jueves, 12 de enero de 2012

El Síndrome E/El experimento Milgram


Estoy a punto de terminar la novela del autor francés Franck Thilliez  titulada El Síndrome E. La novela empieza de este modo: un coleccionista cinéfilo se hace con una película sin título, y la proyecta en su casa. En cuanto acaba la película, se queda ciego. No está mal como comienzo, ¿no? Pues la novela indaga en temas interesantísimos, como el origen del Mal con mayúsculas, los experimentos realizados durante la Guerra Fría en varios países para analizar el comportamiento humano bajo un liderazgo o en condiciones extremas, el uso perverso de lo subliminal, el papel atroz de las organizaciones secretas policiales (la CIA, en este caso, basado en hechos verídicos) en el ámbito mundial... En fin, que si os interesan estos asuntos, creo que es preceptible leer la novela. Además, esta obra me ha abierto una puerta a un tema que desconocía: el experimento de Milgram. ¿Que qué es eso? Milgram era un estudioso conductista norteamericano, que a raíz del proceso contra Eichmann (el motor funcionarial del Holocausto) en Jerusalén, y de sus argumentos esgrimiendo que el Holocausto se llevó a cabo porque la gente simplemente obedecía órdenes sin cuestionarlas, y así exculpándose del genocidio, Milgram decidió poner en marcha  en 1963 experimentos en los EEUU. El experimento consistía en lo siguiente: un hombre es sometido a un test de preguntas, mientras otro hombre, que no ve al "concursante", es responsable de castigar con descargas eléctricas, cada vez más fuertes, a los errores del examinado. Es espeluznante ver cómo el hombre a cargo de la máquina eléctrica no cuestiona lo que está haciendo simplemente porque quien se lo ha ordenado es una persona con aspecto de autoridad, y además, dotado de conocimientos científicos, de modo que el hombre se siente exculpado de toda responsabilidad. Y eso que, aunque no podía ver al "alumno", sí que oía sus gritos, cada vez más desgarrados con cada descarga. Por supuesto que las descargas no eran reales, pero más de la mitad de la gente acababa por someter al examinado a descargas que sin duda le habrían causado la muerte. Más tarde se fue perfeccionando el test, aplicando nuevas variables, casi siempre con resultados desoladores para la condición humana, obediente hasta límites descorazonadores cuando se trata de enfrentarse a una autoridad arbitraria.

Este es el enlace si queréis ver el experimento real.

http://youtu.be/iUFN1eX2s6Q

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