañeros. Si un alumno mío me viene con una disculpa así, me carcajeo.

Por cierto: sé que están en las noticias Egipto, Túnez, las catástrofes naturales de Oceanía, las crisis humanitarias en Haití y otros muchos sitios, el número de parados de nuestro país, la tutela de la fraulein Merkel a sus pupilos del sur, etcétera, etcétera. Sin embargo, ¿me preocupa esto? Relaticvamente, ya que me he enterado de algo HORRIBLE (lo escribo en mayúsculas, como cuando Lovecraft hacía lo mismo para describir monstruítos, y decía cosas tales como ERA MU, MU GRANDE Y MU, MU FEO): No sé si os habéis enterado, pero a Justin Bieber le está... Dios mío, no sé si puedo seguir... Snif snif (sigh)... A Justin Bieber le está cambiando la voz... ¡y ya no puede hacer esos agudos tan monos! ¿Cómo podré dormir hoy?

sábado, 5 de febrero de 2011

Suede


Cuando Bowie empezó a declinar, nadie se atrevió a aceptar el testigo, nadie si exceptuamos los patéticos remedos de Miguel Bosé cantando Superman, y nadie, claro, si exceptuamos al grupo del británico Brett Anderson, Suede, que a principios de los 90 resucitó una versión moderna del glam rock, y que llegó a altas cotas de calidad con canciones tan redondas como So young (inolvidable esa guitarra del inicio, que casi corta) o The beautiful ones. Su último éxito antes de que Brett Anderson se lanzara a una aventura intimista en solitario, fue Everything will flow, una de esas canciones que me gustan por lo recurrente del estribillo, una canción excelente con un vídeo buenísimo. Más tarde surgiría Muse para perpetuar en sus comienzos la obra del legendario ("leeegendary") Camaleón, el cambiante David.

viernes, 4 de febrero de 2011

La nueva novela de Nicole Krauss



Me quedo de piedra al enterarme: Nicole Krauss es la esposa del también escritor (uno de mis favoritos) Jonathan Safran Foer (ambos en la foto): entre judíos neoyorquinos anda la cosa. Buen matrimonio éste, me digo, similar al de Paul Auster y Siri Hustvedt. Pues la nueva novela se titula en inglés Great House, y está siendo aclamada por la crítica norteamericana. La verdad es que es una novela muy buena, que hace además que el lector se tenga que esforzar un poco ese pequeño rompecabezas en cuyo centro destaca un objeto: un escritorio antiguo. Igual que en su novela anterior, La historia del amor, el objeto que unificaba la trama era un libro, aquí, los cuatro narradores exponen sus historia de desarraigo y desaliento alrededor de esa pieza de mobiliario que George Weisz intenta recuperar, ya que su objetivo en la vida ha sido recuperar todas las posesiones que le expoliaron los nazis en la Budapest de la Guerra. Ese escritorio, que parece fagocitarlo todo, va pasando por distintas manos: las de un poeta chileno, Daniel Varsky, que desaparece durante la dictadura militar, por las de Lotte, que también guarda un terrible secreto a su marido inglés, por las de Leah Weisz, por las de la escritora Nadia... Las historias acaban imbricándose, y a medida que avanza la novela nos vamos dando cuenta de qué es lo que realmente sucede. Es un libro sobre la historia (las dictaduras, la guerra mundial, la guerra del Yom Kippur), sobre el judaísmo ("Great House" o "La Gran Casa" fue la escuela de interpretación del Talmud de Ben Zakkai del siglo I d.C., que decidió crear un nuevo Templo hecho a base de rezos y estudios, ya que el templo material se había destruido para siempre), y principalmente sobre el amor y la incomprensión, sobre la dificultad de conseguir hacer reales nuestros anhelos.

jueves, 3 de febrero de 2011

El hotel Chelsea



Pocos hoteles serán más famosos que el Hotel Chelsea de Nueva York. Por sus habitaciones pasaron huéspedes tales como Eugene O'Neil, Jimmy Hendrix, Arthur Miller, Patti Smith, Burroughs, Leonard Cohen, Dylan Thomas, Bob DylanThomas Wolfe, Janis Joplin, Jasper Johns y decenas más. El hotl Chelsea tiene también su historia negra, con la muerte del poeta Dylan Thomas en 1953: suicidio por enevnenamiento. Y la historia más truculenta, el asesinato de Nancy Spungen, la novia del cantante de los Sex Pistols, Syd Vicious, en 1978, asesinato que nunca quedará esclarecido, ya que Vicious afirmaba no recordar nada cuando se despertó y la vio muerta a su lado. Es igual, porque dos años más tarde Syd Vicious murió por sobredosis de heroína, pero no en el hotel Chelsea.
Pero tal vez el homenaje más hermoso al hotel fue el de Leonard Cohen, que componiendo una canción, inmortalizó al hotel y dejó para la posteridad un adiós a la también malograda Janis Joplin, también muerta por culpa de la heroína. Chelsea Hotel #2 es la canción, donde Cohen se explaya sobre la breve relación que tuvieron ambos en el hotel: Cohen habla de sexo, de ilusiones rotas, de miedos y complejos, y acaba con una demoledora declaración de no-amor. Un clásico del siglo XX para la eternidad. El vídeo pertenece a la película canadiense I am a hotel, de la que no sé nada en absoluto (y los subtítulos están en holandés, para el que esté interesado).



