lunes, 30 de noviembre de 2009

Historia de navidad de Paul Auster/Tom Waits


Esta escena es el final de la película Smoke (1995) de Wayne Wang. Antes del fin, dos actorazos como William Hurt y Harvey Keitel conversan, hasta quedarse en silencio, y sonreír mientras fuman. Acto seguido, cuando la película ya ha acabado y van saliendo los créditos, el director nos regala un cuento de Navidad de Paul Auster en imágenes, con la canción Innocent when you dream de Tom Waits
Si os gusta, la canción pertenece al imprescindible álbum Frank's Wild Years, que completaba la trilogía comenzada en Swordfishtrombones y cerraba el no menos célebre Rain Dogs. Esta es la letra:

The bats are in the belfry
the dew is on the moor
where are the arms that held me
and pledged her love before
and pledged her love before

Chorus

It's such a sad old feeling
the fields are soft and green
it's memories that I'm stealing
but you're innocent when you dream
when you dream
you're innocent when you dream

running through the graveyard
we laughed my friends and I
we swore we'd be together
until the day we died
until the day we died

Repeat Chorus

I made a golden promise
that we would never part
I gave my love a locket
and then I broke her heart
and then I broke her heart

Repeat Chorus

Y este es el cuento navideño de Paul Auster protagonizado por Harvey Keitel:

domingo, 29 de noviembre de 2009

Disparates culturales en universidades de los EEUU

Un profesor de una universidad norteamericana, especialista en Humanidades, sacó en la red hace años las increíbles barbaridades que escribían sus alumnos en los exámenes. Quede claro que estos alumnos cursaban un equivalente a tercero de carrera aquí en España, y también que el profesor ensambló unas barbaridades con otras para completar texto. Veamos algunos casos:

>"El Antiguo Egipto estaba habitado por momias, y escribían en hidráulicos. Vivían en el Desierto de Sarah y viajaban en camelot. El clima del Sarah es tal que los habitantes tienen que vivir en otros sitios, así, ciertas áreas del Sarah están cultivadas por irritación. La mujeres llevaban una prenda llamada calasiris. Eran vestidos rectos, que empezaba en los pechos, que colgaban hasta el suelo."
La traducción pierde otra cantada: "Sarah Dessert" es literalmente "Postre de Sarah". "Desierto" y "postre" son muy similares: "Desert" y "dessert", respectivamente. No tiene precio el uso del relativo con la palabra "pechos".

>"Hitler, un líder nazi de la Alemania comunista, creó un movimiento anti-semántico promovido por la terrorífica Gazpacho, y atacó Rusia con la "Operación Barbarella".

La confusión ideológica de Hitler es impresionante, así como su odio a las palabras y sus sicarios, con nombre de sopa fría. Se die que la rama más radical de este grupo se llamaba Salmorejo.

>"La Biblia está llena de episodios interesantes. En el primer libro, el Guinessis, Adán y Eva fueron creados de un manzano. Uno de sus hijos, Caín, preguntó:"¿Soy yo el hijo de mi hermano?""
Hombre, Caín debía ir al psicólogo, eso es obvio. Y el libro, el Guinessis, no sé si le vino por la cerveza irlandesa o por el libro de los records.

>"Moisés llevó a los esclavos hebreos al Mar Rojo, donde hicieron pan ácimo, que es pan sin ningún ingrediente. Después de tomar los Diez Mandamientos en el Monte Cianida, Moisés murió antes de entrar en Canadá."
No compren ese pan. Por cierto, en cuarenta años sí que les dio tiempo a llegar al Canadá: Canaán se les quedaba muy pequeño..

>"Salomón tuvo 300 esposas y 700 puercoespines"
Confunde "concubines" con "porcupines". Además de extremadamente salaz tenía un toquecillo zoófilo, este Salomón. No me extraña que cantara salmos.

>"El conflicto entre israelíes y parisinos causó una crisis. Satán Hussein invadió Kiwi y Sandy Arabia"
"Sandy" (arenoso) parece más adecuado que "saudí". No sé por qué ese Satán Hussein odiaba los kiwis. No sé qué les pasará a los de París con los de Palestina.

>"Sócrates fue un famoso profesor griego que iba por ahí dando consejo. Lo mataron. Murió de una sobredosis de cicuta. Tras su muerte, su carrera sufrió un drástico declinar."

Cualquiera podría pensar que Sócrates era una especie de Jimmy Hendrix; sin embargo la carrera de Hendrix siguió siendo próspera pese a su muerte. Obvio.

>"Un mito dice que la madre de Aquiles lo sumergió en un río hasta que se convirtió en intolerable. Aquiles aprece en La Ilíada de Homero, quien también escribió The Oddity (La Rareza). Homero no fue escrito por Homero sino por otro hombre con ese nombre."

Sigue el misterio de Homero. ¿Era ciego o estaba ciego? ¿También se hizo intolerable? No es de extrañar que escribiera The Oddity en vez de The Odissey.


Bueno, viendo estos ejemplos, ¿nadie siente pánico? ¿Nadie cree que las Humanidades desaparecerán, como aquellas asignaturas medievales que hoy en día nos parecen tan exóticas? ¿Nadie se horroriza de que en un futuro nadie sepa, ni siquiera, que El Quijote escribió a Cervantes?

