miércoles, 28 de septiembre de 2011

Una persona sincera

Alessio Rastani, "trader" o "broker", es decir, experto en mercados, en bucear en ellos y recoger toda la basura para enriquecerse, ha dicho la verdad, toda la verdad, con la mayor sinceridad del mundo, y con un cinismo que te deja estupefacto. Y la verdad es que al "mercado" (ese ente al que todos debemos plegarnos y que todos debemos alimentar y engordar cual si fuera un cebón si queremos sobrevivir) todo le importa un auténtico carajo: nosotros, vosotros, los países, las regiones, incluso Pep Guardiola les importa un cuerno, fijaos lo que os digo, porque su único cometido es forrarse a costa de todo y todos, cosa vampírica como pocas y democrática como ninguna: vive a costa de todos, quiere despojarnos de todo, y encima se ríe de nosotros. El mundo puede estallar si quiere, que el único objetivo hasta el último segundo de la Tierra será ganar más dólares. Rastani fue sincero en su cinismo cuando dijo que con cada crisis se le caen las lágrimas de alegría (pensando en países en bancarrota, recortes sociales, gente en la calle...), y cuando afirmó sin pestañear que  el mundo lo gobiernan los bancos, otra evidencia que no queríamos ver, pero que está ahí. Véase si no el caso español: hemos rescatado bancos con nuestro propio dinero para que los bancos se forren. Véase el caso de los EEUU: los ejecutivos de Lehman Brothers siguen recibiendo sueldos e incentivos obscenos. Pero claro, alguien nos ha querido convencer de que sin esas pirañas no se puede vivir. Algo va mal en este planeta, de verdad. Algo está muy podrido, y hay que cambiarlo. Pienso en Moody's, Lehman Brothers, Standard and Poors y... Mejor me callo. Oíd a este sinvergüenza, y oíd después a Pink Flöyd, una canción inmortal que habla de esa cosa que hace que gire el mundo, como cantaba Liza Minelly en Cabaret: Money.



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