miércoles, 6 de abril de 2011

Promesas rotas


He decidido acompañar a 4 ESO a una excursión a Barcelona (si esta llega a celebrarse, que no está clara la cosa), y así he roto una promesa que duraba nada menos que 24 años exactamente. La última y única excursión larga en la que participé fue en 1987, mi primer año de docente, en Pobra do Caramiñal. Y estos fueron los sucesos para que comprendáis mi decisión:
Un autobús nos recogió en A Pobra para llevarnos a Santtiago, 40 alumnos, Cipri, Encarna y yo. Bien: el autobús llegó tarde, y tuvo que acelerar. Pinchó una de las ruedas, pero siguió el camino para llegar a tiempo. Nos para la policía. Al conductor le permiten seguir hasta Santiago, pero le miran el tacógrafo y le cae una multa de aúpa. Nos enteramos posteriormente de que le retiran el carnet.
Cogemos el tren Santiago-Barcelona. Durante la noche el tren frena inesperadamente. Se produce un revuelo. Nos enteramos de que alguien ha tirado del freno de emergencia (y sabemos posteriormente que fue uno de nuestros alumnos, un animal que puso en peligro hasta nuestras vidas), con tan mala pata que la guardia civil va en el tren custodiando a un preso. Los guardias registran los compartimentos con las metralletas cargadas y, viendo la excursión, miradas de odio.
Llegamos a Barcelona. Pasamos 12 horas vagando por la ciudad. Como no podía ser de otro modo, los alumnos se meten por las calles del Raval, de las que hemos de rescatarlos (vaya tela el ambientazo de las Ramblas en aquel tiempo...), y en medio de todo tipo de trapicheos siniestros. Yo pido a San Críspulo que llegue la hora de coger el barco a Mallorca.
Por la noche vamos al barco. Y el encargado nos dice que hay un error: no tenemos camarotes, es decir, no tenemos plaza en el barco. Cipri, Encarna y yo temblamos: ¿qué hacemos con esta panda de elementos, varados en el puerto de Barcelona? Al final la cosa se arregla, y tenemos que dormir todos en cubierta. Pero la mala suerte fue que hubo un tremendo temporal (maldita sea, un temporal en el Mediterráneo...), y nos pasamos la noche ayudando a alumnos vomitantes (es decir, que vomitaban enormemente como consecuencia del balanceo).
Llegamos a Mallorca, y no hubo mayor incidencia, salvo cuando tuvimos que irnos, y vimos el estado en que habían dejado las habitaciones nuestros queridos alumnos: ¿eran descendientes de Atila, de Gengis Khan? Salimos pitando antes que tener que pagar los desperfectos.
El regreso lo recuerdo en una nube.
Por eso nunca había querido repetir la experiencia. Comprensible, ¿no?
Pues un día os cuento el regreso desde Santorini de mi hermana Susana y yo. Nunca viajéis conmigo, inconscientes.
(La foto me la sacó mi amigo y compañero Cipri en la Sagrada Familia. Antes podías subir por las torres hasta arriba. En la foto no sé si se transluce el pánico que sentía, apoyado en una piedra y con 200 metros de caída hacia abajo)

7 comentarios:

Hausdorff dijo...

Sí, viajar contigo es de temerarios. Entre tormentas, tornados y demás, no te asegura ni la Mutua Madrileña XD jajaja!

Menuda experiencia!

Pues yo lo he pasado tan bien en la excursión de 3 días con los de 3º de ESO de hace 3 semanas (rafting, hidrospeed, arborismo, tirolinas, escalada...) que me voy también en mayo una semana con los de 1º de ESO a hacer vela ;P jejeje

Espero que salga tan bien como la otra.

Hausdorff dijo...

Por cierto: MÍTICAS GAFAS!

Paula dijo...

En el año 2006 mi compañera y amiga Montse hicimos con 10 alumnos un intercambio lingüístico a Escocia (glup!). Tuve ganas desde siempre de hacerlo y allá fuimos. La experiencia fue buenísima y no hubo que lamentar nada. Por la procedencia de algunos de nuestros alumnos fue para la mayoría un viaje "iniciático", descubrieron que había mundo más allá de sus pequeños universos. Estuvieron alojados en familias que los trataron de maravilla : excursión a las Highlands, Loch Ness,fiestas, entre otras. Mientras Montse y yo "disfrutando" del Scottish winter a base de más broth que Scotch en un hotelillo cutre para que los alumnos no tuvieran que poner mucho dinero de su bolsillo y preguntándonos si compensaba eso de ser "catequistas de la causa " ( o sea, de la lengua inglesa ).
Ahora sí, cuando llegamos a Lavacolla y cada alumno se fue con su familia repectiva nos dió un bajón...

Anónimo dijo...

Hausdorff: ¿vas a ir a Ponfe en S Santa? Si vas durante los festivos, nos vemos. Si no, hasta pronto, mushasho. Sí: las gafas eran míticas (moito lijín con elas...).

Hausdorff dijo...

No iré porque aquí la semana santa es al revés, es decir, mi semana santa es la última semana de abril, cuando todos estáis ya otra vez trabajando :P jejejej

Anónimo dijo...

Me pareces bastante valiente. Los profesores del instituto aún recuerdan con estupor la excursión a Italia del año pasado. Cómo me alegro de no haber ido, en serio.

PFF

Anónimo dijo...

Imagino que compraste loteria y no te toco ¿no?