
Nuestro nunca bien ponderado ex presidente, J.M.A., definió la elección de Obama como exótica, para después pasar rápidamente a augurar catástrofes financieras por culpa de ese exotismo, y de paso afirmar que Bush II ha sido un grandísimo presidente. He hablado tantas veces del ciudadano J.M.A. que temo hacerme pesado, pero no me puedo resisitir, la verdad. O sea que el propio partido republicano desdeña a Bush II en su inmensa mayoría... y el ciudadano J.M.A., poseedor de la verdad absoluta y relativa, les enmienda la plana y dice, como Chiquito, : ¡Nol!
Calificar, por otro lado, de exótico al primer hombre negro que llega a ser presidente de EEUU me parece muy barato para un hombre a cuyo lado la Comisión de Sabios de la ONU se queda en una ronda de trileros. Obvio que la negritud es más exótica que la blancura o la morenez de rayos UVA, claro, pero a veces a la lengua hay que ponerle un bocado, como a los caballos. Y cuando define a Bush II, conocido también como El Innombrable, como un grande vilipendiado por ígnaros, creo que piensa en sí mismo, saliendo del poder por la puerta de atrás. Es que ya lo decía el mayor experto en poder de la historia, el inefable Giulio Andreotti: Lo peor del poder es no tenerlo.
Lo peor, además de esto, no es que el ciudadano J.M.A. se salga del tiesto con tanta frecuencia, y atente tantas veces contra las directrices del gobierno de su país (un acto de deslealtad constitucional sin parangón en nuestra joven democracia, viniendo de un jubilado con pensión vitalicia). Lo peor, con diferencia, es que se cree simpático y ocurrente, cuando sus chistes,

(A Vitu, Joel y Dudi, que quizá me estén leyendo en Puerto Escondido)
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