Es una de las fotos más bonitas que he hecho mi vida. El tiempo, septiembre de 1988. El lugar, la isla griega de Santorini, uno de los lugares más bellos que he conocido y conoceré. Mi hermana Susana se puso bajo el quicio de una puerta sin casa en la parte alta del pueblo. Desde allí, en caída escalofriante, se veía el pueblo blanco, con sus terrazas, sus plantas, su luz mediterránea, contra el volcán extinto, un coloso caído frente a la isla, el volcán que provocó la debacle de la civilización minoica, la muerte de Asterión, que es otro nombre del Minotauro, la destrucción del laberinto de Dédalo, la memoria de Ariadna, el vuelo mortal de Ícaro (quizá fue el calor del volcán y no el sol lo que derritió sus alas de cera), el valor deTeseo, el hundimiento de Knossos y Faistos, ciudades de una belleza y complejidad inimaginables. Susana frente al asesino de una era, el volcán de Thera, semivisible en la foto, acaso la erupción más catastrófica que ha podido presenciar la humanidad, más aún que el Krakatoa. Una ola gigante viajó en dirección a Creta, hace más de cuarenta siglos, y asoló el sueño más bello de Minos. Y en la foto, Susana, con el mismo sol bañando las laderas, las cuestas, el puerto, las playas.
A Susa (pero no a Persépolis)
2 comentarios:
Reconozco que no sé muy bien la historia, pero no se suponía que el laberinto de Dédalo estaba liagado a su fuerza vital? mientras él no muriese, el laberinto seguiría vivo.(creo)
Bonita entrada, bonita foto, y seguramente bonito recuerdo.
Grecia tiene que ser una maravilla. Italia también, pero es más... distinto. Algún dia viajaré a ambas, seguro. (Y sin pagar 1000 € por una semana con 30 pseudopersonas)
PFF
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