viernes, 30 de abril de 2010

El Hallelujah de John Cale


Conozco cuatro versiones de la canción Hallelujah; la primera, la original, de Leonard Cohen; la segunda, la de John Cale, miembro junto con Lou Reed y otros, de la legendaria Velvet Underground; la tercera, de Jeff Buckley; y, por último, la de Rufus Wainwright. No dudo que haya más, pero ésta son las más siginifcadas. La canción es un canto al amor carnal, a la música. La letra de Cohen abunda en referencias de la religión judía, como ha hecho tantas veces, como por ejemplo en la inolvidable Who by fire, basada en una de las oraciones de la liturgia hebrea. Hallelujah es una de esas canciones que perdurarán, porque poseen una cualidad intrínseca, emocionante, que pocas veces se alcanza. tengo el recuerdo de un día en agosto en Ferreira de Pantón. Un grupo español, La Sonrisa de Julia, ensayaba ante el público antes de la actuación nocturna. De repente, el solista se puso a cantar esa canción con la guitarra, casi a pelo. Estábamos tomando unas cervezas en un bar con terrazas, rodeados de robles centenarios, y empezamos a corear la canción. Fue uno de esos momentos emocionantes que ocurren a veces y que nunca olvidas. Este es el enlace para un vídeo en directo:

Y este es el enlace para la versión en disco, con la letra:



Entrada número 300

Hoy, viernes, no voy a hablar de nada en especial: ni de las curiosas teorías alimenticias de Evo Morales, ni de los escándalos de la iglesia católica, ni de Gürtel, ni de los aspersores vengativos del Nou Camp, ni de música indie, ni de libros recomendables, ni de películas o series, ni siquiera de Belen Esteban, el icono choni de la postmodernidad. Hoy, con la cabeza recocida por la sinusitis, voy a celebrar que ésta es mi entrada número 300 en el blog Tardes Eléctricas. Hoy me sentiría eléctrico si no fuera por mis vías respiratorias y mi cerebro escasamente oxigenado. Tras 26 meses de blog, y un descanso meditativo de tres meses el pasado verano, llego a la conclusión de que escribo más de diez entradas al mes, lo cual me sorprende: no era consciente de escribir tanto.
Pues nada, blogueros, disfrutad del fin de semana, y os dedico este texto a todos los que alimentáis el marcador de la bitácora. Gracias por leerme, por añadir información a la que yo pongo a vuestra disposición, incluso por reñirme cuando es lícito (lo es más de una vez: se me va la olla a menudo por mi excesiva vehemencia). No me he impuesto un número máximo de entradas, pero dudo mucho que llegue a escribir otras trescientas: seguiré hasta donde pueda.
Desde Vigo para el mundo (suena a programa de TV), os mando un saludo.
Miguel

(Última hora: leo en otro blog que van a salir los siguientes modelos de coche: Nissan Moco y Mazda Laputa. Qué casualidad. Por cierto, el título original en japonés de la película de Kurosawa El Imperio de los Sentidos se lee así: Ai no corrida; jopé con los japoneses y coreanos, cuántos malentendidos se pueden suscitar...)

jueves, 29 de abril de 2010

En una tienda de ropa interior...






Entramos el martes en una tienda de ropa interior en la que anunciaban liquidación. Bueno, eso de liquidar es muy relativo, porque hay establecimientos que se pasan cinco años liquidando. Pero el caso es que entramos, Carola y yo, y lo primero que vi me dejó bastante flipado. En un expositor había un calzoncillo cuya marca, inscrita en la tira de la cintura, era la siguiente: Decojones. Le pregunté a la dependienta, una mujer de unos cincuenta años, si esa era en realidad la marca. Dijo que sí, y que le daba un poco de corte nombrar la susodicha marca. No me extrañó demasiado. Puede dar a malentendidos, creo yo. No me imagino una marca de sujetadores que se llame "Paltetamen", por ejemplo.
Esto me recordó a una de las islas que visitó Gulliver en sus viajes. Como la versión que leíamos estaba censurada o abreviada, siempre se saltaban la isla de Laputa (fijaos en el mapa, si no me creéis), así, tal cual. Según el autor, Swift, el nombre se le ocurrió al escuchar una conversación de unos marineros españoles en un puerto de mar. No es arduo imaginar qué intenciones tenías los hispanos marinos en ese puerto de mar.
Y ya puestos, debo comentar que en alemán hay una expresión que significa "a toda velocidad"; la expresión es "mit Karacho" (pronunciado "mit carajo"). ¿A alguien le extrañaría que esta expresión la hubiese aprendido un alemán en un puerto, escuchando una conversación de marineros españoles? A mí, no. ¿Y a quién estaría escuchando el japonés al que se le ocurrió poner ese nombre que aparece en la foto al modelo de coche? ¿A otros marineros españoles? ¿Y el alemán que bautizó otro modelo como Jetta? No hay duda, estamos por doquier.

