miércoles, 12 de enero de 2011

Sorpresas y Camino




Mi familia nunca dejará de sorprenderme. Un día, estas pasadas navidades, estuvimos viendo una foto sacada en Santiago en los años cuarenta. En ella salía mi tía Mari con unas amigas. Mi madre fue comentando quiénes eran cada una de ellas, y al llegar a una en especial dijo algo así como: "Esta es la tía de Alexia". Ella daba por sentado que sabíamos de qué hablaba, pero no era así. Le preguntamos de qué Alexia hablaba, y nos explicó que de la niña-milagro, Alexia González-Barros, la niña que está en proceso de beatificación, la niña en cuya vida se basó la película de Fesser Camino. Yo me quedé estupefacto. Resulta que no es que las conocieran, sino que mi madre, de jovencita, iba casi todos los días a su casa, cerca de la calle Huérfanas, y tenía mucha relación con Moncha (en la foto, el día del bautizo de Alexia), que en la realidad es la madre de Alexia, no en vano mi madre fue invitada a su boda. Fue saliendo la historia real: los miembros de la familia en la vida real, la entrada de éstos en el OPUS como numerarios o supernumerarios... y la comparación con la película se hacía inevitable. O sea que yo, que vi Camino, no tenía ni idea de que indirectamente
esta historia estaba relacionada con mi madre... Aunque, la verdad sea dicha, la deriva integrista de esa familia fue posterior a aquellos años: mi familia no es culpable de nada. Vaya mundo éste, qué pequeño es. Y para demostrarlo todo, mi madre nos enseñó una foto sacada en 1948 en el pazo de Soutelo de Montes de la familia González-Barros: la foto fue tomada el día de la boda de su amiga Moncha, interpretada por Carme Elías en el cine. Mi madre, que también parece una actriz de cine, aún no había cumplido los dieciocho años.

2 comentarios:

Isabel C dijo...

Miguel, espero que tu madre no siguiera los pasos de Moncha, por los militantes tan perversos que llega a haber en esa secta.

Salud,

miguel otero dijo...

No, Isabel C, mi madre no siguió los pasos, ni mucho menos. En mi familia sería impensable la pertenencia al OPUS o a cualquier secta de este tipo. Y ya sé de cómo son, aunque no lo haya sufrido en mis carnes.
Gracias de todos modos