domingo, 29 de noviembre de 2009

¿Aforismos? No, gracias

Si alguien quisiera regalarme un libro, debe saber que hay tres tipos de libros que nunca leería. El primero, todo asunto de autoayuda de cualquier estilo; el segundo, todo lo que hayan escrito César Vidal y Alfonso Ussía; y, por último, los libros de aforismos.
¿Que qué me pasa con los aforismos? Antes de decir nada, que conste que reconozco el trabajo y la concentración que debe suponer exprimirse el cerebro para producir una brevísima idea que intente encerrar un universo en ella. Pero es que me hablan de aforismos y recuerdo mis quince años, con aquellas frases de Tagore escritas en las carpetas de mis contemporáneos (más bien, contemporáneas), sobre todo aquel de las lágrimas y las estrellas, que me caía al estómago tan pesado como las descomunales milhojas de la pastelería La Pili de Ponferrada. No, no me van los aforismos, me resultan pretenciosos, y sólo me veo capaz de asimilar un par de ellos al día para no intoxicarme de sapiencia. Qué decir, pues, de trescientos en fila... Ni hablar.
Sin embargo sí hay algunos aforismos que me gustan, y que no tienen nada que ver con lo trascendente, con lo pretendidamente reflexivo. Algunos de Woody Allen, o de Groucho Marx, por ejemplo, me parecen geniales. Pero para poner un ejemplo, parafraseo (el contenido es aproximado: no los recuerdo de memoria) dos de mis favoritos, ambos de Les Luthiers, como no podía ser de otro modo. Ambos tienen ese sabor oriental que los hace más aforismos todavía:
"Buscarás el Conocimiento en Shi-ho. Buscarás la Trascendencia en Waba-si. Buscarás la Espiritualidad en Hoku-Yu. Pero la Paz... La Paz se encuentra en Bolivia."
"Anoche vi cómo desde el estanque de mi jardín se elevaba un dragón rojo con cuyas alas abrazaba la Luna... Tengo que beber menos."
Tal vez estéis en desacuerdo conmigo, pero para gustos...

1 comentario:

pedro dijo...

A los pocos meses de llegar a Madrid a estudiar pasé por el teartro Alcala y me encontre con una cola de 50 metros que me dejo pasmado, no sabia quienes eran aquellos señores de negro que anunciaban los carteles y que eran capaces de generar aquella fila de personas buscando una entrada. Como no existia internet tuve que pregutar y asi supe quienes eran Les Luthiers. El bolsillo del estudiante no permitia muchos dispendios asi que tuve que esperar varios años hasta que pude verles en directo (mas o menos cada dos o tres años aparecian por Madrid para presentar su nuevo espectaculo) Desde entonces les habre visto en directo cinco o seis veces. De ellos y de Marx tengo dos pensamientos, me gusta mas que aforismos, que aplico mucho en el trabajo. El primero dice "Mas vale callar y parecer bobo que hablar y despejar cualquier duda", evidentemente es de Gorucho , no de Carlos. El segundo es de estos señores, se puede encontrar en "las majas del bergantin" la zarzuela nautica de les luthiers, que narra la historia de los marinos de un navío de la corona española que transporta a un grupo de prisioneras para ser juzgadas en Cádiz; les persigue el pirata Raul y en un determinasdo momento la accion discurre asi:
¡Diantres! Es del pirata Raúl! Y pone que si no le entregamos a las prisioneras, nos hundirán
- Capitán, qué susto tengo, capitán, qué miedo tengo, estoy aterrorizado
- Un poco de dignidad, piensa en el pasado de España
- Es que me tiembla toda Europa, desde Noruega hasta Italia
- Tengo una idea capitán; ¿qué tal si vamos disfrazados de prisioneras y una vez a bordo.. ¡zas!, los atacamos?
- No, imagínate lo que nos harían si se dieran cuenta de que no somos mujeres
- Peor lo que nos harían si no se dieran cuenta
- ¡Ya sé, capitán! Pues entonces, vayamos disfrazados de hombres
- Pues nada, no hay nada que hacer. Habrá que entregar a las prisioneras...
- No, no, eso sí que no... resistamos
- ¡Que no! No sabría como ofrecer resistencia, por lo tanto hay que entregarlas
- Es inútil (se refiere a que el barco se acerca y les van a abordar)
- Sí ... pero es el capitán

La frase de G. Marx junto con esta escena, ademas del principio de Peter los aplico mucho cuando veo a algun jefecillo decir una tonteria inmensa. Y sucede muchas veces