¿Aforismos? No, gracias

Si alguien quisiera regalarme un libro, debe saber que hay tres tipos de libros que nunca leería. El primero, todo asunto de autoayuda de cualquier estilo; el segundo, todo lo que hayan escrito César Vidal y Alfonso Ussía; y, por último, los libros de aforismos.
¿Que qué me pasa con los aforismos? Antes de decir nada, que conste que reconozco el trabajo y la concentración que debe suponer exprimirse el cerebro para producir una brevísima idea que intente encerrar un universo en ella. Pero es que me hablan de aforismos y recuerdo mis quince años, con aquellas frases de Tagore escritas en las carpetas de mis contemporáneos (más bien, contemporáneas), sobre todo aquel de las lágrimas y las estrellas, que me caía al estómago tan pesado como las descomunales milhojas de la pastelería La Pili de Ponferrada. No, no me van los aforismos, me resultan pretenciosos, y sólo me veo capaz de asimilar un par de ellos al día para no intoxicarme de sapiencia. Qué decir, pues, de trescientos en fila... Ni hablar.
Sin embargo sí hay algunos aforismos que me gustan, y que no tienen nada que ver con lo trascendente, con lo pretendidamente reflexivo. Algunos de Woody Allen, o de Groucho Marx, por ejemplo, me parecen geniales. Pero para poner un ejemplo, parafraseo (el contenido es aproximado: no los recuerdo de memoria) dos de mis favoritos, ambos de Les Luthiers, como no podía ser de otro modo. Ambos tienen ese sabor oriental que los hace más aforismos todavía:
"Buscarás el Conocimiento en Shi-ho. Buscarás la Trascendencia en Waba-si. Buscarás la Espiritualidad en Hoku-Yu. Pero la Paz... La Paz se encuentra en Bolivia."
"Anoche vi cómo desde el estanque de mi jardín se elevaba un dragón rojo con cuyas alas abrazaba la Luna... Tengo que beber menos."
Tal vez estéis en desacuerdo conmigo, pero para gustos...

sábado, 28 de noviembre de 2009

Inquietantes Papás Noel

Hay un signo claro de que llegará la Navidad. ¿Es acaso el despliegue de turrones y mazapanes en los supermercados? No. ¿Es, pues, la instalación del alumbrado navideño e nuestras ciudades? No, no. ¿Es entonces la proliferación de anuncios de juguetes en la tele? Pues no, no, no. El signo de los tiempos, la llamada al ciudadano de que llega ese tiempo de reencuentros, broncas durante las cenas familiares, excesos etílicos y subidas de azúcar en sangre y colesterol descomunales, es, nada más y nada menos, la aparición súbita de Papás Noel (¿Papás Noeles? No sé cómo se conjuga este sintagma nórdico con renos voladores) en las fachadas de los edificios. Y ojo con ellos. Los hay pequeños, colgados de balcones o ventanas, que más bien parecen haberse ahorcado viendo el trabajón que
se les avecina; otros, más grandes, en cambio, parecen estar a punto de entrar en las casas y desvalijarlas, pues si no, ¿para qué llevan esos sacos vacíos? Sí, esa moda nefanda del Papá Noel equilibrista en exteriores de fachadas produce un efecto perturbador, inquietante, en los viandantes. Si Stephen King consiguió con It que todos los niños temieran a los payasos de circo, este colgamiento navideño en boga acabará por conseguir que acabemos denunciando a ese tal Noel del robo acaecido en nuestros hogares, o que lamentemos su auticidio por haber nacido en una familia desestructurada, sin padre ni madre, sólo conviviendo con renos con nombre propio a los que les da por volar: a saber qué se tomarán los puñeteros renos. Por favor, no contribuyáis a la alarma social: no colguéis esos muñecotes en las fachadas o algo va a acabar mal algún día. Y que no se os dé por meter muñecos a tamaño real de los Reyes Magos por las chimeneas, porque al final, es obvio, el pobre Baltasar acabará en la cárcel acusado de allanamiento de morada, y los otros dos (uno rubio, uno castaño), de rositas.

Eugenides>Coppola>Air: una canción

En 1999 Sophia Coppola dirigió su primera película, Las vírgenes suicidas, basada en la novela de Jeffrey Eugenides del mismo título. Es una buena película, como es bueno el libro, y tiene alguna de esas frases que se te quedan, como cuando un médico pregunta a una de las niñas, Cecilia, por qué va a querer suicidarse una niña de su edad, y la niña le responde, más o menos: "Usted nunca ha sido una niña de trece años". Salen también Kathleen Turner (qué tristeza verla ahora, a aquella musa erótica esplendorosa de Fuego en el cuerpo), James Woods y unos jovencísimos Josh Harnett y Kirsten Dunst, sí, la novia de Spiderman.
Acaba la peli y uno se va a levantar, pero de repente surge una canción que te deja clavado al asiento. Lo primero que hice fue averiguar de quién era aquel tema. Lo descubrí pronto: es de Air, un grupo fetiche para esta directora, pues también su música estuvo presente en Lost in translation. Este es un montaje de la película con el tema, titulado Playground love, es decir, "Amor del patio de juegos". Una canción evocadora, cálida, envolvente, con un sonido muy a lo Beatles del Álbum Blanco, con ese tono microfónico, esos ambientes cargados y etéreos a la vez. "I'm your high school lover and you're my favourite flavour...You're my playground love..." Eres mi amor del patio de juegos. Preciosa. A ver si os gusta.


