
Mike Scott, líder de los Waterboys, cantó al dios Pan, incitó a buscar ese dios pagano, lúbrico, primario, primitivo, en el interior de cada uno, a iniciar un viaje bajo la piel, a respirar lentamente, cerrar los ojos y empezar, a sentir el viento delicioso, dulce y salvaje con la promesa del placer. Nadie como Scott para unir épica y sentimiento, poesía y pasión. This is the sea era el álbum; The Pan within, la canción, que habitualmente unía con otro clásico del rock: Because the night. Más tarde compuso otra canción titulada The return of Pan, en la que asegura que el gran dios Pan está aún vivo en nuestro mundo. Obviamente, Pan es una gran obsesión de este gran compositor irlandés, tomado el dios como la personificación de las pasiones, no literalmente, es decir, ese hombre con cuernos y patas de carnero que en los mitos del pasado en Grecia perseguía con lúbricas intenciones a zagalas o zagales indistintamente (según Jimmy Giménez Arnau, "iba a vela y vapor"), paralizándolos con lo que dio en llamarse "terror pánico", eso que sentimos algunos cuando oímos las previsiones sobre la economía.