miércoles, 1 de mayo de 2013

Qué es lo que queda de uno

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de cómo nos apropiamos de todo en nuestros recuerdos de la gente que se ha ido. Cuando oigo a Leonard Cohen, veo a Joel Simkin; cuando veo a un ciclista pedaleando por el arcén de la carretera de Os Peares, veo a Ramo. Cuando alguien nombra un vermut, me viene Maruja, la gran Maruja cernadas a la memoria. Cuando alguien pasea solitario por los caminos, ahí está mi tío Carlos. Cuando el Atleti triunfa, ahí está mi tía Mari. Cuando alguien canta con pasión algún clásico popular gallego, ahí veo a Pepe Padín. La gente que se va para siempre ha conquistado la música, el polvo de los senderos, el asfalto, el alcohol, el deporte. Y muchas veces me pregunto de qué me apoderaré yo cuando me vaya. ¿Qué recordará la gente de mí? ¿Será la música, esa a la que someto a todos día tras día, machaconamente? ¿Serán mis tics, inevitables enemigos desde la infancia? ¿Serán los libros que dormiten en anaqueles, los míos y los de los otros? ¿Serán las anécdotas que he contado, los súbitos cambios de humor, mis buenos momentos, mis momentos de hiel, mis tangos arrebatados, mis indecisiones, mis silencios, mis meteduras de pata sin solución (tantas... y tantas que meteré), mis recomendaciones literarias y musicales? Daría algo por saber cuál será la espoleta que activará en otros la bomba de recuerdos de mí mismo. Aunque me imagino que Juan Rulfo y Borges, el Real Madrid, Elliott Smith y Quique González, los cedés variados que grabo esporádicamente a la gente a la que quiero, Goya, alguna película de Polanski, alguna otra de Costa Gavras... algo así será lo que quede de mí, sin ser mío. Algo de esto robaré para que otros me recuerden.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo creo que te recordaría/recuerdo con tus tics ( el del pelo y el de la vista),el rotulador negro de punta fina dibujando durante las clases, cara perpleja a veces,Modigliani,... y algno más.

miguel otero dijo...

Sí, es un modo veraz de recordarme... aunque lo de Modigliani no lo pillo

Pesdro dijo...

Con baby, con el capi, jugando al ping pong, jugando al futbol, en el Suarez, bajando de las bodegas (cocidos), en la ruta alternativa, viendo el torneo de navidad con chiru y el resto, jugando al mus, en las cuadras, en las cuadras con Susana, en el diecinueve, en el patio del Alvaro de Mendaña jugando aquellos partidos epicos, con la musica sí, con el R.M., en el cine (por cierto recuerdas aquella que vimos en el Gil y Carrasco durante unas fiestas de la Encina donde una buena, muy, muy buena moza se embadurnaba de chocolate? ¿Como se titulaba?), con libros (Von Daniken pero no se lo contaremos a nadie, tampoco lo de Martin Amis, en Cuba, en el castillo de Cornatel, en las Medulas con Carola... ¿vale con esto o continuo?

miguel otero dijo...

La película se titulaba "Sweet Movie" o algo así, y era polaca. No continúes, porque me emociono, pero es que son tantos años y tantas cosas... Abrazos y recuerdos

Anónimo dijo...

El primer batería del caos controlado

Anónimo dijo...

Díganme ( me urge! Silv. Rod.):
¿ Ha visto alguien, en el mundo del futbol playa, rematar de cabeza con tanta furia y energía santillanesca, como aquél chaval miope y de pelo negro rizado?
T.

Pedro dijo...

¡¡¡ Sweet Movie, claro !!!

La he buscado por internet porque solo me acordaba del baño de chocolate, imposible de olvidar por otra parte. Debio ser alla por el 80 mas o menos. Despues de leer sobre ella aun me resulta increible que emitiesen esa pelicula en plenas fiestas(*) aunque imagino que cortarían alguna escena. Por lo demas vaya coñazo que nos tragamos.

(*)Supongo que ya te lo he contado pero unos pocos años despues, en la universidad y durante las fiestas de primavera, en el cineclub se programó una pelicula que se titulaba "Emily".

Nunca mas se volvió a proponer una pelicula que no pasara previamnete por la censura del decanato. El titulo completo, que se recortó por motivos obvios, era "El ardiente despertar de Emily". La sesion de la mañana fue buena pero la de la tarde constituyó el mayor lleno del salon de actos de la historia de aquel cineclub.

Hubo quien se quedo a comer para repetir.

Anónimo dijo...

Señor T : El mejor rematador de cabeza fue Freak.

Anónimo dijo...

Recuerdo ver algún partido de estos chicos desde el campamento y corroboro que el mejor rematador era el pequeño con las piernas arqueadas. Su famoso remate de cabeza imaginario (imaginary head shot), así como su buceo sin inmersión (diving no diving) son ya dos clásicos.

Fdo. Paco Leis

miguel otero dijo...

Freak sólo usaba la cabeza para no sumergirla, o para echarse Taponoto: ¡el mejor cabeceador era yo, liars!
Además, mis tics le daban un efecto especial al balón Simeón