domingo, 30 de enero de 2011

El comienzo de "Metrópolis"


Metropolis, de Fritz Lang, rodada en 1927, cuando el cine aún no era sonoro, fue un prodigio técnico para su tiempo, y, por encima de todo, una obra magistral, diferente, visionaria y críptica, sobre una sociedad encarnada en una ciudad futurista cuyo diseño aún hoy sigue inspirando a artistas modernos. Cualquiera puede encontrar sinopsis o foros sobre la película para profundizar sobre su significado. Pero para el que nunca haya sentido curiosidad por verla, aquí le ofrezco su comienzo: tres minutos perturbadores en que descubrimos el destino de la masa de los obreros, condenados a la Ciudad de las Profundidades, para que las clases ricas de la metrópoli puedan llevar su tren de vida obscenamente lujoso. Esas secuencias de las masas uniformes de trabajadores cabizbajos descendiendo hacia su infierno cotidiano, esos émbolos y esas bielas en constante movimiento gracias a sus sacrificios son una parábola perfecta del mundo, incluso hoy en día, 84 años después de que ese genio del cine, Fritz Lang, impresionara al mundo con su alegoría inquietante.

No hay comentarios: