Ayer se puso en contacto conmigo por Facebook Herbie Mackerel, un marinero de la costa Este de USA, y me contó esa historia sorprendente:

Me quedé helado. Petronila Winwood: vaya nombre más guay. Pero respecto a lo otro, ¿podía ser Todd? ¿O sea que no se había criogenizado, ni vivía con Elvis en Isla de Cocos? Me puse en contacto con Freak, que me respondió misteriosamente:
"Mira, O'Hara, te voy a contar algo. El otro día fui hasta la ribera del Manzanares, de paseo con Carracho, mi perro imaginario. Lo bueno del perro imaginario es que no hay que recogerle los zurullos, dicho sea de paso. Y en el río, de en medio de la niebla, vi surgir una piragua desvencijada con un tipo con una camiseta con un lema ("I Love Pichel") y un bañador Meyba, además de una botella de vino del Bierzo que rodaba por el suelo de la barca. ¡Era Todd! De repente, la niebla se volvió a cerrar, y no lo vi más. Mi perro imaginario ladró. Le di una patada y volví a casa lleno de incertidumbre.Al perro le di Friskis, por equivocación, y ahora no para de maullar.Creo que me voy a comprar un periquito imaginario."
Ante estos datos entré en avistamientos.net. En la página, para mi sorpresa, vi a Todd en cientos de fotos: al lado de un surfista en Hawaii; en la piscina, flotando en un patito hinchable, con Scarlet Johanson; saludando a Artur Mas desde la playa de la Barceloneta... La red se preguntaba sobre él (¿quién es él, a qué dedica sus ratos de ocio?), y ya le habían puesto un sobrenombre: El Santiagués Errante. Ahora sé que Todd ha trascendido su parte corpórea y se ha convertido en un virus global.Mirad por las ventanas y podréis verlo, tal vez escuchando a los Doors, tal vez comprando un cartón de Winston en el estanco., o acaso visitando el blog tardes eléctricas Lo vale.
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