Esta cifra esta en boca de todo el mundo. Muchos (un 60% de los encuestados, según un periódico) se muestran exultantes ante el recorte de sueldo a los funcionarios. Tal vez si pensasen que hay muchos escalafones de funcionarios, y que muchísimos de ellos son casi mileuristas no se regocijarían tanto. Yo, como funcionario, aceptaría todo de buen grado si no fuera porque esta medida parece habernos criminalizado: qué paradoja, ¿no? Una crisis global causada por el aventurerismo financiero de tiburones multimillonarios sin escrúpulos la tendremos que paliar los mismos que con nuestros impuestos hemos ayudado a reflotar bancos y empresas que en vez de nadar y guardar la ropa se dedicaron a despilfarrar. Ahora nos descontaran un porcentaje que aún ignoramos, ya que el cinco es el promedio. Da igual: sobreviviremos. Tenemos además ese privilegio de tener trabajo seguro (algo que debería modificarse, pues el funcionario inútil, ineficiente o bajista profesional debería ser expulsado del sistema: incluyo a jueces, profesores, médicos y demás, que quede claro), cosa que nadie más puede decir.
Sin embargo, hay algo que no comprendo. En Estados Unidos, durante la Gran Depresión posterior al crack del 29, una de las medidas de Roosevelt (según las teorías de Milton Friedman, creo recordar) fue subir el sueldo a los funcionarios públicos para así incentivar el consumo, con lo cual la rueda empezó a moverse y el país fue saliendo a flote. Aquí, con esta medida, se va a reducir el consumo, con lo cual decrecerá el empleo, y con ello los impuestos derivados de él. ¿No sería mejor, tal vez, criminalizar a las clases más altas, que no han notado ni un ápice que estamos en crisis? ¿A los bancos, culpables directos de esta crisis global? ¿A las grandes empresas que han recibido dinero público pero sus beneficios siempre se quedan en lo privado? Por tanto, admitiré de buen grado mi recorte siempre y cuanto recorten también a todos esos tiburones que siempre sobreviven, que siempre ganan.
Y un mensaje a Zapatero: lo siento mucho, pues todos saben que no soy precisamente un amante del PP, pero todo el mundo debe reconocer que a este hombre le queda grande ser líder, le queda grande dirigir un país, le sobra esa sonrisa estulta, le sobra el optimismo absurdo y sin fundamento. Y esto lo digo desde hace mucho tiempo, que quede claro. Ojalá el presidente hubiera sido Rubalcava, que es lo que reivindico desde hace seis años. Y respecto a la oposición, sólo puedo calificarlos de cobardes, porque si tanto les importa España, ¿por qué no han presentado una moción de censura? ¿Es que hay miedo a enfrentarse a esta recesión y no saber qué hacer? Eso parece, de hecho es significativo que la valoración del líder de la oposición sea aún peor que la del presidente: un hecho sin precedentes. Pero mientras tanto, señoritos del PP, llenémonos los carrillos de la palabra patria y sigamos defendiendo a los amiguetes de los trajes y de Gürtel, y alegrándonos de que liquiden a un cierto juez (Sorayita estaba exultante). Como decía Forges: País...
3 comentarios:
Ah, la politica... Si en el fondo son todos iguales
PFF
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UN LECTOR
He leído el artículo que me sugeriste de Gustavo Vidal Manzanares, y aunque es aun más exaltado que yo, no deja de tener razón: en el fondo es la lucha eterna entre capital y clase trabajadora, y el objetivo final de la primera de acabar como sea con el estado del bienestar. Gracias por la recomendación.
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