viernes, 27 de noviembre de 2009

Una canción de Elliott Smith

Una de las viejas canciones de ese hombre triste, atormentado, abanderado del sad-core, de ese hombre que murió en tan extrañas circunstancias (tengo una entrada del 25/03/2008 que comenta estas circunstancias), y del que está saliendo ahora en YouTube material casero. Una de las joyas de Smith es ésta, Between the bars, es decir, Entre rejas, del álbum Either/Or. Escuchadlo, merece la pena. Qué lástima que ya no esté entre nosotros para seguir componiendo canciones así:

lunes, 23 de noviembre de 2009

La indignación de Philip Roth


El autor norteamericano Philip Roth, creador por ejemplo de Pastoral americana, La mancha humana o Me casé con un comunista, es una eminencia literaria a nivel mundial, y es también la voz más profunda, el cronista decisivo de la historia norteamericana del siglo XX, y asimismo un referente moral y político de este país. Así pues, no es de extrañar que no le den el premio Nobel (que no es un premio promovido por una marca de tabaco bajo en nicotina y alquitrán, aunque a veces lo parezca).
Su obra más reciente, Indignación, demuestra a las claras todo lo que he dicho, y recomiendo encarecidamente su lectura. En esta novela se relata la historia de Marcus Messner, un
estudiante de origen judío que va a una universidad del Medio Oeste (quintaesencia del conservadurismo) en 1951, y ahí entra en confrontación con los valores sempiternos, es decir, ultraconservadores, de la América Profunda. Es difícil destacar unas partes sobre otras, porque, a diferencia de la verborrea insufrible que nos acosa en toda edición actual, Roth va al grano y elimina lo superfluo. La lucha titánica de Messner contra fuerzas superiores, la atmósfera opresiva en que quiere sobrevivir, se antojan excesivos para un joven librepensador y ateo como él. La referencia histórica es la Guerra de Corea, traumática como pocas en la historia de los EE UU, y su sombra se proyecta sobre todos los jóvenes del campus, ya que fracasar o transgredir puede significar ser alistado como carne de cañón. Para la memoria, la tensa discusión entre Messner y el decano Caudwell, lucha de ideologías homérica, y la relación con Sylvia, con todos los interrogantes. Roth no sólo nos circunscribe a la gran historia, sino también a la microhistoria, es decir, a las leves variaciones sociales, como por ejemplo la actitud de los jóvenes ante el sexo en el año 1951, o el miedo de las autoridades a que los jóvenes no participen en círculos sociales integradores y "gregarizantes", o el antisemitismo latente en esa sociedad calvinista: nadie como él puede abrirnos los ojos, nadie como él desmenuza la urdimbre que constituye una sociedad. El final de la novela es sobrecogedor: no puedo contarlo, sería una traición. Roth es un genio literario. Por eso, no ganará el Nobel. Eso queda para otros. Y a veces no puedo evitar exclamar: ¡qué otros! Como decía Borges, mejor que se dediquen a la dinamita, que es como empezaron.
(A Tomás Ruibal, por los cafeses literarios)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Dictámenes judiciales

Imaginaos que os vais de vacaciones, y que al cabo de dos semanas volvéis a vuestro piso alquilado, y éste está tomado por unos okupas. En otros países, simplemente los inquilinos llamarían a la policía, y ésta desalojaría, como fuese, a los ocupadores ilegales. Pues en Barcelona va a ser que no. Un juez de esta ciudad protege a los invasores porque son desheredados de la tierra. Sin embargo, los que alquilan el piso y pagan religiosamente ese alquiler porque de no hacerlo perderían sus derechos sobre ese piso de protección municipal (ubicado en el barrio del Raval, el más marginal del centro de Barcelona, o sea que haceos cuenta de los ingresos de los alquilados) tienen que ver cómo esos okupas tan ideales y majos les tiran los enseres por la ventana. ¿Esto cabe en alguna cabeza? esto es indignante, y creo que sólo puedo hallar una explicación lógica si me circunscribo a la ciudad en que han sucedido los hechos: ciudad en la que, por unanimidad de la corporación, cualquiera puede pasear en bolas por sus calles si sale de las narices o de otro lado.
A mí me parece que Barcelona quiere convertirse en una especie de Arcadia del siglo XXI, un lugar angelical en que sus habitantes rechazan a los toros (Barcelona llegó a tener tres plazas de toros estables en tiempos cercanos), usan la bicicleta como si fueran holandeses (en mi última visita pude percibir la irritación de muchos ciudadanos ante el abuso de los usuarios de velocípedos, que se creen con derecho a meter sus bicis hasta en los teleféricos, y a circular a toda pastilla por las aceras), y el nudismo es un objetivo generalizado a corto plazo (ahora vienen las quejas de los ciudadanos por algunos que se pasean por toda Barcelona en pelotas). Como siempre en este país se confunde la gimnasia con la magnesia: nadie es un criminal porque le gusten los toros, ningún okupa es un héroe de la clase trabajadora porque ni trabajan ni tienen la intención (y además, no es que sean precisamente unos angelitos) , nadie tiene por qué desnudarse en público si no le gusta (y ahora vienen los lamentos por las repugnantes fotos de prostitución en el centro del Barcelona, pero ¿alguien se puede extrañar?), y nadie debe confundir los términos: sintiéndolo mucho, nudismo no equivale a izquierdismo y progresía, y si no, infórmense de quiénes popularizaron el nudismo en Occidente: los nazis. Y salvaguardar a unos okupas que le quitan la vivienda a gente trabajadora que las está pasando canutas no es de un izquierdista: es de un auténtico y genuino gilipollas.

Presentaciones y promociones



A finales de octubre presenté en Ponferrada los libros Amaranta y otros cuentos y la novela Detrás de un retrato. Nunca habíoa hecho una presentación en un local tan lujoso, el de Caja España de Ponferrada. Tras diversas vicisitudes, tuve que recurrir a un amigo familiar, Juan Fernández, que sale en la foto a mi derecha, para que me presentase. Y vaya si me presentó. En realidad, lo mejor de la charla fueron sus palabras: Juan es una persona de una cultura inmensa y una ironía realmente resultona, consecuencia de su inteligencia destacada. Desde aquí quiero agradecerle el esfuerzo y el embolado. Además, Juan tiene también la virtud de ser hermano de mi querida amiga Lucía (que sale en la foto conmigo y con mi hermana Susana), con lo cual no puede ser mala persona. Todo salió bien, y
después del acto, del acto literario, entendámonos, nos fuimos a tomar algo. En fin, que muy bien: muy emotivo, con mis padres, esposa, hijos, hermanos, cuñada, amigos y otros inidentificados. Saludo desde aquí a Santiago Macías y a Elena, dicho sea de paso, que tuvieron el detalle de asistir. La pena fue que no pudieran asistir mi hermana Reyes, que tenía un compromiso con Médicos Sin Fronteras, ni Amparo Carballo, la editora, por problemas personales muy delicados.
El pasado jueves hubo otra presentación de las mismas obras, ésta en un ambiente menos solemne, más informal. De hecho, la gente que asistió me conocía tan bien que preferí que nadie me presentase. Fue en la librería Versus (foto de abajo), de Vigo, y mil gracias a sus dueños, Juan y Sabela, dos personas entrañables y necesarias en este mundo de analfabetos funcionales. Fue
breve, anecdótico y amable, nada de parlotería pseudointelectual, a la que recurro sólo ante desconocidos, no vayan a pensar que por ser desconocido soy burro. Después, también celebramos, por supuesto. Tal vez demasiado. Yo, al día siguiente estaba un poco destrozado. Pero gracias, compañeros del Rosais II, gracias, amigos de Chapela y gracias, Dulcina y todo el resto.
Y el viernes me llamó Belén, del programa San Viernes de la cadena Localia. Hablé por teléfono en abierto mientras Belén mostraba los libros a la audiencia. Creo que mañana lunes estará colgado el programa en la red, así podré oírme la voz de gilipollas que tengo, ésa que ni me reconozco cuando oigo. Muchas gracias por el apoyo, Belén: ojalá acabes en Cuatro. Bueno, al menos me estoy promocionando un poco, yo, con lo vago que soy para estas cosas.
Ah, por cierto, si alguien está interesado en saber más sobre los libros, o incluso en adquirirlos, puede ponerse en contacto con Ediciones Hontanar a través de la su página web. En Vigo Detrás de un retrato sólo están a la venta en las librerías Versus y Cartabón (Amaranta está también en Tanco de Orense y Couceiro de La Coruña), por lo que difícilmente los podréis verlos por ahí, a no ser que vayáis a Ponferrada, a la librería Solana, que es la casa editora además de Ediciones Hontanar. Pues nada, hasta pronto.
(A Juan y Lucía)

viernes, 20 de noviembre de 2009

Concierto indie en Vigo



El pasado miércoles fuimos Carola y yo al campus de Vigo (el CUVI) para ver la actuación gratis de I Am Kloot, concierto de cuyo conocimiento tengo que agradecer a mi amigo Juan Castaño, alias John Brown. El que no conozca el CUVI tendrá al llegar las mismas sensaciones que si un tipo de Río de Janeiro va a Brasilia: lugar solitario, desolado como un paisaje de Chirico, fantasmal y de altísimo diseño arquitectónico. Pues entramos en el pequeño teatro, y antes de I Am Kloot, había un trío actuando, dos hombres y una chica jovencita. A mí la voz de uno de ellos me sonaba muy
familiar, y las melodías me recordaban a Jonathan Richman. Resultó que al final me gustó más este trío que I Am Kloot. Y por fin descubrí quiénes eran: el cantante es Stanley Brinks, otrora miembro del dúo Hermann Dune; los otros dos componentes eran una cantante francesa, Freschard (sale en la foto con Brinks) y el último se llama Ish Márquez, neoyorquino y profeta de algo llamado Anti-folk. La música que hacen implica hacer una coctelera con el Tom Waits más pausado, el Johathan Richman de siempre y los inicios de Hermann Dune, con un toque cercano y naif que tanto a Caro como a mí nos encantó. Tuve la suerte de poder hablar brevemente con Brinks y Freschard, y me compré uno de los CD que vendían (me arrepentí de no haberles comprado todo). Sólo puedo decir que me habría gustado invitarlos a casa a cenar: gente cercana, simpática, encantadora, distinta a todos los gilipollas que merodean el mundo de la música.
Después, I Am Kloot, grupo que sigo desde los inicios, con aquel CD titulado Natural History que tanto me gustó, y con el siguiente álbum (el álbum negro, le llamo yo), sencillamente maravilloso. Pese a ser muy pocos los asistentes, tocaron lo mejor de lo mejor; de
hecho, la primera canción fue la inigualable From your favourite sky, y luego vnieron To you, Strange arrangement of colours, Storm coming y algunas otras del próximo álbum, que saldrá en septiembre, y que promete mucho. Yo, por si acaso, por 10 euros me compré un CD doble con rarezas y caras B, que está de maravilla. Ah, lo siento, chicos: haber ido. Por cierto, el líder de I Am Kloot es un tipo realmente simpático e irónico, y llevó con gran aplomo todos los problemas que hubo con los amplificadores. Qué tíos más majos. Y qué buenos son. Gracia, Juan Castaño, tú que iluminas esta comunidad autónoma desde las cercanías del legendario río Con.
En fin, que Vigo, ciudad vilipendiada como pocas, te da la posibilidad de acceder a estas músicas diferentes y auténticamente indispensables para gente como yo. El año pasado, sin ir más lejos, actuó en este mismo festival Micah P. Hinson, y hace unos años, CocoRosie. Pues eso, si queréis ver a Shakira, La Oreja de Van Gogh y Paulina Rubio, podéis ir a La Coruña; pero si queréis ver a Leonard Cohen, Stanley Brinks, Russian Red, Quique González, I Am Kloot y otros, tendréis que venir a Vigo. Vigo a veces me mata, pero a veces la quiero tanto...

(A Juanito Castaño, The Searcher)

lunes, 16 de noviembre de 2009

Títulos estrambóticos de canciones country


Esta lista me la dio hace muchos años (existía el COU) un alumno exepcional, Antón, hijo del escritor gallego de literatura infantil y juvenil García Teijeiro. Estos son, lo creáis o no, los títulos de algunas canciones country, que traduzco para que no sea tan engorrosa su lectura. Tratan muchos temas, aunque predominan el del amor, el desengaño y la metafísica desde un punto de vista cuando menos peculiar; estos son algunos de los logros de algunos cantantes del Medio Oeste (Mid-West), esos a los que el resto del país llama rednecks (es decir, llanamente, "paletos"):

>Sinceridad aplastante: "Sácame la lengua de la boca porque te estoy besando para despedirme"
>Lógica MidWest: "¿Cómo puedo echarte de menos si no te vas?" y
"¿Cómo puedes creerme cuando digo que te quiero si sabes que siempre he sido un mentiroso?"
>Dilemas redneck: "No sé si matarme o ir a jugar a los bolos"
>Tremenda metáfora, compañero: "Tiré de la cadena de mi corazón para echarte de mí"
>¿Admiración o resquemor? : "No la llevaría a una pelea de perros porque temo que ella ganaría"
>Familia desestructurada: "Mama, coge el martillo (hay una mosca en la cabeza de papá)"
>Desesperación por lo humano y divino: "Me duele la cabeza, me apestan los pies y no amo a Jesús"
>Sinceridad abrumadora: "Eres la razón por la que nuestros hijos son tan feos"
>Dolorosa metáfora carpintera: "Sólo fuiste una astilla cuando me deslizaba por la barandilla de la vida"
>Gracias al transporte divino ( Greyhound es una compañía de autobuses): "Gracias a Dios y a Greyhound ella se ha ido"
>Cuernos agrarios: "Mi John Deere rompía tus campos mientras tu Dear John me rompía el corazón"
>Generosidad asquerosa: "Si mi nariz estuviera llena de centavos, me los sonaría sobre ti"
>Metáfora trascendente: "Sólo soy un bicho en el parabrisas de la vida"
>Paradójica venganza Mid-West: "Si no me dejas en paz, encontraré a alguien que lo haga"
>Amnesia Mid-West: "Sigo olvidándome de que me olvidé de ti"
>Imagen visionaria: "No puedes patinar en una manada de búfalos"
>Amor puro y verdadero: "Tengo gomina en las orejas y las gafas se me están escurriendo pero puedo verte tal como eres" y "Cuando te vayas, sal caminando hacia atrás para que así crea que estás entrando otra vez"
>En fin...: "Yo le cambié el aceite y ella cambió mi vida"
>Imaginería religiosa y vaquera: "Fui cazado a lazo y arrojado por Jesús al corral del Espíritu Santo"

En fin, en fin. Cualquiera que piense que esto no es cierto está en un error. Yo tampoco me lo creía hasta que empecé a rastrear algunos títulos. Fascinante, ¿no? Desde que leí esto hasta tuve que dejar de mofarme de las letras de Mecano ("entre el cielo y el suelo hay algo con tendencia a quedarse calvo" es una de sus perlas). Siempre hay alguien que te supera en todo, ¿no?

