Bien. Veamos este cuadro del norteamericano Jasper Johns, incluido en la antología de los 1000 mejores lienzos de la historia. Un cuadro icónico, dicen.

¿Ya está? ¿Sugiere algo? ¿Alguien ve algo más que la bandera norteamericana pintada sobre una superficie equis, con una técnica equis? Yo no. Pues bien, diré algo que dijo un crítico de este lienzo, del cual, al parecer, lo mejor es la técnica llamada encáustica (pigmento a la cera caliente), y lo novedoso, haberlo hecho sobre contrachapado (¡Que venga El Bello Gallito y lo vea!): "El fundamento paradójico del cometido de Johns es definir cuándo una bandera es una bandera (...). La utilización de la encáustica consiguió reducir las posibilidades de que cualquier marca se interpretara como un significante de la subjetividad del artista, al tiempo que interrumpía también la eficacia de la imagen como tal, confiriéndole una materialidad irreductible de la que, en condiciones normales, habría carecido por completo." Cuando acabé de leer esto tuvo que bajar al bar de Manolo y pedirme dos licor-cafés, creyendo, ingenuo de mí, que sólo empatizando con el nivel de alcohol en sangre del crítico llegaría a comprender el texto. Fue inútil. Sólo conseguí tomarme un Ibuprofeno al acostarme, y tres al levantarme.
Lo peor es que un autor mexicano, Emiliano Gironella Parra, inspirado por esta pinturita, incluso le hizo un homenaje a Jasper Johns con el siguiente cuadro, que tituló, muy originalmente, "A Jasper Johns". Observémoslo.

La crítica al capitalismo y a su símbolo, los EEUU, es un poco burda, sobre todo para haberla hecho en 2003. Si quería sacar su espíritu crítico, mejor sería haber hecho otra cosa. El crítico flipado lo define como "un eco deliberadamente próximo de Jasper Johns", y pasa a hablar de la puñetera pintura encáustica, pues ésta "se suma al debate vinculándose al pasado de un modo que encaja perfectamente con la marcada conciencia histórica del autor". Según el crítico, en este cuadro hay una concepción del pasado, futuro y presente: me figuro que uno por cada bandera. El presente será la de arriba, digo yo. Y lo de la encáustica... Estoy por hacer un cuadro bien cutre, pero afirmar a los cuatro vientos que lo pinté con pinturas de cera Manley. A lo mejor soy la bomba.
Pues eso. Es triste que las memeces se perpetúen, y más aun que se perpetúen con un barniz intelectualoide apestoso. Qué razón tenía Fumaroli...

El único instrumento que probé a tocar durante cierto tiempo fue por obligación: la flauta dulce, ese instrumento estridente y odioso que vuelve locas a las familias de los niños que practican en casa. A mí no me echaron de milagro. Eso sí, era capaz de sacarle tales disonancias y distorsiones que de haber vivido en California y no en Ponferrada la gente habría pensado que era un genio 





novia al lado. Gasol se hospedó en el balneario Augas Santas de Pantón, sitio que recomiendo encarecidamente, e incluso estuvo por Monforte, desplegando una total naturalidad, extraña si pensamos en los fantasmones de la NBA. Siento debilidad por ciertos deportistas españoles, y él es un ejemplo: un tío normal... bueno 2'18 no es muy normal, pero se me entiende. Igual que Nacho Vegas afirmó en una canción suya en que habla de su vida pasada "lo he pasado bien y casi conocí en una ocasión a Michi Panero, y es bastante más de lo que podríais soñar en mil vidas", puedo afirmar que "casi" conocí a Gasol. ¿A qué viene esto? En realidad, a que quería tener una excusa para colgar esta canción de Nacho Vegas. Me encanta el nombre de las chicas de los coros: Les Guajettes. La canción se titula, como no podía ser de otro modo, El hombre que casi conoció a Michi Panero. 


apellidos. Llega el milagro de la tarde del viernes, horas consoladoras, horas de horizonte abierto, igual que llegan las lúgubres horas del domingo por la tarde (¡ay de aquél al que no le guste el fútbol!). Llega dormirse en el sofá de sobremesa, ese "desconectar" que ahora tanto usamos, así de enmaquinados estamos. Llegan también los despertares del sábado por la mañana, oyendo caer la lluvia sobre los tejados, una melodía que conduce irremediablemente a la piel, al tacto. Llega volver al rehabilitador, hacerme más radiografías, resonancias magnéticas, llevar a cabo veinte sesiones más de magnetoterapia para llegar a reparar la parte inferior derecha de mi cuerpo, cosa que no parece estar en vías de solución. Llegarán, espero, los recibos atrasados de Gas Natural Fenosa, empresa a la que tuve que llamar repetidas veces para que me cobraran de una vez (algo insólito en este mundo: un cliente rogando que le carguen las facturas). Llegará (es posible), también, la carta de ADESLAS echándome del seguro, porque con tres tipos como yo se hunde la empresa. Y tal vez llegue una carta de Gas Natural Fenosa pidiéndonos perdón por lo chapuceros que son, por lo inútiles, y, por encima, por las facturas abusivas que expenden. Me cuentan que Gas Natural Fenosa, empresa teóricamente fusionada (no así en la práctica, lo digo por experiencia kafkiana) va a rebautizarse. Se registrará bajo el título "Jerusalén". ¿Por qué? Porque ahí clavan a Cristo.











rigorismo más fanático y absurdo.



