domingo, 6 de junio de 2010

Gratis

Ayer fui a mi tienda de discos favorita, Gong, que está en la Plaza Elíptica, un centro comercial céntrico, valga la redundancia, muy cercano al Corte Inglés en Vigo. Ya iba pensando en revolver en los expositores o consultar a los chicos y chicas de Gong sobre novedades en música alternativa, cuando recibí el mazazo, que no por esperado me dolió menos: cerrado, clausurado para siempre. Otra tienda de discos más al limbo.
Sé que voy contra corriente con mis opiniones, pero sigo pensando que la cultura del "todo gratis" va a arruinar la cultura de este país. Vigo ha pasado de ser la meca de la música, con tiendas realmente modernas y profesionales, a un erial: quedan El Corte y poco más, o sea que a ver dónde encuentro yo la música que me gusta, dónde voy a probar cosas desconocidas que resultan ser fantásticas... sí, ya, en internet, pero prefiero el contacto humano, prefiero compartir mis gustos con otros, y así crecer ambos.
Respecto a los cines, una ciudad con más de 300.000 habitantes tiene sólo dos centros comerciales con salas (y un pequeño multicines en Vía Norte). El argumento es el de siempre: el cine es muy caro. Sí, lo es, y se ha ido haciendo más caro a medida que las descargas iban aumentando. Es la pescadilla que se muerde la cola. El cine acabará por ser un recinto donde ver únicamente 3-D, me figuro. Pero si alguien se quiere plantear el daño que se hace a la gente común con la cultura de "todo gratis", simplemente que ojeen los créditos de películas, incluso de bajo presupuesto, y hagan recuento del ingente número de profesionales que viven del cine: cientos de trabajadorles (iluminadores, cámaras, ayudantes adjuntos, etcétera, etcétera) están en la calle, y sólo porque la gente cree que tiene derecho a ver productos culturales por la cara.
Con respecto a los discos, existe el mismo argumento: los CDs son carísimos. Pues vale. Yo le diría a la gente que el primer cassette que me compré, allá por 1975, me costó unas 400 pesetas, es decir, 2 euros y pico. Hoy en día, 35 años más tarde, encuentras ofertas de discos de todo tipo, de gran calidad, por cierto, a precios de 4 ó 5 euros. ¿De qué hablamos? Antes sí que eran caros los discos y los cassettes, y el nivel adquisitivo de la población era muchísimo más bajo. Lo que ocurre es que una vez crees que tienes ese supuesto derecho a tener todo gratis, no hay vuelta atrás. Incluso la gente alardea de no tener ni un solo original en su casa, ni discos ni películas. Pues vale. Yo les diría también que el valor de esas copias que poseen es cero, es como afirmar que tienes un incunable, y sólo tienes unas fotocopias de él.
¿Qué será lo siguiente? Los libros, claro. ¿Por qué voy yo a pagar por un libro, un producto en el que el autor ha invertido uno, dos o más años de su vida? ¿Me importa que el cinco o el diez por ciento de beneficios de cada libro vendido no vayan al autor? Y ya puestos, ¿por qué pagar en restaurantes? ¿por qué no asaltar los museos? ¿qué derecho tiene esa gentuza a cobrarme a mí? ¡Que trabajen para mí, que yo quiero tenerlo todo sin pagar nada! ¿Por qué no le echan agallas y reivindican los automóviles gratis, la comida gratis, los alquileres gratis, las viviendas gratis? eso sí que es primera necesidad.
Lo peor de esta cultura del morro es otro aspecto: la gente encima no valora sus descargas en absoluto. La mayor parte de la gente descarga discografías enteras de grupos de los que les gusta una sola canción, y luego no vuelven a escuchar nada de ellos. O las películas: conozco a una persona que ha descargado casi mil películas; ¿cuántas ha visto? Tal vez veinte o treinta, y posiblemente no le llegue su vida para ver todo lo que ha descargado, pero la emoción reside en eso, en la pura descarga. Insisto: hay que hacer algo. Los creadores no pueden estar desprotegidos hasta tal punto, y en la mayoría de los países "civilizados" se está protegiendo cada vez más la autoría y los derechos a beneficios. España destaca como nación pirata por excelencia. Como dice Javier Marías, este es un país que muchas veces da vergüenza.
Bien, ya me he desahogado, ahora podéis rebatírmelo todo. Venceréis, pero no me convenceréis.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No se puede decir que la SGAE esté haciendo un buen trabajo protegiendo los derechos...

miguel otero dijo...

En efecto: la SGAE está consiguiendo justo el efecto contrario a lo que se desearía, porque sus prácticas son más que abusivas: son realmente absurdas o surrealistas. Pero esto no cambia un ápice el fondo de la cuestión, opino.

pedro dijo...

Yo creo que en esto de los derechos de autor hay que hilar muy fino. En todo caso y en mi opinion no se puede atacar este problema desde solo un flanco.

Es incuestionable que quien escribe un libro, o por generalizar realiza un trabajo "de creacion intelectual", debe tener unos ingresos por las labor realizada y ya no me siento capaz de entrar en mas disquisiciones porque a partir de ahi hay mil y una problematicas (por ejemplo si yo mismo, asalariado por cuenta ajena, realizo un programa informatico no tengo derechos de autor sobre el mismo y ese programa se queda como propiedad de mi empresa por los años de los años. Este argumento es totalmente discutible como otros cien mil y da medida de la complejidad del asunto).
Por otro la evolucion de las TIC marca el camino a seguir, como ha sucedido a lo largo de la historia: hoy apenas quedan trabajos realizados con caballerias, no existen casi zapateros remendones ... Todo avanza y el soporte, bien sea en papel, DVD o en otros medios evoluciona y con él aquello que se le relaciona. Sencillamente quien no lo haga se quedará fuera, mas tarde o mas temprano. (Tengo un amigo que hace trabajos de fotografia y a traves de internet ha llegado a tener un cierto reconocimiento en los circulos mas entendidos de N.York)

En cuanto a la SGAE, en fin ... cualquier comentario sobra.

Anónimo dijo...

muy bueno,moi bo, tres bien, chapeau.

Totalmente de acuerdo