sábado, 14 de noviembre de 2009

La verdadera historia de Moisés

Todo estaba preparado para la entrada en la Tierra Prometida: la cinta, el champán, la azafata con las tijeras sobre un cojín... Todo. Al día siguiente entrarían las tribus en esa tierra, comandadas por Moisés. Cada tribu llevaría una indumentaria distintiva: la de Levi, iría de blanco; la de Dan, horterillas ellos, de azul y granate; la de Benjamín, blanquinegra; Moisés presidiría con un vestido a rayas blancas y rojas. Sí, todo estaba listo.
Moisés subió a un monte cercano, pues sólo desde los montes se podía acceder a Dios, lo cual prefiguró de algún modo el Wi-fi. Pero desgraciadamente Dios en ese instante tenía escalofríos, dolor de cabeza, malestar general y fiebre. Aun siendo omnisciente, no se le había ocurrido crear
el Tamiflu al séptimo día. Y además de ese estado general, estaba de muy mal humor, como era habitual en Él. Esa llamada intempestiva le tocó las narices, y súbitamente le dijo a Moisés que de Tierra Prometida, nada. Moisés, anonadado, expuso que había guiado al Pueblo desde Egipto, habían seguido una dieta monocalórica de maná durante cuarenta años, había luchado contra las herejías... ¿y ahora eso? Dios le dijo:
-Calladito, ¿o no te acuerdas de Gomorra? Además, esa túnica que llevas te va a dar mal fario, Moisés.
Moisés bajó el monte desolado. Allí le esperaba Mordecai, su hijo, pues había tenido un hijo en la travesía.
-Dile a tu tío Aarón que se prepare, que va a ser él quien corte la cinta.
Mordecai se quedó callado, y atónito, aunque como había estado experimentando con ciertas hierbas y estaba un poco flipado, tal vez lo debíamos etiquetar de "acónito".
Al día siguiente, tras estrellar la botella de champán contra el costado de un camello, como es protocolario en toda inauguración (ese camello tampoco pudo entrar en Canaán dadas las lesiones sufridas), las tribus fueron desfilando: los de blanco, entonando un himno en que se definían como caballeros del honor; los blaugranas, entonando: "Tot Canaán és un clam..."; los de rojo, afirmando a sus asociados que nunca caminarían solos... y así sucesivamente fueron pasando todos. Todos menos Moisés, sentado sobre una piedra con su túnica a rayas rojas y blancas, y el camello, al que le esperaban largas sesiones de rehabilitación. Mordecai, que ya no estaba acónito, se le quedó mirando un instante y le dijo:
-Papá, ¿por qué somos de este equipo?
El cielo se abrió repentinamente, y Dios clamó:
-Eso me pregunto yo, Mordecai.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cuando me encontré a mis mismos

Entré en el bar. Maldita sea, un tipo estaba leyendo el As. Me arrimé a él para meterle prisa, y quedé atónito. Ese otro era yo mismo. ¿Era aquello una pesadilla o un cuento de Borges? La verdad es que era yo, aunque más bronceado, con mejor tono muscular, un polo Hilfiger y una cartera llena de euros. Nos presentamos: Hola, soy tú. Hola, eres yo. Y comentamos sobre nuestras vidas, sobre todo acerca de en qué punto éstas, por esos caprichos de los pliegues espacio-temporales, habían divergido. Y al cabo de un rato de cábalas, llegamos a la conclusión de que todo cambió un día durante la adolescencia en que tanto él como yo, siendo él yo, y yo él, nos fugamos de casa. Yo, durante dos horas. Él, durante una semana. Cuando él regresó, mis padres (es decir, los suyos, que eran los mismos que los míos, aunque tamizados por el pliegue espacio-temporal) lo miraron con más respeto, y decidieron invertir un dineral en él para que hiciera económicas en Harvard: ahora era uno de los consejeros del Banco de Santander, codo a codo con Botín. Yo, en cambio, seguí mi vida rutinaria, ya que ellos ni siquiera se habían enterado de mi fuga, y así acabé de empleado de banco.
De repente, un tipo encapuchado entró en el bar y gritó que aquello era un atraco. Toda la gente fue soltando relojes, móviles y dinero... hasta que llegó a nosotros. Supimos que dudaba por un instante. Acto seguido se quitó el pasamontañas... y allí estaba yo, y él también, pero este yo y él estaba bastante ajado, con varias cicatrices en la cara y ojos de haberse fumado todas las cosechas magrebíes de hachís. Le preguntamos cómo había acabado en eso, y nos explicó que un día, de adolescente, se escapó. Nos miramos, alucinados. Pero él se escapó, y entre una cosa y otra nunca más regresó a casa. Se buscó la vida, y con el tiempo se dedicó a robar bancos. Una cosa estaba clara: nuestra vida, es decir, la mía, la de él y la de él, que todos, en trinitaria conmoción, son yo, giraba en torno a los bancos.
Súbitamente se oyó un tumulto en la calle. Mi otro yo macarra devolvió los objetos a cada uno de los clientes, tal vez celebrando con una buena acción tan extraño encuentro. Salimos y vimos, increíblemente, a otro yo, éste subido a la cornisa de un banco, afirmando que iba a saltar y suicidarse. Repitió varias veces: que me tiro, que me tiro... con esa poca convicción que despliegan los falsos suicidas. Aguardó a que llegara la policía y lo retuviera ante de saltar fatalmente al vacío. Cuando se lo llevaban, pasó por delante de mí, es decir, de nosotros; en ese instante un policía le preguntaba por qué había hecho aquello, y él le dijo, señalándonos, que le estuvo bien, por no haberse ido de casa de adolescente, ni siquiera por unas horas, como hicimos nosotros.
Nuestros caminos se separaron, espero que para siempre. Pero juraría que un tipo que vi mendigando a la puerta del mismo banco era yo también. ¿Qué habría hecho ese yo para acabar así? ¿No escaparse y ser bueno? ¿Escaparse unos minutos? Aceleré el paso. Llegaba tarde al banco.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ocurrencias extremeñas

