martes, 1 de septiembre de 2009

¿Hiperactivos?

Charlábamos un día de agosto mis cuñados y yo acerca de la hiperactividad, dado que en la aldea en que pasamos el mes agostí tenemos la desgracia de padecer a uno de esos niños etiquetados de hiperactivos, cuando de repente caí en la cuenta de algo. Y ese algo es lo siguiente: llevo dentro del sistema educativo más de cuarenta años, tanto recibiendo como impartiendo clases, y resulta que, echando la vista atrás, no recuerdo nunca haber tenido un compañero de clase hiperactivo, ni siquiera un alumno del colegio o instituto. Más tarde, cuando empecé a dar clase, en 1986, supe de la existencia de la hiperactividad por el hijo de una señora que alquilaba el piso a Carola. Fue mi primer contacto con esta afección, o lo que sea, aparte de la canción de Thomas Dolby Hyperactive, unos años antes.
Pero de unos años a esta parte veo que se ha producido una avalancha tremenda de hiperactividad. Vamos, que si no tienes un hijo hiperactivo, es que no molas nada. ¿Y no sería, me pregunto, que eso que llaman hiperactividad hoy en día se curaba antaño a base de sopapos dentro de la familia y del sistema educativo? No quiero ser demasiado malvado, y además afirmo la existencia de la hiperactividad, como no podía ser de otro modo. Pero insisto: si yo me pusiera a saltar por las mesas en un bar y berrear como un picto en combate; o a romper los palitos planos llamados "depresores", o los fonendos en la consulta médica; o si me pusiera a pegar e insultar a compañeros y profesores en el insti, allá por aquellos finales de los sesenta y principios de los setenta, no me cabe duda de que el implicado en cada caso me soltaría un tremendo soplamocos, que aderezarían después en mi casa mis primogenitores con castigos, collejas, reprimendas o llamadas al honor familiar mancillado. O sea, que mis padres no dirían: ¡oiga, que es hiperactivo! Insisto, la hiperactividad mal entendida te la quitaban antaño por métodos mecánicos. Hoy en día es refugio y subterfugio de niñatos estúpidos y maleducados. Que sus papás se lo piensen antes de etiquetarlos, porque les están dando barra libre.
Circula un sketch de Vaya Semanita en internet en que expresan estos tópicos con mucha gracia. Buscadlo, que merece la pena.

(Recomendación: Me he comprado (¡sí, sigo comprando CDs, soy gilipollas!) un disco alucinante de un malagueño llamado Toni Zenet, cuyo título es Los mares de China. Si os gustaron los discos de Bebo Valdés y El Cigala, creo que este álbum está en la misma órbita de músicas de fusión, en este caso de tango, flamenco, copla, bolero y swing. Muy bueno)

(Parece que he vuelto, aunque despacito)

2 comentarios:

Mondoxíbaro dijo...

hombre pues más vale despacio que nunca!

Y ya ves que en estos tiempos que corren hasta son protagonistas de novelas.
Quizás a fuerza de soplamocos, nuestos padres nos hacían ver esa "CEGUERA EMOCIAL" de la carecen por el momento a edades tan infantes.
Ahora y por aquel entonces la educación recaía mayoritariamente en nuestros padres y, todo hay que decirlo, que dichos métodos pudieran no ser muy científicos, pero se revelan ahora efectivos. Por contra tendemos a delegar y trivializar todo, y en cuestiones de educación, a delegar en el profesor.
Decía Howard Gardner que la "La inteligencia es la capacidad de ordenar los pensamientos y coordinarlos con las acciones" y que no de debiera medir por coeficientes intelectuales, y ese reto recae en los padres, que se pasa la mayor parte con sus hijos, o al menos, eso debiera ser.
Aunque pudiera ser que los padres no sean suficientemente inteligentes y poco pueden hacer por ordenar los pensamientos a sus hijos, con lo que el trabajo del maestro es doble.

Anónimo dijo...

Antes tampoco existía SIDA ni las epidemias hoy y en día ? No es precisamente una observación valida puesto que siempre ha existido . Yo soy médico, maestra de educación física y Lic. en educación titulada; a los 45 años puedo decirle que los niños que en la antigüedad se nos llamaba hiperquinéticos son loa miamos que hoy llaman hiperactivos pero siempre hemos existido, lo tratamientos tambiñen han cambiado ya que hoy no se educan con golpes como era el tratamiento que muchosrecibimos hasta en la escuela.