miércoles, 17 de noviembre de 2010

Selectividad: un poquito de sentido común

Hace veinte años ininterrumpidos que imparto clase en 2 Bachillerato (y antes en su equivalente, COU). Todos sabemos que la presión a la que se someten muchos alumnos es grande, sobre todo si necesitan una media para acceder a la carrera que desean estudiar. Por lo tanto, yo creo que todo profesor debería regirse por criterios lógicos, es decir, informarse bien de las directrices de la CIUG, saber perfectamente qué temas van a entrar y cuáles no, y acto seguido proceder a lo siguiente: eliminación del temario del curso escolar de lo que no entre en selectividad, y en segundo lugar, y muy importante, atenerse al tiempo que tendrán los alumnos en esos exámenes. Es decir, que si el examen de equis asignatura dura hora y media, y tiene cinco preguntas, de las cuales sólo una es un tema a desarrollar, me parece absurdo poner exámenes de dos horas o más, introduciendo temas que no caerán en selectividad, y un tipo de examen descomunal, elefantiásico, que no se corresponde en absoluto con lo que ellos se encontrarán en mayo. Yo no entiendo el porqué de esa obcecación en hacer exámenes diferentes: no redunda en beneficio de nadie, y menos de los alumnos, y tal vez responda a un inmovilismo propio de la gente de ciertos años (puede, pero otros y yo también tenemos ciertos años, e intentamos no cometer esos errores). Debo afirmar con orgullo que en mi caso, el departamento de inglés siempre se ha regido estrictamente por las directrices de la CIUG, con el consabido engorro de tener que modificar todos los años algo en los exámenes, por supuesto. Pero este engorro redunda en una mejor preparación de los alumnos de cara a ese examen globalizador, que para muchos es decisivo.
También hay profesores que estiman que su propio caché se mide en la cantidad de trabajo que mandan a casa a sus alumnos. Si se juntan varios profesores así en un curso, es seguro que los alumnos lo van a pasar mal, porque (lo sé ya que lo veo a diario) ese antiguo consejo de "estudiad todos los días y da tiempo a todo" pasa a ser una gran mentira. Harían falta días del planeta Júpiter para que diese tiempo a hacer todo lo que piden cada día todos los profesores, que palean tareas como si su asignatura fuera la única en el universo... para después casi ni pararse en la corrección de esas tareas. Por tanto, si alguien implicado me está escuchando, espero que me preste algo de atención, no porque yo sea un sabio (que no lo soy), sino porque yo, junto con mis compañeros de inglés,y también otros departamentos de mi instituto, gracias a un trabajo coordinado de años, y al buen uso de la lógica y el sentido común, hemos conseguido excelentes resultados en selectividad, y cuando hablo de excelentes, no hablo de los alumnos excelentes, sino de los medianos, que empiezan desanimados y titubeantes y acaban sacando notas más que satisfactorias.
Además, nunca entenderé a cierta gente, que se ha olvidado totalmente de que un día tuvo diecisiete años. Gente que debía disfrutar mucho a esa edad cuando los profesores les mandaban toneladas de trabajo para las vacaciones de Navidad, digo yo. Porque si no, no lo entiendo. Hay veces que odio mi profesión, y no por culpa de mis alumnos.

2 comentarios:

lunares de canela dijo...

Definitivamente sí, todos los profesores piensan que su asignatura es el ombligo del mundo e, ingenuamente, piensan que al llegar a casa nos ponemos inmediatamente con ella. Ni comer ni nada, que eso es inútil, hagamos matemáticas, química o lo que toque que es mucho mejor. Y después están ese tipo de profesores a lo que no les suena ni de lejos eso de: "no se nace aprendido". Mi profesora de historia es un claro ejemplo. Yo tengo un examen de un comentario de un texto histórico el lunes y, claro como es el primer examen de este tipo que hacemos estamos todos un poco "en bolas" como se suele decir. El caso, hicimos hace 2 semanas un comentario y, claro no sabemos como son y la mujer no se decide a dárnoslos. Pues bueno, hoy le preguntamos, por aquello de que solamente queda una clase, que cuándo nos iba a entregar el comentario. Su respuesta fue (cual déspota): a ver si me acuerdo y os los traigo el viernes. ¿Qué pretende? ¿Que quedemos el finde con ella por si tenemos dudas? ¿O es que nos da su móvil para mandarle un sms? Definitivamente no lo entiendo pero ella también dirá que no entiende por qué nos salió mal, si es que nos sale.

Anónimo dijo...

Soy yo de nuevo, esta vez , en vez de música, te otorgo mis mas sinceras felicitaciones por tener sentido común
(que no debería tener que hacerlo, puesto que debería ser así, pero viendo los tiempos que corren...)

También quería mostrarte un reflexión que hice el otro día, a ver que te parece: Últimamente, los profesores y los padres dicen bastante que en su época se estudiaba más y se sabían más cosas ( generalizando: "los profesores" es una expresión, por supuesto, y no te incluyo a ti), bién, mi reflexión es, si tanto "se sabía" y tanto se estudiaba, ¿por qué va el país como va?
Espero que a las nuevas generaciones las preparen contra lo que sucedió en la vuestra, que estudiabais y acabó pasando esto... (repito, generalizando). La conclusión a la que llegué tiene relación con tu entrada: Estudiariais mucho, pero no todos aprendisteis a usar el sentido común. Menos mal que quedasteis algunos.

Y como no, mi habitual aportación, y esta vez seguro que conoces el artista ;)

http://www.youtube.com/watch?v=KFT-kasrb8w