domingo, 24 de abril de 2011

Justicia poética

A veces uno acaba por apropiarse de los rasgos que más odia del rival eterno. Recuerdo veces en que algún jugador de mi equipo vendía la piel del oso antes de cazarlo... y habitualmente salía trasquilado, y bien trasquilado. Pues eso ha sucedido muy recientemente pero a la inversa. Después de mofarse del eterno rival, con publicidad de autobús incluida; después de apostar resultados disparatados dado que no se debía perder la tradición de humillar al enemigo; después de ningunear el pasado , incluso el más reciente del rival, como si sus últimas hazañas fueran de tiempos del Cid; después de decir a los cuatro vientos que habían inventado ese deporte llamado fútbol, y que nadie que no jugase como ellos merecía que tal deporte se llamara así; después de decir cosas tales como que ellos transmiten valores (y cochinillos también, para el recuerdo, y aspersores, y publicidad de Qatar, un país superguay), cosa que los otros no (aunque tengan una fundación modélica que saca de la miseria a miles de niños en todo el mundo a través del fútbol)... pues resulta que va el eterno enemigo y les da un sopapo en toda la cara, en plena prórroga, y además aderezado con la identidad del ejecutor: el segundo tipo más odiado, después del mariscal de campo, ambos lusos.
Sí, es una lástima que de la historia no se aprenda, y que se imiten la chulería y la prepotencia, que parecían tener un solo depositario histórico, pero que se ha demostrado que ya está al 50 %. Ahora, en estas dos semanas, puede pasar cualquier cosa, pero lo obvio es que el mazazo ha sido muy duro porque unos no pueden subir ya más, y a los otros aún les queda mucho tiempo para escalar, quién sabe si aun más alto que su eterno rival. Lo siento, Buenafuente, Casado, Barceló, Nierga, Francino, Escario, Mas, Zapatero, Laporta... lo siento, ecuánimes comunicadores: ojalá un día los locutores y los políticos no se identifiquen con los clubes de sus amores, porque no saben el daño que les hacen a sus partidos y a sus emisoras o cadenas. Y ante todo, calma, porque torres más altas (mucho más altas) han caído.

(A Pedro, con infinita alegría)

1 comentario:

pedro dijo...

Gracias.
He visto que el amigo Guardiola se queja de que le han pitado un fuera de juego por dos centimetros, parece obviar que en esto del futbol las distancias tambien juegan. Ayer tambien se despacho con protestas sobre los rumores de que un arbitro portugues iba a pitar el primer partido.
Guardiola empieza a mostrar su verdadera cara, esa que asoma cuando no todo el monte es oregano. Al final va a resultar que Don Josep Moderacion es como todos.