miércoles, 18 de enero de 2012

Fraga is dead


No me sorprende lo que se ha dicho de Fraga desde el día en que falleció, porque nunca sorprenden los elogios a los muertos, y si no, recordad la entrada que dediqué a Simoncelli. De los  fallecidos(de él, en este caso) siempre olvidamos sus rasgos más oscuros, como, en su caso,  la arbitrariedad, el despotismo, la intransigencia, la ambición desmesurada, la ausencia de arrepentimiento y otros, y dejamos a la  vista la capacidad intelectual, el logro de la adaptación a un nuevo medio, el sentido de estado, o el amor incondicional a la tierra. Fraga fue un personaje ambivalente, en sus apoyos a la Cuba de Castro (otro gallego) se enfrentó al partido que creó y a las personas a las que elevó a los altares; en su silencio ante la postura del partido de hundir a González por el asunto del GAL se ve un sentido del Estado coherente con sus ideas, enfrentado también con la red de conspiradores mediáticos (Fraga caía mal en el núcleo duro del Aznarismo, lo cual se demuestra en el trato bastante áspero de su óbito que le dedicó El Mundo). Pero, de todas las cosas que la prensa elude, hay dos que me llama la atención poderosamente: ¿es que nadie recuerda que, antes de la fundación del PP,  fue uno de los fundadores de Alianza Popular, que representaba a la derecha más derechona y a parte de la extrema derecha, excluyendo a Fuerza Nueva? ¿Es que sólo yo recuerdo que la derecha moderada y europea post-Franco fue la amalgama de partidos de UCD, mientras Fraga representaba el continuismo franquista? Y la segunda, que nunca manifestó ningún tipo de arrepentimiento por ordenar o permitir el fusilamiento de Grimau siendo ministro de Interior. Afortunadamente, ya han ido saliendo estas mismas censuras en varios medios, por lo que se demuestra que la gente no ha perdido la memoria.
 Eso sí, hacer una semblanza de un personaje político tan peculiar como Fraga llevaría meses. Con todo,  ahí se va una parte importantísima de la historia política de España, y de la historia de la Galicia constitucional. Espero no tener que decir más adelante que los que están ahora hicieron bueno a Manuel Fraga. Descansa en paz, Fraga, pero descansa lejos, non vaia a ser o Demo...y, San Pedro, prepárate, que en dos meses te quita el puesto y se apropia de las llaves. Bueno es/era él.

1 comentario:

Paula dijo...

Después de esta resaca de misas, funerales por todas y demás gaitas (nunca mejor dicho) ya sólo queda que lo santifiquen .¡ Menudo país !