miércoles, 28 de abril de 2010

La canción de Ikea



Estos de Ikea tienen un don. Por lo menos en mi caso, consiguen que se me metan en la cabeza todas sus canciones, por absurdas que sean. Por ejemplo, lo de "Donde caben dos caben tres" se me metió en el cerebro y casi me crea un colapso emocional, por no hablar de sus "slogans" ("Bienvenido a la República Independiente de tu casa", etc). Pero en su última campaña, con la canción No puedo vivir sin ti consiguieron que los discos de su autor, Coque Malla, disparen las ventas. Olé por ellos, y por Coque Malla, un tipo que desde la creación de Los Ronaldos ha desarrollado una obra más que digna, y que además posee una de las mejores voces del rock (ahora del pop-rock) español. Esto ya le ha sucedido a muchos cantantes, como Dover con Coca-Cola y su canción Devil came to me, o a Chiara Mastroiani, con su versión de Eye of the tiger anunciando un coche, o incluso a Frente!, con su Bizarre love triangle promocionado por Volkswagen. Hay decenas más: los Dandy Warholes, Australian Blonde, Los Rodríguez, ...e incluso los Rolling tuvieron sus ganancias con aquel anuncio de los conejos de colores corriendo por la ciudad, con los acordes de la memorable She is a rainbow, anuncio de una tele de plasma, creo recordar. En fin, si queréis ver el vídeo de Los Ronaldos, cantando la canción de Ikea con mucha marchita, ahí está el enlace:

martes, 27 de abril de 2010

Alicia y las ¿Maravillas?

Ahora, gracias a Tim Burton, vuelve el temita de Alicia y su País de las Maravillas(?). Horror. Aunque vuelva a nacer varias veces nunca le encontraré la razón del éxito a esta novelita de Lewis Carroll, matemático y escritor. No sé qué gracia tiene el puñetero gato de Cheshire (al contrario, es muy siniestro), qué encanto tienen el conejito blanco, o la liebre de marzo, o el sombrerero loco, qué chiste tiene una reina-naipe pidiendo que le corten la cabeza a todo el mundo, qué glamour tiene esta niña pija victoriana con coletitas y lazos de seda creciendo y menguando al tomar pastas, bebiendo el té con unos pirados sin gracia alguna (en inglés, para decir que estás más loco que una cabra, se usa "estar más loco que un sombrerero" y "estar más loco que una liebre de marzo"), o jugando al croquet con flamencos haciendo de mazos. Nunca, nunca lo entenderé. Me parece una historia desvariada y asustancial, fruto de una mente un tanto peculiar (Carroll era casi demasiado peculiar: su vida sexual causa pánico).
Y con todo puedo afirmar que vi la versión antigua cinematográfica, la versión de Disney, e incluso me leí el libro. A mi falta de interés por el asunto alguno aducirá que es porque no soy capaz de detectar los problemas de lógica que entraña cada capítulo, ya que Carroll era un eminente matemático. Y yo respondo: ¿dónde están? Porque mucha gente habla de esto, pero NADIE me ha expuesto ni un problemita de estos.

Sinceramente pienso que Carroll jugó con la palabra "wonder" del título. "Wonder" es "maravilla", sí, pero también significa "preguntarse algo". Yo me pregunto qué le ve la gente al libro. Pero eso también me pasa con otro librito adorado que detesto profundamente desde hace décadas: El principito. No soporto esa moralina de baratillo, esas historietas moralizantes, ese alarde de buenismo avant la lettre. Y puedo seguir la lista con Pinocho, pero esta no porque me parezca mala o carente de interés (todo lo contrario: es una mezcla de cuento de hadas y el Dickens más siniestro), sino porque me parece demasiado triste y depresiva. Spielberg realizó una versión sui generis del tema de Pinocho, titulada A.I. (Inteligencia Artificial). Tristísima, la verdad. O más bien lacrimógena.

P.D.1: Hay una anécdota con respecto a Alicia en el País de las Maravillas. A la reina Victoria le encantó la novela, y pidió a Carroll que le dedicase su siguiente libro. Éste lo hizo... pero lo malo fue que su siguiente libro fue un tratado matemático. Carroll se lo entregó en mano. La reina lo hojeó, frunció el ceño y dijo una frase muy famosa en Inglaterra: "I'm not amused", que significa "No me divierte". Viniendo de la temperamental y todopoderosa reina Victoria, Carroll debió de sentir un cierto miedo.

P.D.2: Agradezco a Pedro, alumno mío de bachillerato, haberme explicado de dónde viene el origen de la palabra "fire", significando "despedir del trabajo". Al parecer, cuando echaban a alguien de un clan en Escocia, la medida un tanto excesiva era quemarle la casa. Por tanto, podemos darnos por contentos si sólo nos "fire" del puesto de trabajo. No demos ideas a los empresarios. Gracias, Pedro.

jueves, 22 de abril de 2010

Orígenes apócrifos de un genio

Un día Dmitri salió de casa con un cuchillo oculto en la manga del abrigo. Cruzó las calles más humildes y las más ostentosas de San Petersburgo. Al pasar la Perspectiva Nevsky, vio un circo acampado en una explanada. En él vio un laberinto de espejos donde su rostro se multiplicó hasta el inginito. Vio un tigre siberiano que le erizó el cabello. Siguió su camino hasta llegar a la puerta de una casa. Aguardó. Al cabo de una hora un hombre salió de ella. Se miraron: eran totalmente idénticos. Era su hermano Nikolai, que acababa de estar con la mujer de Dmitri en aquella pensión paupérrima. Mató a su hermano, y fue como si muriese él mismo. Después subió las escaleras y mató a su mujer. Más tarde se acercó al río. Lo miró fijamente y se lanzó a él.
Justo en el momento en que se iba a morir pudo ver todos los hombres y mujeres que él fue antes: fue un picapedrero en la corte de Minos, fue un laborioso escriba en la biblioteca de Alejandría, fue una esclava tracia que murió sin pena ni gloria en la Campania, fue un niño asustado viendo pasar la horda de los hunos, fue un labrador que murió de peste junto con toda su familia, fue también el hijo de un guantero de Stratford-upon-Avon, un poeta ciego en la Edad del Hierro, un dragón napoleónico, un funcionario corrupto en la corte de Felipe IV. Fue muchas más cosas que pasaron por sus ojos en unos segundos.
Su alma voló desde Rusia, cruzó toda Asia, sobrevoló el Océano y llegó a otro continente. En ese momento nació un niño en una rancia familia bonaerense. Ese niño empezó a soñar tigres, espejos y laberintos, hasta el punto de sentirse en la obligación perentoria de inmortalizarlos. Su nombre era Jorge Luis Borges. ¿Adónde, a quién habrá viajado su alma?

