Cuando falleció Águila Poliomielítica, el brujo de la tribu Shawnee, su hijo, Búfalo Dubitativo, accedió al cargo. Lo malo era que sus conocimientos meteorológicos eran escasos, y en rigor la única información relevante para la tribu era la de la previsión del tiempo invernal. Por tanto, habló con su mujer para hallar una solución al problema.
Ardilla Psicótica: ¿Por qué estás tan nervioso, Dubi?
Búfalo Dubitativo: No sé predecir el tiempo, querida, ¡vaya marrón! ¿Qué hago?
Ardilla Psicótica: Pues llama al servicio meteorológico, burro. Y por si acaso vete diciéndoles que vayan cogiendo leña, por si acaso. Por cierto, hoy no ceno en casa, que he quedado con Mofeta Epistemológica.
Rápidamente avisó a su tribu, y más tarde llamó al servicio meteorológico, donde le dijeron que el invierno iba a ser frío. Por tanto, posteriormente previno a su tribu de que recogiera más leña por si las moscas.
Una semana después volvió a llamar al servicio meteorológico. A la misma pregunta sobre la previsión del invierno, afirmaron que iba a ser muy frío. Búfalo Dubitativo volvió a decir a la tribu que tenían que coger aún más leña. Dos semanas más tarde, los meteorólogos le informaron de que iba a ser un invierno inusualmente frío: la tribu shawnee cogió más y más leña. Dos semanas después volvió a llamar:
Búfalo Dubitativo: Hola, soy el de siempre, el chamán de los shawnee. Qué, ¿han cambiado los pronósticos?
S.M.: Pues sí, en efecto; va a ser el invierno más frío de la historia, algo sin precedentes.
Búfalo Dubitativo (horrorizado, preparándose para el apocalipsis climático): ¿¡Pero cómo pueden estar tan seguros??
S.M.: ¡Hombre, es evidente! ¡Los indios no paran de coger leña!
(Esta historia con leves variaciones aparece en el libro Platón y un ornitorrinco entran en un bar)
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