lunes, 9 de marzo de 2009

Telepredicador


En 1987 fui por primera vez al Caribe, a la República Dominicana (y, como siempre, en mi tradicional gafe de todo viaje, me pilló un huracán). pero, ¿qué fue lo que me embelesó de este lugar? ¿Acaso su calor angustiante y sofocante? ¿Acaso la finura de su arena y sus aguas color turquesa? ¿Quizás su ron, sus mujeres? ¿Acaso los Altos del Chavón? ¿Tal vez el olor a materia orgánica en descomposición propio de todo país caribeño? No. Lo que me dejó más honda huella fue un telepredicador explicando la parábola del hijo pródigo.
El predicador, rizos canos, gafas de pasta y tez negra como el chocolate puro, explicaba así a su audiencia el regreso del hijo despilfarrador, ya sin blanca, a su hogar, y la bienvenida de su padre:
"¿Creen uhtede que su papá le golpeó? ¿Qué uhtede creen, que le dio una patada? ¿Creen uhtede que le dijo: 'Cabróoon, hiho de puuuta, ¿qué tu hase aquí?' Pueh no. El papá le diho a su hiho: 'Ven aquí, hiho, vamoh a comel.'"
Me caían las lágrimas, no sé si de la risa o de la emoción de ver que otros mundos son posibles. Ojalá ese padre Sonrisas que sale en el Intermedio se pase por el Caribe y cambie esa cara de rottweiler, ese verbo ofensivo de proxeneta del Raval que tan mal concuerda con sus consejos morales.
(Por cierto, una apostilla: durante años creí que la palabra "pródigo" significaba algo así como "el que regresa", dado el talante de la parábola. Debo decir, aun así, que es de las pocas parábolas que pude comprender, ya que ni hablaban de esa "mies",que siempre tiraban al borde del camino, ni finiquitaban sus casos ejemplares con aquel "y yo os digo", que invariablemente iba seguido de extrañas metáforas.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace cuatro o cinco años volvi a Cuba. El primer dia nada mas llegar al Habana Libre (¿lo recuerdas?) bajamos por la Rampa hasta el malecon , exactamente igual que hicimos cuando fuimos alla por el año 90. En aquella esquina habia un predicador evangelista rodeado de gente cantando himnos al señor. Menuda sorpresa me lleve, no me esperaba algo asi en la Cuba socialista. Fue uno de los primeros cambios que pude comprobar en aquel viaje respecto al de quince años atras