(A Borges, tal vez el más grande)

miércoles, 21 de abril de 2010

Un veraz cuento de indios

Cuando falleció Águila Poliomielítica, el brujo de la tribu Shawnee, su hijo, Búfalo Dubitativo, accedió al cargo. Lo malo era que sus conocimientos meteorológicos eran escasos, y en rigor la única información relevante para la tribu era la de la previsión del tiempo invernal. Por tanto, habló con su mujer para hallar una solución al problema.
Ardilla Psicótica: ¿Por qué estás tan nervioso, Dubi?
Búfalo Dubitativo: No sé predecir el tiempo, querida, ¡vaya marrón! ¿Qué hago?
Ardilla Psicótica: Pues llama al servicio meteorológico, burro. Y por si acaso vete diciéndoles que vayan cogiendo leña, por si acaso. Por cierto, hoy no ceno en casa, que he quedado con Mofeta Epistemológica.
Rápidamente avisó a su tribu, y más tarde llamó al servicio meteorológico, donde le dijeron que el invierno iba a ser frío. Por tanto, posteriormente previno a su tribu de que recogiera más leña por si las moscas.
Una semana después volvió a llamar al servicio meteorológico. A la misma pregunta sobre la previsión del invierno, afirmaron que iba a ser muy frío. Búfalo Dubitativo volvió a decir a la tribu que tenían que coger aún más leña. Dos semanas más tarde, los meteorólogos le informaron de que iba a ser un invierno inusualmente frío: la tribu shawnee cogió más y más leña. Dos semanas después volvió a llamar:
Búfalo Dubitativo: Hola, soy el de siempre, el chamán de los shawnee. Qué, ¿han cambiado los pronósticos?
S.M.: Pues sí, en efecto; va a ser el invierno más frío de la historia, algo sin precedentes.
Búfalo Dubitativo (horrorizado, preparándose para el apocalipsis climático): ¿¡Pero cómo pueden estar tan seguros??
S.M.: ¡Hombre, es evidente! ¡Los indios no paran de coger leña!

(Esta historia con leves variaciones aparece en el libro Platón y un ornitorrinco entran en un bar)

martes, 20 de abril de 2010

¿Por qué 666?


666 es algo más que el número de una salida de la autovía cerca de Vigo, dirección Segade/Beade. Es ya una convención que sea el número de la Bestia. Yo había leído hace mucho tiempo el origen de esta cifra, pero, como siempre, me he olvidado del libro en que lo leí. Por tanto, me puse a buscar en internet, y hallé, entre otras explicaciones realmente disparatadas, la que parece ser verdadera.
Para los cristianos, la representación del Mal con mayúsculas era el emperador Nerón, que disfrutaba quemando vivos cristianos, mandándolos con las fieras del circo, crucificándolos y demás sofisticados divertimentos cesarianos. Tomando las consonantes de las palabras "Neron Caesar"(NRWN QSR, en hebreo, ya que era el idioma hablado por los primeros cristianos, y sólo las consonantes dado que en este idioma no se escriben vocales entre las consonantes), hayamos que cada letras posee una correspondencia numérica, igual que sucedía con los romanos. Así, N=50 (x2), R= 200(x2), W= 6 ,Q=100, S= 60. Si sumamos nos da, ¡milagro!, la cifra 666.
La verdad es que, pese a que se coincida en su veracidad, a mí me sigue pareciendo algo muy tomado por los pelos. A lo mejor es que, si el 7 es la perfección dentro de la numerología, uno inferior, el 6, debe ser su antítesis, y tres 6 equivale a ser malo, malo, malísimo. Pero bueno, como decían los Pixies en Monkey gone to heaven: "Si el hombre es el 5 y el Diablo es el 6, entonces Dios es el 7". Viendo la escala descendente, ¿qué queda para el 1? ¿Los hámsters? ¿O quizá las gallinas, animal estúpido donde los haya?

