viernes, 22 de octubre de 2010

Uncas



No lloré de pequeño cuando murió la madre de Bambi, pero sí que lloré cuando leí El último mohicano y vi perplejo que moría Uncas. Uncas, para mí un héroe del mismo calado que los más grandes. Muchos años más tarde vi la película homónima, de Michael Mann, con Daniel Day-Lewis y Madeleine Stowe (ambos guapos a rabiar) como protagonistas, representando a Ojo de Halcón y Alice Munro respectivamente . Y la sensación de la niñez regresó con fuerza. La escena final, en que el malvado hurón Magua mata a Uncas y luego Cora, la hermana de Alice, se suicida buscando unirse en la eternidad con su noble salvaje, es realmente emotiva, trágica. Aun siendo niño llegué a comprender la trascendencia de la muerte de Uncas, ya que con él no sólo se acababa su vida, sino también las esperanzas de un pueblo condenado a desaparecer, un pueblo cuya nobleza estaba representada en ese personaje. La historia de amor contenido, la pasión silenciosa entre Cora y Uncas es de lo mejor de la película; como buena obra romántica, el mohicano representaba las virtudes del hombre natural, no contaminado por neustra sociedad. Pero la escena más memorable de la película, escena que entra con mérito propio en el Olimpo de los momentos estelares del cine, es ésa en que Ojo de Halcón, sabedor de que debe abandonar a Cora y Alice en manos de los hurones, le promete a la segunda regresar y encontrarla. Hablo de memoria, pero creo que decía algo así: "Te encontraré. Permanece viva, sobrevive. No importa el tiempo que lleve, no importa lo lejos que vayas. Te encontraré." Madre mía, ¿quién no daría la vida por poder decir algo así a la mujer a la que ama? La película me parece espléndida, y siempre queda esa melancolía de lo crepuscular en la obra de Fenimore Cooper. Para el amante de momentos estelares, ahí va el vídeo en versión original de la escena citada, cuya frase icónica es "I will find you". Ay, que se me escapa una lagrimita... Es que soy un sentimental.

1 comentario:

Mondoxíbaro dijo...

Hombre pues yo he de reconocer que me emocionó la escena de "Matar a un Ruiseñor" cuando "Scout Finch" (Mary Badham) defiende ante la muchedumbre que va a linchar al prisionero Tom Robinson (Brock Peters) y como los hijos sacan al padre -Atticus Finch (Gregory Peck)- del problema, desobedeciendo a éste y dando ejemplo a todos para que abandonen la idea.

Se me escaparon varias lágrimas, lo confieso