miércoles, 2 de febrero de 2011

El sistema periódico de Simkin



Ayer recordé una conversación. Sucedió en los primeros días de 2006, en Puerto Escondido, México. Después de haber pasado unos días de Nochebuena y Navidad para el olvido, pasados en un lugar llamado El Desierto de los Leones, cerca de México D. F., pasamos unos días en esa localidad surfera, Puerto Escondido, en la costa del Pacífico mexicano. Allí se dio la paradoja de celebrar el fin de año a las cinco de la tarde, en la terraza de la preciosa casa de Vitu, mi cuñada, y Joel, su marido, brindando bajo un calor tórrido. Qué Navidades más extrañas, viendo cómo los pescadores traían tiburones y los dejaban sobre la playa, viendo caer el sol sobre el Pacífico, admirándonos del colorido de un mercado mexicano.
Una de esas noches Joel y yo, alumbrados por el tequila, tuvimos una larga conversación. hablamos de cosas como el destino del planeta (ya se sabe, el tequila incita a lo trascendente), del futuro, de nuestra especie, aunque parezca mentira que se pueda hablar en serio de cosas así. Cuando yo mostré mi pesimismo sobre el destino de la Tierra, Joel citó a Primo Levi, un libro de ensayos titulado El sistema periódico. En él, Levi afirmaba que todos los logros de ingeniería y arquitectura de nuestra civilización, por enorme que creamos que son, extendidos sobre la superficie del planeta sólo supondrían una tenue capa de un par de centímetros. Así pues, toda nuestra creación sobre este planeta se reduce a bien poco: la Tierra no tardaría en borrar toda huella de nuestro devastador paso por ella. Me pareció un concepto genial, una imagen visionaria de ese judío italiano que conoció el infierno de Auschwitz en sus propias carnes. Esa conversación se quedó a vivir conmigo desde entonces.
El pasado verano, paseando con Joel, que también era judío como Levi, pero canadiense y no italiano, le pregunté si recordaba aquella conversación. Me miró con esa expresión irónica de actor de cine (Joel parecía un actor de Hollywood, de los de antes, de los carismáticos), y me dijo con su ronca voz de Winipeg que por supuesto se acordaba. Para él también había sido una charla especial en una noche especial, arrullados por el sonido de las olas del Pacífico batiendo contra el acantilado, viendo las luces de Zicatela. Ahora que sé que ya nunca más podré hablar con él, por lo menos me quedará para siempre aquella hermosa conversación. Dicen que las palabras vuelan, se deshacen, pero yo no lo creo.

(A Vitu y David. A Joel Simkin, in memoriam. Lo siento, Vitu, pero se lo debía)

martes, 1 de febrero de 2011

Zombi


Aparte de ser un muerto en vida, un zombie, en inglés, es una persona que mira hacia otro lado para no implicarse en los problemas: es alguien que prefiere no ver para no comprometerse. Ha habido muchos zombis en el País Vasco con el tema de ETA (esos a los que se llamó eufemísticamente "equidistantes", esos cercanos al PNV o a partidos de izquierda, que ignoraban el miedo con el que tenía que vivir mucha gente en el País Vasco, e incluso se mofaban de su situación: nunca olvidaré la frase del impresentable de Arzallus pidiendo "virilidad" a los partidos "nacionales", es decir, PSOE y PP, las víctimas políticas de asesinatos, cuando ellos eran inmunes a esa violencia), y también los hubo en Irlanda del Norte, con la guerra civil de facto entre el IRA y los unionistas. Esta canción la dedicaron The Cranberries a esa gente que prefiere desviar la vista y evitar ver el dolor de los demás. Siguiendo con la serie que llevo últimamente de vídeos musicales, éste, según muchas opiniones, ha sido uno de los mejores de los últimos veinte años, y tal vez la mejor y única canción marchosa del grupo de Dolores O'Riordan.