lunes, 19 de abril de 2010

Islandia



Un volcán en Islandia causa una crisis en Europa de carácter casi catastrófico. Las pérdidas económicas son ya superiores a las que causaron ls atentados del 11-S en Nueva York. Por eso se dice que la economía es volátil, porque se eleva a lo cielos y fluye en cualquier dirección igual que las cenizas de ese volcán impronunciable. Aquí tenemos la prueba definitiva de la teoría del caos: no es una mariposa, sino algo más frágil aún, la ceniza, lo que colapsa nuestra civilización.
Y a través del volcán se hace patente la existencia de un país tan desconocido como Islandia, con sus nombres impronunciables, su gente rubia descendiente de vikingos, su democracia milenaria (la más antigua del mundo, la constitución más longeva con 1 100 años de vigencia), sus sagas, sus caballos, sus balleneros y, también, cómo no, su detective de novela negra, como buen país escandinavo que se precie.
El autor es Arnaldur Indridason, y su detective es Erlendur, un hombre atormentado tanto por los problemas con su hija como con el alcohol como con la psique propia del escandinavo (depresión, aislamiento, tristeza de vivir...). Recomiendo encarecidamente leer Las marismas (RBA); si os gusta, podéis seguir con La mujer de verde y La voz.
Y siguiendo con escandinavos, hay una serie en la Fox (creo) basada en el detective Wallander, de Henning Mankell. La protagoniza Kenneth Brannagh, para mí en su mejor papel de siempre, y reproduce a la perfección todas las sensaciones que pecibimos al leer las novelas escandinavas: esa sensacón de frío y soledad indescriptibles. Excelente la serie, a la que tuvimos acceso Carola y yo gracias a Alicia, compañera de Caro en el instituto de Chapela. Gracias, Alicia, porque, además, si descubrimos a Indridason también fue gracias al libro que le regalaste a Carola
Si no os gusta el libro, pues podéis quemarlo... pero, eso sí, cuidado con las cenizas: según la teoría del caos, un libro ardiendo en Galicia puede causar una catátrofe en Guinea-Papúa.
(A Manolo, in memoriam)

domingo, 18 de abril de 2010

La Pequeña Edad de Hielo


Hay un libro interesantísimo sobre la llamada Pequeña Edad de Hielo, en el que el autor, Brian Fagan, analiza cómo se vio afectada la historia de Europa durante un período de casi seis siglos (entre aproximadamente 1300 y 1850) de un frío intensísimo y perturbaciones meteorológicas espectaculares. Este se ùede considerar ya como un libro canónico sobre la historia del clima, un tema de grandísima relevancia hoy en día, estando como estamos, pese a que los negacionistas insistan en que el calentamiento global es una mentira.
Es muy interesante el análisis que hace de la Europa previa al siglo XIV. Por poner un ejemplo, Fagan afirma que, por ejemplo, las conquistas vikingas en la costa europea, y sus expediciones hasta Groenlandia, Terranova y la costa este de Estados Unidos habrían sido imposibles quinientos años más tarde, dado que la barrera de mar helado había descendido prácticamente hasta Islandia. También comenta algo que era casi desconocido: en Inglaterra se cultivaba la vid (lo atestigüan grabado medievales), se producía vino. A raíz del año 1300 se abandonaron estos cultivos debido al frío clima que había sustituido aquellos siglos benévolos.
Fagan informa al lector de la causas de las perturbaciones climáticas, relacionadas con la cinta transportadora de agua oceánica, y el índice de oscilación del Atlántico Norte, pues ambos generan altas o bajas presiones, vientos más o menos fuertes, mayores o menores precipitaciones, etcétera. Según parece, esos parámetros se dispararon por diversas razones, la más importante relacionada con las corrientes de agua de superficie, y la costa de Europa estuvo azotada por tempestades increíbles durante siglos, con numerosísimas pérdidas de vidas humanas, e incluso de poblaciones costeras que desparecieron para siempre, así como por las hambrunas que causó el cambio radical del clima hasta que se hallaron cultivos adaptados a la nueva situación.
Es un libro revelador, ya que en esas radicales fluctuaciones vemos las que padecemos hoy, si bien la aceleración de temperaturas actual no tiene parangón en la historia (para los escépticos, que repasen las conclusiones de la extracción de tutores de hielo en los polos, información fidedigna de todo movimiento atmosférico desde hace millones de años).
Pues eso, a quien le interesen estos temas, aquí está este libro, lleno de información contrastada y científica, y también de curiosidades y anécdotas que consiguen que el libro no se te escape de las manos.

viernes, 16 de abril de 2010

Cuando McCartney no murió



Si la portada de Sargent Pepper's marcó un antes y un después en el diseño de los álbumes, la de Abbey Road se hizo famosa por otras razones diferentes, inherentes a la beatlemanía, esa loca religión que presuponía que The Beatles iban dejando miguitas de pan para que sus fans encontrasen la casita de chocolate. Lo cual era totalmente falso. Nunca un grupo de música desató tantas polémicas, ni tan paranormales como los de Liverpool.
El caso es que en 1966 surgió la leyenda urbana de la muerte de McCartney, tras la cual, según decían, sus compañeros habían contratado a un doble (!). En la canción A day in the life, publicada en 1967, en Sargent Pepper's, Lennon ironiza sobre esto, diciendo : " Leí las noticias sobre un hombre que llegó al éxito, y aunque las noticias eran tristes, no pude evitar reírme cuando vi la fotografía". La muerte supuesta de McCartney era rastreada en toda canción por los fans. Y con la portada de Abbey Road la cosa llegó al paroxismo, a un paroxismo que ni Iker Jiménez. En ella, la más parodiada de la historia junto con Sargent Pepper's, se ve a los cuatro beatles cruzando el legendario paso de cebra de la calle Abbey Road, al lado del estudio Apple. Según las teorías conspirativas, Lennon iba de blanco porque era el sacerdote; Ringo, de luto por ser amigo del difunto; Harrison, con ropa informal porque era el enterrador; y finalmente, McCartney iba descalzo y a paso cambiado, lo que implicaba que era el muerto (!!). Sí, porque en algunas culturas se entierra a los muertos descalzos, y además, su índice señala al suelo, lo que implica su relación con el submundo. Y la cosa no queda ahí: hay un Escarabajo Volkswagen en la portada, cuya matrícula es LMW28IF, prueba concluyente de su muerte, ya que de estar vivo en 1969, McCartney tendría 28 años. De ahí el "28 IF he was alive" (!!!)... aparte que los escarabajos son seres que participan de los ultraterrenal, al vivir entre suelo y subsuelo. Bueno, y hasta creo que un investigador llegó a encontrar en las ramas del árbol una cabeza de angelito con el rostro de McCartney, o sea que no os digo más.
De ser cierto todo esto, ese doble que contrataron y que cantaba igual que Paul, habría compuesto Oh Darling, Hey Jude, Let it be, The long and winding road, The fool on the hill, She's leaving home, Lady Madonna y una porrada de canciones legendarias más, o sea que, ¿quién quería al otro McCartney? Lo único cierto es que los discos de los Beatles aún hoy en día son un gran material para elaborar teorías. Baste poner I am the walrus para que algún pirado diga que en esa canción se demuestra la existencia de universos paralelos, o refuta el principio de indeterminación de Heisenberg. Creo que voy a ponerla. Es una genialidad, es el inicio del pop psicodélico. Pero esta es de Lennon, que, como sabéis, está en realidad vivo, en la Isla de Cocos, y comparte hotel con Elvis, Marilyn Monroe, Walt Disney y Michael Jackson.

Atrapa a un ladrón



Atrapa a un ladrón es el título de una deliciosa película de Hitchcock, en la cual el gran, gran, grandísimo Cary Grant tiene que capturar a un ladrón de guante blanco en el entorno lujoso de Montecarlo. Pues en mi instituto se ha atrapado a un ladrón. Tras múltiples vicisitudes y la absoluta dejación de funciones de aquellos que tendrían que haberse preocupado de un problema que viene de largo, esto es, los robos continuados (dinero, iPods, tarjetas de bus...) en las aulas durante determinadas horas, un curso de 2Bachillerato decidió autogestionarse con respecto a este problema: después de discutir sobre si debían usar tecnologías punta para grabar al ladrón o ladrones, una alumna, Silvia, decidió meterse en el armario y esperar a que el delincuente entrase por más botín. Y la cosa funcionó: el ladronzuelo entró en la clase porque la avaricia rompe el saco, Silvia salió del armario sin ninguna connotación más que esa misma, y el chico fue pillado in fraganti.
Ahora algunas personas debían pedir perdón a algunos alumnos por haberles soltado unos tremendos rapapolvos, por haberles llamado mentirosos, o exagerados, porque estos alumnos simplemente dijeron la verdad: se robaba, y se intuía quién, y no se tomaban medidas. También debería darse alguna explicación a algún que otro profesor que lleva años denunciando estos hechos, y a quien le han contestado siempre con una gran condescendencia: pobre, no sabe lo que dice, qué exagerado es, será que quiere quedar bien con sus alumnos...
Esto se parece al caso de Galileo, cuando la Iglesia le obligó a negar la teoría heliocéntrica, ya que afirmarla le podía llevar a perder su vida o, aun peor, su trabajo. Galileo tuvo que tragar
y que decir que la tierra no se movía alrededor del sol. Pero dijo entre dientes: Eppur si muove! Sin embargo, se mueve. Eppur si roba, eso se ha estado diciendo aquí durante mucho tiempo.
Ahora, espero que se tire de la madeja y que salgan más nombres, pues estoy convencido de que no es sólo ese alumno el que robaba a sus compañeros, por cierto, teniendo un altísimo nivel adquisitivo (¿hay algo más asqueroso?). Y también espero a ver la sanción que le cae. Si le cae, claro. Vivimos en un extraño microcosmos.
Felicidades a los promotores de 2BachilleratoD. Estoy orgulloso de vosotros.

jueves, 15 de abril de 2010

La llamada a la rebelión de Küng


Hans Küng (Lucerna, 1928) ha redactado una carta que se publica hoy, jueves 15 de abril, en El País. Suelo tirar los periódicos, pero esta vez guardaré este artículo, porque pienso que puede entrar en la historia igual que otros edictos o mandatos del pasado. Porque en su carta abierta a los obispos católicos, Küng desmonta con frialdad analítica y pasión ecuménica todo el entramado de la jerarquía actual cuyo objetivo principal es acabar con el legado del Concilio Vaticano II, y regresar a Trento. Küng siempre ha sido un teólogo crítico, y ya fue uno de los responsables de la revolución del Concilio Vaticano II; perdió la licencia docente al publicar un libro sobre la imposibilidad de la infalibilidad papal en 1979, lo cual provocó su enfrentamiento con el inefable y ultraconservador papa polaco, Wojtila; pero pese a este apartamiento sigue siendo una voz respetada... y temida en la jerarquía.
Küng no deja títere con cabeza, empezando por Ratzinger: denuncia el regreso a la liturgia latina, el perdón a las facciones ultraconservadoras y antisemitas de la iglesia católica, el alejamiento y/o enfrentamiento con las demás religiones del Libro, la mascarada de los vergonzosos casos de pedofilia, el liquidamiento del VaticanoII, el mantenimiento de dogmas de fe que fueron inventandos siglos después de la muerte de Cristo. Küng no se dedica a repartir estopa porque sí, por rencor, venganza u otros motivos: escribe esta carta para que los obispos católicos sean conscientes de todo el mal que se está haciendo, de la oportunidad histórica de dar un giro radical y asumir los propios pecados, que son muchos. Pide una rebelión contra la alta jerarquía, un reconocimiento público de errores y pecados, una supresión del celibato obligatorio, una adecuación a estos tiempos, ya que de lo contrario la gente se alejará definitivamente de esta iglesia. Ahora vendrán los cavernícolas de la Conferencia Episcopal, enrocados en Trento, a mancillar el nombre de Hans Küng, un hombre decisivo en la marcha que quiso llevar a cabo la iglesia más humana y progresista de la historia, es decir, la de Juan XXIII, Pablo VI y el malogrado (quién sabe cómo) Juan Pablo I.
Es necesario leer la carta de Küng para entender muchas cosas... y para no entender la cerrazón de estos extraños hombres vaticanos que perdieron el oremus (nunca mejor dicho) y se lanzaron al monte, huyendo hacia atrás, siempre hacia atrás.

