Taro Aso, ministro japonés de finanzas, es un genio, y un tipo con un gran corazón. Me figuro que los fundamentalistas del capitalismo salvaje le pondrán un monumento, o tal vez le creen una fundación, o quizá lo bequen en la FAES, con el beneplácito de Vargas Llosa y Chema Aznar. Resulta que este señor insta a los ancianos japoneses a que se mueran pronto y dejen ya de cobrar las pensiones, que vaya vergüenza es para el país de los samurais cobrar sin trabajar. Vale, Taro. Me figuro lo poco que habrán trabajado esos ancianos compatriotas en su vida, pues es bien sabido que el japonés es vagoneta por definición: a saber en cuántas huelgas de celo habrán tomado parte esos malditos vejestorios, qué caray. Pero, Taro, por favor, los pensamientos, lo creas o no, deben filtrarse antes de emitirse, sobre todo si eres ministro de finanzas de una superpotencia. Me gustaría saber también, Taro, si tienes o has tenido padres que han cobrado o cobran pensiones, y si también les urges a palmar ipso facto si tienen la desgracia de estar vivos y ver lo que han criado. Si es así, eres consecuente, cierto. Y un miserable, por añadidura. Lo más siniestro es que has dado ideas, y aquí en recoger y llevar a cabo ideas disparatadas del exterior somos unos hachas. Ya veo a Ana Mato ordenando a los enfermos a que se mueran de una vez (bueno, después de todo...), a Guindos proponiendo la aniquilación de los parados para que no haya paro (bueno, en realidad...) o al del ejército (¿cómo se llama?) animando a los soldados a realizar misiones suicidas: pelas que nos ahorramos en sueldos.
Qué horror: me acabo de dar cuenta de que estamos rodeados de Taros Asos y no lo sabíamos.
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