jueves, 18 de septiembre de 2008

El tigre, la nieve y Tom Waits



¿Habéis visto la película "El tigre y la nieve", de Roberto Benigni? Si no la habéis visto, un consejo: no se os ocurra verla. En primer lugar, es una película ñoña, vacía, absurda; en segundo lugar, fue dirigida e interpretada por Roberto Benigni, el Jim Carrey europeo, con todo lo nefasto que esto conlleva. Eso sí, no hay obra de la que no se pueda extraer algo bueno: al principio de la peli, el protagonista (Benigni) sueña que se casa con su amada. En la ceremonia, la música la pone el inimitable Tom Waits, muy amigo de Benigni, por cierto, desde que filmaron juntos "Down by Law" ("Bajo el peso de la Ley"), de Jim Jarmusch, otro de los amigos de Tom. La canción elegida es una de las mejores, según mi opinión, de las de su larguísima carrera: "You can never hold back spring". Es uno de esos temas atemporales que Tom Waits logra, una balada sentida, constelada de sonidos antiguos, que forma parte del triple disco "Orphans", el más reciente de Waits, y que comparte ambiente con temas imprescindibles como "Alice", del álbum homónimo, o "Frank's Theme" del espectacular "Frank's Wild Years".
Hoy en día el marco de referencia del escritor ha variado, y cada vez es más frecuente que los epígrafes de las novelas estén tomados de canciones en vez de las consabidas poesías clásicas: yo mismo utilicé el tema "Black Wings" para mi novela "Alas Negras". Y es que la poesía, la capacidad de generar imágenes de Waits no es menos que la de cualquier poeta consagrado por la crítica. Hay una imagen de la canción "Alice", del disco de mismo título, que guardo en mi corazón: un patinador cincela en el hielo el nombre "Alice", y cuando va a repasar el nombre con las cuchillas de sus patines, el hielo se quiebra, y el patinador cae a través del "hielo de Alice" o tal vez de "los ojos de Alice", lo cual es un juego de palabras entre "eyes"(ojos) y "ice" (hielo), que son palabras prácticamente homófonas. Bien, a veces vivimos de estas pequeñas cosas, de unos versos de una canción, de una imagen poderosa que se nos instala en el alma para nunca dejarnos.
No es menos "Frank's Theme", un tema en que el cantante insta a su amada a que siga soñando, a que los sueño barran su tristeza, sus lágrimas y que recuerde cuándo la banda tocaba aquella vieja canción que ellos consideraban suya. Es una atmósfera de 13 rpm, un olor a gramófono, a terciopelo y a madera del suelo desgastada por los zapatos de los bailarines arrimados. Buf, se me salen las lágrimas. Tom Waits es el único autor que me provocaría dudas en caso de tener que grabar una antología en el consabido CD de 700 Mb: me vienen a la mente unas cuarenta canciones, y todas no caben. Tom Waits es al hoy lo que fueron Dylan y Los Beatles en el ayer, una influencia constante, sorda, aunque, en su caso, mucho más arriesgada por la dificultad que conlleva muchas veces su música.
Recomiendo que vayáis a YouTube y veáis la versión en directo de "You can never...", que forma parte de la gira "Orphans" de Waits. Sentiréis la emoción, el power. Y si queréis ver justamente lo contrario, el anticlímax, visitad YouTube y ved el vídeo "Torres gemelas" de un tal Delfín noséqué, ecuatoriano. Ay, madre, qué cosa. Da bastante vergüenza ajena.
El vídeo de Tom Waits está en esta dirección:

http://es.youtube.com/watch?v=wUtSfjGvB3k

(A Celso Pérez, genio de la farmacéutica, con todo mi cariño)

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