martes, 13 de abril de 2010

Un congreso sobre la mierda


Llega a mis manos un insólito congreso literario cuyo tema central fue la mierda, así, sin más. Se celebró en la Universidad de Huelva entre el 11 y el 15 de abril de 2005, y aquí expongo algunas de las ponencias (realizadas por profesores y catedráticos universitarios):


a) "Del vientre al diccionario, paseo por el campo de la defecación"

b) La mierda y la Iglesia medieval"

c)"Del cuerpo al cosmos: residuos corporales en el mundo antiguo"

d)"Concacavi me! Mierda en la literatura latina"

e)"Pasajes oscuros: simbólica del desagüe en la poesía transicional española"

f)"Mierda y contracultura"

g)"Heces humanas y efluvios metafísicos: sexo, mierda y poesía"


Uno de los títulos más turbadores es ese de los pasajes oscuros, que imagino un eufemismo del tracto gastrointestinal, y la simbólica del desagüe me parece que no tiene precio. En fin, que la mierda ha de ser tomada muy en serio, nada de minusvalorarla. Por tanto, es obvio que este congreso consiguió dignificar la mierda hasta extremos insospechados.

Es evidente que fue un congreso de mierda, pero ignoro si al final resultó ser una mierda de congreso. Como se dice en Galicia, "cousas veredes". Yo voy a proponer un congreso en Vigo sobre la aerofagia, que no es un deporte de riesgo... bueno, depende del ácido sulfhídrico que lleve la ventosidad, de los alimentos ingeridos previamente...

domingo, 11 de abril de 2010

Ángel Sanz Briz, un héroe con todas las letras






Una de las historias de heroísmo más conmovedoras y rocambolescas que conozco fue protagonizada por Ángel Sanz Briz ( la izquierda), el secretario de la embajada española en Budapest, a finales de la II Guerra Mundial. Supe de esta historia gracia a un libro del periodista Diego Carcedo, Un español frente al Holocausto.
Sanz, aun siendo un hombre del régimen franquista, aliado de Hitler, se horrorizó al ver lo que los nazis alemanes y los húngaros (La Cruz de Flechas) hacían a los judíos, a los que estaban aniquilando con una velocidad y una crueldad inverosímiles. Sanz encontró un resquicio legal para salvarlos: según una ley poco conocida sancionada por el general Primo de Rivera, todos los judíos sefardíes poseían la nacionalidad española. Sin embargo, en Budapest había como mucho un par de cientos de sefardíes, por lo que Sanz tomó una decisión que puso en peligro su vida y la de los que colaboraron con él: falsificarían visados haciendo pasar por sefardíes al mayor número de judíos posible. Su colaborador más famoso fue el falso cónsul italiano Giorgio Perlasca (foto de la derecha), fascista, aventurero y negociante que también quedó horrorizado por la masacre, y utilizó tanto el dinero que tenía para inversiones como la carta de recomendación firmada de puño y letra por Franco (Perlasca había combatido en el bando nacional en España) para sobornar a oficiales de las SS y conseguir que hicieran la vista gorda.
Entre estos dos hombres y algunos funcionarios húngaros de la delegación consiguieron salvar a más de 5 000 judíos, que pudieron cruzar Europa y huir del Holocausto. Todos estos hombres se jugaron la vida por una causa a la que podrían haber vuelto la espalda, pero justamente ahí está la materia del héroe.
Cuando los soviéticos llegaban a Budapest, la delegación española tuvo que abandonar Hungría, y fue Perlasca quien se quedó a cargo de la operación. Las noticias posteriores se quiebran con el horror de la guerra. Sanz volvió a España, continuó su carrera y fue reconocido posteriormente por el estado de Israel: su nombre figura en el Panteón de los Hombres Justos. La historia de Perlasca es más cinematográfica: un día, en la década de los setenta, una superviviente húngara afincada en Italia reconoció en un indigente al cónsul falso que la había salvado de la muerte. Era Perlasca. Su figura se restituyó en Italia, donde ahora es un héroe. Incluso se filmó una película sobre sus peripecias (El cónsul Perlasca).
Por eso, cuando la gente cree que un héroe es algo similar a Rambo, o a un personaje de la Marvel, tengo que decirles que no. Un héroe es una persona común que se olvida de sí mismo, y de la suerte de lo que más quiere, para socorrer a aquellos que no tienen ninguna posibilidad. El hecho de que ambos fueran filofascistas engrandece aun más su figura: es un grito de esperanza para el ser humano, saber que independientemente de tus ideas seas capaz de sacrificarte por otros..
Vaya esta entrada por dos hombres buenos, de esos que, desgraciadamente, nunca han abundado mucho.
Y por cierto, su historia me inspiró para escribir la novela Ceniza y humo (finalista en los premios Azorín y Ateneo de Sevilla, en 2007). Dentro de una semana, más o menos, sabré si me la publican en la editorial KRK de Oviedo. A ver si de esta vez hay suerte, ya que en el aspecto deportivo se me ha agotado.

