domingo, 30 de octubre de 2011

Esta no es una canción de amor

Cuando John Lydon (también conocido como Johnny Rotten, o "Juanito Podrido") abandonó los Sex Pistols, fundó un grupo llamado PIL, que responde a las siglas "Public Image Limited". John Lydon es y será para siempre la voz del punk, la esencia barriobajera e insultante de esta cultura rock que dio luz a una constelación impensable de grupos excelentes, de los que significo especialmente a mis adorados The Clash. Pero Lydon fue el que abrió el camino a todos aquellos que no tenían ni puta idea de tocar la guitarra ni cantar, pero sabían que podían hacer cosas que llegaban al corazón, o quizá con más precisión, al intestino de mucha gente. He visto pocos personajes del rock más incultos, más desagradables, xenófobos, malhablados, que Lydon, un ser relativamente humano con cerebro de tamaño del homo floriensis, que, sin embargo, abrió a machetazos y escupitajos una nueva ruta en la cultura popular. Todos conocen los exabruptos de los Sex Pistols, pero no tantos conocen a PI, influencia reconocida en grupos tales como Red Hot Chili Peppers. Esta no es una canción de amor de John Lydon. Esta no-canción-de-amor me recordará siempre a una extraña discoteca de Oporto, emplazada en un shopping ultramoderno,  en 1985. 

2 comentarios:

Pedro dijo...

Hay que ver todo lo que se pierde uno por estar recorriendo un poco la geografia española. Despedidas que no lo son, novelas en el horizonte ... en fin, "que bonito que volviste".

Por lo demas Teruel si que existe, aunque francamente entiendo la duda. Medinaceli no es para tanto. Sigüenza esta bien. Pero Albarracin ... !!! Albarracin!!! !!! Eso si son palabras mayores !!!

Y esto lo puedes apuntar en el libro de barbaridades, no tanto por la grafia como por la ignorancia historica. En una puerta de un pueblo de Teruel, en concreto en Rubielos de Mora, realmente bonito con mas o menos mil habitantes, y seguramente algo de inmigracion norteafricana: Muerte al moro (... etc, etc..) Jhail Gidler

Anónimo dijo...

O sea que existe... Qué alucine. Y lo de la despedida, ni te cuento. Me dio un impulso, pero después tuve que vovler con las orejas gachas.
Besos y abrazos, parejita.
Miguel