El filósofo chino del siglo VI Xa-Cho-Lin (famoso por haber leído todo lo publicado hasta aquel momento) escribió un relato proverbial, en cantonés, sobre la prepotencia del poderoso. Se la dirigió a Yuan-Ku-Lé, un hombre que poseía enormes posesiones y presumía de su humildad, hasta que un día fue invitado a la ceremonia del té a un pequeño reino feudal donde reinaba el humilde Osá-Shu-Ná. Yuan-Ku-Lé se sentía demasiado importante como para ir a ese reino, y, aunque infringía todas las normas de la hospitalidad obligada, se negó a ir con la complacencia del gobernador. Sin embargo, Osá-Shu-Ná pidió justicia, de modo que el emperador tomó cartas en el asunto (dejando en evidencia al gobernador), y obligó a Yuan-Ku-Lé a visitar el pequeño reino. Yuan-Ku-Lé acudió muy cabreado y a toda prisa con su comitiva, y llegó por los pelos (en realidad llegó tarde, pero Osá-Shu-Ná, comprensivo, le perdonó la afrenta). Al regresar, y pese a haber regresado cargado de regalos de Osá-Shu-Ná, Yuan-Ku-Lé despotricó del emperador, y dijo ser víctima de sus deseos y arbitrariedades, ya que su reino, enorme y próspero, no pintaba nada en la Gran China. Al día siguiente tuvo que desdecirse de sus palabra, y explicar que todo había sido un calentón. Sin embargo, Xa-Cho-Lin escribió este breve relato aforístico para ejemplificar la actuación de uno y otro (lo escribo en cantonés, porque estimo que se entiende bastante bien):
Si homble poble sel victimista, esto estal dentlo de lógica de pobleza; pelo si homble lico y podeloso mostlalse victimista, eso sel mucho vicio.
(Al simpaticote de Peperone)
2 comentarios:
chinco-chelo dolel todavia?
Yonokomo
Dolel, clalo, dolel como almolana: se sufle en silencio. Pol eso si Yonokomo sel buena pelsona, mejol no hulgal en helida.
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