lunes, 15 de marzo de 2010

Hijos de estrellas



Y a lo que voy es a que es arduo llegar a ser alguien cuando tu padre o tu madre han sido estrellas rutilantes, sobre todo en el espacio musical. Hay que tener valor para meterte en la música cuando tu padre ha sido Lennon, o Jagger o Dylan. Jakob lo hizo, y es una de las excepciones a la regla: es bueno, y tiene personalidad. En cambio, otros casos han sido fiascos considerables, como por ejemplo Julian Lennon (un auténtico clon, físicamente hablando, de su padre); en otros el padre ha superado al hijo, como fue el caso de Jeff Buckley, que superó ampliamente a su padre, Tim; y en otros, el hijo ha optado por la música desde el lado más discreto, como es el caso de Tom Waits, Casey, que toca la percusión en los discos de su padre. Por supuesto, no entro en el panorama hispano: los hijos de Dyango, Betty Missiego, El Fary, Rocío Dúrcal y otros me interesan más bien poco.
Y la verdad es que me gusta Jakob Dylan, me gustan los Wallflowers, su grupo, aunque no sea de los que me entusiasman, y además, al contrario que su padre, Jakob me cae bien: me parece un tipo normal, nada endiosado, nada presumido, un trabajador de su música, alejado de los efluvios paternos.
Tengo una anécdota de Jakob. Resulta que su ídolo es Tom Waits, al que conoce personalmente. Un día propuso a Tom conocer a Bob Dylan, su padre. Tom dijo que sí, ya que lo admira profundamente. Jakob lo llevó a casa de Bob, y lo presentó. Tom, aunque esto parezca mentira, estaba bloqueado, incapaz de decir nada coherente. No ayudaba que Bob Dylan lo mirase como a un platelminto, con poco interés y ganas de volver a su mundo interior. Jakob estaba sufriendo porque, en el fondo, quería que Tom deslumbrara a su padre, con el que no creo que nadie tenga buenas relaciones. Pero Tom sólo era capaz de decir: "Weeeell, ermmm...". Jakob acabó ese encuentro totalmente deprimido: sus esperanzas de que su ídolo bajara del pedestal a su padre se habían ido al garete. Bueno, en realidad odio esta anécdota: me gustaría que Tom le hubiera dado un baño dialéctico a Bob, y que Jakob hubiera salido de allí exultante.

No hay comentarios: