martes, 27 de octubre de 2009

El día en que llegó el cometa


El día en que llegó el cometa los testigos de Jehová salieron alborozados a la calle, pues por fin habían acertado su enésima predicción. Ese día, bajo un cielo rojo, los cienciólogos se desesperaron porque no veían ningún ovni que les viniese a rescatar. A Zapatero se le invirtieron las cejas y habló deprisa, a Rajoy se le oscureció la barba y pronunció correctamente la ese, Camps siguió riendo como un poseso, Pajín dejó de ser un teleñeco para convertirse en persona, Acebes dijo la verdad, a Fraga se le entendió, Urkullu pidió ayuda al ejército español.
El día en que llegó el cometa los policías atracaron bancos, los banqueros se comieron su dinero, los andaluces no contaron chistes, los argentinos se callaron, Belen Esteban pareció una dama, Anne Igartiburu nos dijo 'adiós, corazones', Risto Mejide levitó en olor de santidad, el Papa intentó fugarse pero la guardia suiza lo retuvo, César Vidal escribió siete libros, los precios bajaron en San Sebastián, los profesores agredieron a sus alumnos, los pilotos de Iberia socorrieron a los necesitados, los cerdos y los pollos se rebelaron por fin en cruenta revuelta, los suizos se suicidaron con queso, relojes y chocolate, Tom Cruise siguió sonriendo estúpidamente aunque seguía sin ver el ovni por ningún lado, los pobres del mundo se regocijaron de tan democrática e igualitaria catástrofe, Chávez se quedó mudo, Castro se quitó el chándal, Obama se quedó pálido, Morales estrenó jerséy, los chinos se pusieron en huelga, Israel devolvió los territorios ocupados y los países musulmanes se liberaron de sus emires, sultanes y reyezuelos.
El día en que llegó el cometa Puyol se cortó el pelo, Guti se centró, Eto'o se calló, los del Atleti se mostraban serenos pues ya sabían bien lo que es el infierno, Jiménez Losantos no insultó, Rouco Varela no convocó manifestaciones ultras, Garzón instruyó bien un caso, Carrillo siguió fumando, el rey se fue a Baqueira-Beret, Letizia se puso a comer donuts como una posesa, la Academia Sueca dio el Nobel de Literatura a alguien famoso y reconocido.
Pero el cometa, inopinadamente, pasó de largo. Nada sucedió, no hubo Harmagedón para desconsuelo de los testigos de Jehová y de los pobres de la tierra. Y César Vidal, desgraciadamente, siguió escribiendo libros.

1 comentario:

pedro dijo...

Por favor antes de que llegue el cometa que alguien le robe el ordenadopr y todos los objetos que sirven para escribir a César Vidal