No salgo de mi asombro. La Junta de Extremadura ha invertido, por decirlo de algún modo, dinero público en una campaña llamada "El placer está en tu mano". Esto consiste en cursos en que los asistentes aprenderán a masturbarse ("autoexplorarse" es el eufemismo actual), no a lo zafio y gorrino, sino con estilo, con savoir faire. No, no salgo de mi asombro. Si los poderes públicos se dedican a financiar cursos como éstos es que algo anda mal. Además, ¿quién va a ser el guapo que se va a inscribir en el curso?
-Oye, mamá, voy al cursillo de masturbación.
-Vale, hijo, hala, que te aproveche.
-Oye, y vete ahorrando, que si me gusta pienso hacer un máster.
-Lo que sea, nene, lo que sea para que te realices como persona.
Resulta además que las ponentes del curso serán las propietarias de una tienda de juguetes sexuales de Madrid llamada Los placeres de Lola. Jo, es que todo suena a chiste, a sainete, a película de Berlanga. La realidad es fascinante, ¿quién lo puede negar? Y me pregunto a quién, a qué cráneo privilegiado se le habrá ocurrido esta ocurrencia, valga la redundancia, o también qué bebida espiritosa habrá bebido antes de plantearse algo así. ¿Sería ese licor de bellota llamado "Beso Extremeño"?
Me temo que las instituciones se están "protestantizando", es decir, están inmiscuyéndose cada vez más en la vida del ciudadano, llegando hasta los límites de lo más íntimo. Manda caray, hace nada seguir estas prácticas tenía como consecuencia quedarte ciego o tísico, y ahora sales con diploma, banda de honor y tesis cum laude. Y todo esto me recuerda una película de los Monty Python, creo que era El sentido de la vida, en uno de cuyo sketches un profesor impartía una clase de educación sexual, en la que tenía una sesión de sexo con su esposa delante de los alumnos. Empiezo a no ver esta posibilidad muy lejana, qué queréis que os diga.
Pues bueno, ya puestos, fomentemos nuevos cursos. Uno, por ejemplo podría ser éste: Yendo hasta el fondo: Kamasutra para profes. O también: Orgasmo de Rotterdam: sexo para filósofos. O Funcionarios en celo: sexo tántrico para celadores. Y el mejor, El sexo sentido: clases privadas para videntes rijosos. Sí, lo cierto es que si sigue esta tendencia, las actividades extraescolares de los centros van a estar a tope. Pero a ver quién es el guapo que va allí el día de prácticas.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Una ardilla y dos coyotes



Leo este párrafo en la novela Al pie de la escalera de Lorrie Moore: "... vi una ardilla que había atropellado un coche". Lo primero que pensé fue: Cary con la ardilla, ¿qué comen esos roedores en el Medio Oeste norteamericano? Pero cuando después la autora pasó a narrar el estado del cadáver de la ardilla, caí en la cuenta de que tal vez el traductor, en aras de la búsqueda de la falta de ambigüedad, debía haber cambiado el orden de la frase y decir: "Vi una ardilla que un coche había atropellado". Es como esa noticia que ya había comentado otra vez: "Mata a su vecino mientras rezaba". No sabemos si el asesino era un beato o si se aprovechó del fervor de aquél para asestar la puñalada trapera. Por cierto, la novela citada es altamente recomedable, y veo con cierto gozo que Babelia le ha dedicado unas páginas a la autora.
En otro orden de cosas, a finales de octubre leí una noticia en uno de esos periódicos (?) gratis que me dejó anonadado, pero como no le doy mucho crédito a estas publicaciones entré en internet (que tampoco es tan fiable) para ver qué había de cierto. La noticia, lúgubre noticia, era que una joven cantante canadiense llamada Taylor Mtchell había fallecido... devorada por coyotes. Internet me confirmó la noticia: la chica, de 18 ó 19, hacía una ruta, sola, por los montes de Nova Scotia, en Canadá, cuando fue atacada por los coyotes. Cuando la encontraron unos operarios del parque nacional, ya no pudieron hacer nada por ella. Qué muerte más horrible. Y horrendo fue también ver las fotos de la chica en la red posando para su álbum, o para promociones, una joven de apariencia inmortal, como todos los jóvenes.
Y esa muerte tan absurda me recordó a la de Jeff Buckley (en la foto), que se ahogó por echarse a nadar en condiciones francamente adversas, o la de John Kennedy, o la de John Denver, ambos pilotando avionetas sin la pericia suficiente. Creo que hay algo muy norteamericano en esto, en estos retos ridículos que se plantean a sí mismos con frases como "qué demonios, yo puedo hacerlo" o "tengo todo el derecho de ir a ese lago infestado de cocodrilos: soy un ciudadano americano" o "una maldita máquina no me va a amargar el día" o "si quiero nadar no habrá huracán que me lo impida, maldita sea". Seguro que a la pobre chica le previnieron de los peligros de hacer rutas por esas soledades sin más compañía que la mochila, y la chica dijo: "Qué demonios...". Pobre chica. Que hoy en día mueras devorado por coyotes no deja de ser una noticia tristemente espectacular.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Déjame presumir de ti un poquito

Déjame presumir de ti un poquito
que mi piel sea el forro de tu vestido,
déjame que te coma sólo con los ojos,
con lo que me provocas yo me conformo.

¿Por qué no probar a decirle eso a una mujer a la que quieres? Si es recelosa, desconfiada, creerá que uno va buscando una ración especial de algo no muy común; si es un poco siesa, arrugará la nariz y se largará con dignidad solemne. Pero si tiene sólo una pizca más de sensibilidad que un búfalo del Serengeti, se le abrirán los ojos y el alma y sabrá que eres el elegido, el único, el impecable e insoslayable. Años más tarde, en la tele, en la radio o en un bar, oirá esta estrofa de la canción Soñar contigo cantada por Toni Zenet, con letra antológica de Javier Laguna. Tal vez piense con razón que la letra miente como mienten todos los boleros (ya lo dijo Sabina en su Canción de las noches perdidas), y que tú mentiste como un bellaco, pero si tiene un poco más de sensibilidad que un rinoceronte astigmático, sonreirá para sus afueras y recordará el día inolvidable en que te apropiaste de esas palabras.
Habría que hacer una enciclopedia sobre todas las palabras que uno un día pudo haber dicho y no dijo porque no se atrevió o porque no se le ocurrieron.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Una de etimologías

Acabo de leer un libro entretenido, simpático y brutal al mismo tiempo: Burlando a la Parca, del norteamericano Josh Bazell. En él, aparte de su visión esperpéntica tanto de la mafia como de un hospital de los EE UU, hallé una etimología que desconocía: el origen de la palabra "mafia". Según el autor, "maifa" ("fanfarrones") es como llamaban los musulmanes a los capataces de los grandes terratenientes de la isla, y de ahí, por una transposición, se llegó a la palabra mundialmente famosa hoy en día.
También hace cosa de un mes me comentó mi amigo Tomás Ruibal el origen de la
palabra "subasta", que viene del latín "sub hasta", es decir, "debajo del mástil de la bandera", ya que el botín del ejército romano se solía repartir en ese lugar, y el reparto era llevado a cabo, inevitablemente, por el "subhastarium". Me encantan estas cosas, ya lo sabéis.
Sin embargo, en muchos casos uno debe ser precavido antes de aceptar etimologías. Y pongo como ejemplo el origen de la palabra "flamenco" según el clásico Corominas. "Flamenco", del neerlandés "flaming", significa "natural de Flandes". Hasta ahí todo va bien. Al parecer en España se aplicó este término a la persona de "tez encarnada, por tomarse el flamenco como prototipo de los pueblos nórdicos". Y de ahí que se llamase así al ave palmípeda, por su color similar (!), y de ahí también la aplicación a las mujeres de tez sonrosada, y de ahí a la persona "gallarda y de buena presencia", y después a la persona "de aspecto provocante, de aire agitanado", hasta llegar al canto andaluz o agitanado. Bueno, pues qué queréis que os diga: en este caso no creo ni en Corominas. Me parece muy agarrado por los pelos, o por las plumas del flamenco, que para todo hay.
Para acabar, una etimología simpática. ¿Sabéis de dónde viene "fimosis"? Pues del griego phímôsis, que significa "yo amordazo con bozal". Ahí queda eso, la mordaza y el bozal. Pa' que no muerda.

lunes, 2 de noviembre de 2009

13, Rúe del PPercebe




Oigo, veo, contemplo el panorama del PP y pienso inmediatamente en tebeos. Por un lado, en La familia Trapisonda, un grupito que es la monda, que a los más jóvenes no les sonará; por otro, inevitablemente, en la legendaria Rúe del Percebe, creada por el genial Ibáñez. Porque en la Rúe del Percebe (o PPercebe) había un tipo que vivía en las alcantarillas, un moroso en el ático, un tendero que ofertaba productos putrefactos, una pensión de mala
muerte, un veterinario, un piso lleno de cacos, unos niños terroríficos, un ascensor como un ataúd, una señora muy mayor y presumida y, sobre todo, un sastre nefasto.
Cada uno que ponga las etiquetas que quiera (Costa, El inefable Bigotes, Camps, Soraya, etc.), pero yo en lo de la señora mayor y presumida no puedo evitar echar la vista hacia Madrid, y otros personajes devienen obviedades, como el piso de cacos, o el sastre.
Y también, por qué no decirlo, podríamos aplicar al absoluto descontrol del puesto de mando del PP una metáfora manida, la del camarote de los Marx (o de los Camps): demasiada gente para tan poco espacio, demasiado barullo, demasiadas ganas de forrase, como bien dijo con increíble serenidad el morenito Zaplana, o de controlar el poder a toda Costa (me ha salido un chiste fácil). Han perdido el norte. Si Cospedal ha tenido que pedir
perdón a sus militantes y a los ciudadanos por la pésima imagen del partido (qué lejos queda los días de prietas las filas ante la conspiración política, judicial y policial contra ellos), es que algo va pero que muy mal en el PP. Además, acabo de oír en la radio que el PP sólo está cuatro puntos por encima del PSOE en intención de voto: ¡increíble! Esta oposición no es capaz de tumbar a un gobierno titubeante, adicto a la improvisación, en un contexto económico tal que hasta con el Chiquilicuatre de líder sacarían ventaja. En fin, yo no voy a llorar por el PP. Pero sí el personaje de Rajoy se me va pareciendo cada vez más al de Adolfo Suárez, aniquilado por las familias variopintas de UCD. La diferencia es que Rajoy no le llega ni al tacón a Suárez, a su altura de miras y a su inteligencia y responsabilidad en los momentos más duros de la democracia española. Rajoy, por el contrario, se ha dedicado a incendiar el paisaje irresponsablemente durante cinco años, y ya se sabe, quien juega con fuego...