viernes, 3 de mayo de 2013
Una ministra ocupada
Ha habido ocho reuniones en un día de todos los ministros europeos de Asuntos Sociales en Bruselas. Sólo faltó una ministra: Ana Mato. Parece que no le interesa gran cosa lo que le puedan decir otros ministros, o algunos especialistas en temas en los que ella no tiene, reconozcámoslo, ni puñetera idea. Pero Ana Mato es así, y yo la justifico, porque sé de buena tinta que estaba moreneando en su solarium, mientras esperaba a que le llegara a casa un cargamento de confeti. Ah, voto a Bríos (y me pregunto, ¿qué o quién era ese maldito Bríos al que tanto votaba el Capitán Trueno? ¿Era acaso el Fabra del siglo XIII? ¿Un templario con gafas de sol y aeropuerto? Chi lo sá): pensé que el nivel de ineptitud de algunos ministros de ZP era absolutamente inabordable, pero entre Floriano y sus estadísticas, la Báñez y su careto de haberse zampado dos hogazas de pan sin respirar, Gallardón tornado Torquemada, Cañete recomendando duchas frías a otros ministros comunitarios, la Cifuentes comparando a los desahuciados con ETA y demás, creo que el camarote de los Marx era un gabinete mucho más serio que estos cenutrios que. además, ni siquiera desean aprender de los que saben, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento... y otras prédicas que desconocen aunque afirmen ser tan, tan, tan católicos.
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2 comentarios:
¿Y lo del ministro que compara a los etarras con las mujeres que abortan?
Bueno, es que no tiene parangón .
Mira, Paula: lo de estos elementos pasará algún día a la antología del disparate político. Nunca tan pocos dijeron tantas gilipolleces ofendiendo a tantos.
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