sábado, 10 de abril de 2010

Las dudas de un profesor

No suelo hablar de mi oficio. Normalmente me gusta más explayarme sobre otros temas que me interesan. Pero a veces, después de clase, uno regresa a casa con desazón, preguntándose si está haciendo lo correcto. Es una situación incómoda y difícil, por ejemplo, cuando un grupo de alumnos revienta la clase... pero peor es que el resto de la clase, alumnos que desean aprender y punto, se quejen por nuestra inacción, la de los profesores. Y tienen razón. La única justificación es que si los alumnos supieran lo limitados que son nuestros recursos para desembarazarnos de esos antialumnos que tanto abundan, nos comprenderían un poco mejor. Desgraciadamente, muchas veces, muy habitualmente, el profesor, preso de la frustración, la toma con toda la clase en vez de empapelar a los alumnos culpables del mal ambiente. Esto se ha hecho siempre y se seguirá haciendo, y yo no soy una excepción, pero yo, especialmente este año, me he resistido a hacerlo. He intentado tirar de la gente que quiere aprobar, obviando a los antialumnos, he dado muchas oportunidades (creo), y lo único malo de esto es que también los antialumnos se han aprovechado de estas oportunidades. Pero si sirve para que acaben saliendo a flote los que tienen más problemas y tienen interés, bienvenido sea y que les aproveche.
La verdad es que este oficio te tiene que gustar mucho si quieres seguir en él. A mí me gusta. Sólo echo de menos otro alumnado, el de los 80 y 90, cuando podía contar anécdotas, extenderme sobre temas que yo estimaba interesantes, y la gente, incluso los peores alumnos, se callaba y atendía, e incluso me preguntaba cómo podían saber más sobre aquello. Eso ya casi nunca me ocurre, acaso porque las generaciones actuales consideran que saben tanto como el profesor, o, incluso, que ya lo saben todo: el colmo fue hace dos semanas, cuando una alumna de 1ESO me cuestionó que existiese el uso del presente continuo como futuro en inglés ¡porque ella nunca lo había oído! ¡Con doce años creía saberlo ya todo! Pero no sé de qué me extraño: el año pasado un alumno de 2ESO afirmó saber mucho más inglés que yo, lo cual puede ser cierto, por supuesto, pero, sinceramente, no es muy común, aunque sólo sea porque llevo cuarenta años estudiando inglés. En fin... Yo he puesto la línea divisoria del cambio generacional en la irrupción de internet: algo sucedió en ese punto, y no puedo explicarme qué. Tal vez sea que ese potencial acceso a toda la información del mundo hace creer al alumnado que los profes somos prescindibles. No sé...
Pero por lo menos esta pasada semana hubo un momento mágico, al menos para mí. Por primera vez en el curso creo que todo el alumnado de la clase en que habitan los antialumnos (repito: CREO) me prestó atención unánime cuando comenté sobre el origen de la expresión "cruzar el Rubicón". Repito, al menos eso creo: a lo mejor lo mío es "wishful thinking", como dicen los ingleses, es decir, confundir deseo con realidad. Esos momentos que antes eran tan habituales en mis clases, esa arma que tenía para enganchar a mi alumnado, ese deseo que tenía de que se interesaran por más cosas que el inglés que yo imparto, parece ahora tan anticuada como un fusil máuser. No sé por qué hablo de esto. Será que se aproxima el fin de curso y vuelven a surgir las dudas de siempre: ¿Aprenden conmigo? ¿Soy justo? ¿Es útil lo que hago? Y así será siempre igual todos los años, toda la vida con estas mismas preguntas, hasta que me jubile a los 67 años, en 2029, tras 44 años de docencia. Qué envidia me dan los profesores que no dudan, que creen que lo que ellos imparten, que sus métodos, que sus calificaciones están regidos por una especie de ley divina.

viernes, 9 de abril de 2010

Expediente Garzón

Alguno se reía de mis miedos en una entrada anterior. Ver la crucifixión pública de Garzón me repugna, y desgraciadamente esta caza y captura está en las páginas de todos los diarios más influyentes del mundo, que asisten anonadados al escarnio. Una jurista francesa ha puesto el dedo en la llaga: ni siquiera un hombre como Baltasar Garzón saldrá incólume al haber querido exponer al público los crímenes del franquismo. Qué vergüenza. Qué vergüenza que se admita a trámite una denuncia de Falange, y otra de Manos Limpias (pura y dura extrema derecha, como ya apunté antes), y que se quiera destruir, con la anuencia del CGPJ y de todos los medios del Movimiento (El Mundo, La Razón, ABC, Intereconomía, Veo, COPE...) al hombre que simbolizó la busca de la Justicia Universal, el hombre que (da igual su carácter, su ego, o sus defectos como juez instructor) dio la cara ante ETA, ante el narcotráfico... el hombre que hizo feliz a varias generaciones de latinoamericanos, que de hecho es un héroe en Chile y Argentina, encausando a Pinochet por crímenes contra la Humanidad.
En el mundo racional no se entiende todo esto: la derecha, los jueces que mamaron el franquismo, se niegan a que las horrendas prácticas de este régimen dictatorial salgan a la luz. Que se explique Luciano Varela, ejemplo supino del maquiavelismo galaico, y que hablen los del Poder Judicial, que expongan que van a inhabilitarlo, no por envidias ni por rencores ni por odios africanos, sino por una causa justa. Qué vergüenza, qué puñetera vergüenza que sigamos siendo un país en las manos de los mismos de siempre. Qué vergüenza que ni el poder judicial ni el PP se hayan liberado, hayan abominado del franquismo. Qué doble moral más extraña, decidir que los asesinados de las fosas sigan en paradero desconocido, como perros, mientras que por otro lado se niegan a retirar los símbolos franquistas, las largas listas de "héroes" y damnificados de las iglesias... Qué horror: ¿es que aquí no ha cambiado nada? ¿Se puede apoyar sin concesiones la condena a un juez por querer extender la búsqueda de asesinados en fosas comunes, y se perdona y se mantienen el escaño de senador a un auténtico gánster de la política (ya sabéis de quién hablo)? Algunos tendrían que donar su cuerpo a la ciencia, pero en vida, a ver qué extrañas mutaciones hallábamos.
Y mientras tanto, los medios de prestigio del mundo siguen boquiabiertos con lo que ocurre aquí. No es de extrañar que España esté conceptuado como un país corrupto; si la arbitrariedad es tan palpable en las más altas instancias judiciales, ¿qué esperar de las unidades menores?

lunes, 5 de abril de 2010

The Auteurs, un grupo para el recuerdo



Existe un disco que todo el mundo debía conocer. Es New Wave, (1993) del desaparecido grupo británico The Auteurs, grupo liderado por Luke Haines, un hombre de inmenso talento y poco reconocimiento. Del álbum, destaco Showgirl, Early years (una de las canciones que me llevaría a la isla, pero olvidé incluir), Valet parking y How could I be wrong, pero no hace daño oírlo entero. Desgraciadamente, fue un grupo de corto recorrido, como otro de mis favoritos de aquellos tiempos, The Woodentops. Sin embargo, Luke Haines inició otra empresa con el elegante grupo Black Box Recorder, junto con Sarah Nixey (voz prístina, cristalina) y John Moore, de Jesus and Mary Chain. Este grupo indie posee un primer disco realmente excelente, muy influenciado por el pop francés más classy, titulado England made me (la portada de la derecha), con canciones realmente excelentes como Girl sinking in the wreckage, New baby boom, o Kidnapping an heiress. Si queréis un momento de relax de alta calidad, con el inglés de Nixey, tan perfecto que ni me lo puedo creer, pues ya sabéis.

Lenguas macarrónicas en Eastbourne


La primera vez que fui a Gran Bretaña fue en el verano de 1981. Mi hermano y yo pasamos dos semanas en la localidad de Eastbourne, en el sudeste de Inglaterra, un lugar llamado "el rinconcito soleado de Inglaterra", aún no sé por qué razón. El choque cultural fue fuerte, dado el nivel de civilización que Inglaterra tenía comparado con el nuestro. Fue también mi primer encuentro con el turismo lingüístico internacional, de hecho en la escuela de verano a la que acudí conocí a austríacos, suizos, luxemburgueses, alemanes, franceses, italianos... e incluso a un tipo de Qatar (confieso que por aquel entonces no sabía dónde demonios estaba aquel extraño país). Fue asimismo un choque brutal con la estética británica: hoteles de color pastel, horribles parterres, cursis avenidas por las que podría pasear gente como Agatha Christie o Barbara Cartland diciendo: "Oh, querida, ¿no es este un primor de día? Por otro lado, supe que lo que veía por la tele era verdad: vi a unos punks genuinos paseando cerca del mar. Y también me enteré por los periódicos de que Inglaterra estaba sufriendo una ola de calor. Ni mi hermano ni yo nos habíamos enterado. ¿Qué más? Me bañé en el gélido Mar del Norte, en la playa del pueblo, típica playa de pedruscos y mar gris, espantosa.
Pero lo mejor de todo fue que tuvimos que hacer una visita a una familia gallega que llevaba muchos años viviendo allí. Aún hoy ignoro la razón de la visita. Allá fuimos los dos, nos abrió la puerta una señora muy amable, pontevedresa, que mezclaba indistintamente inglés y español. Y cuando digo mezclaba, es que mezclaba. Tuvimos que mordernos los carrillos y apretar los puños para no soltar una carcajada cuando la señora respondió a una pregunta de mi hermano. La pregunta era: ¿Dónde hay una zona animada por aquí?. La respuesta fue así, tal cual: "I don't know dónde estará; anyway, pregunten por el pier" (El "pier" en cuestión es ese espigón típico que se adentra en el mar, y en el que habitualmente hay casas de juego, recreativas y algún pub o restaurante; es el que sale en la foto). Al salir de allí reventamos. Es que me recordó a aquella poesía macarrónica o pidgin que recitábamos en plan coña: "One mariposita was flying in the garden when de repente, ¡zas!, hostia in the flowers. 'Coño', said the mariposita, 'I forgot to open my alitas'".
En fin, que toda broma está siempre basada en elementos reales.