Cayó en mis manos por casualidad un antiguo artículo de Pérez reverte, en que se ensañaba cruelmente con los "franchutes", los "gabachos" o como quiera que se llame despectivamente a los franceses. Yo reflexioné un poco sobre el tema, y pensé lo siguiente:
a) En una encuesta se ha demostrado que unos 30 000 000 de franceses querrían escribir un libro. Aquí, el sueño es llegar a no leer ni uno nunca en tu vida (véase el esclarecedor ejemplo de Melendi, tan edificante).
b) Los franceses tienen un tercio del paro que hay en España, y son una potencia mundial reconocida. Sin palabras al respecto.
c) Volviendo a la cultura, los programas culturales en Francia se emiten en horas de máxima audiencia. Aquí se emite Sálvame. Y los programas culturales se restringen al gueto de la 2.
d) Al comienzo de la crisis, los empresarios más potentes de Francia sugirieron a Sarkozy que les subieran los impuestos, pues querían ayudar a levantar el país. Aquí, ni por asomo se vería algo así en un empresario español.
e) Los franceses eligieron a Laetitia Casta como representación de la República. Aquí, Belén Esteban es considerada la "princesa del pueblo".
f) En Francia se cuida con celo la intimidad de los personajes públicos. Aquí los paparazzi campan a sus anchas.
Es cierto que el francés puede parecer a veces arrogante, sí, pero me temo que esa animosidad que existe contra ellos surge de la más pura envidia. Los franceses, sí, tienden a mirarse al ombligo, pero es que en ese ombligo ven algo. Nosotros, aparte de las misteriosas pelusillas que generan las camisetas de algodón, no vemos nada, más que paro, ni-nis y gobiernos ineptos.
(PD: No tiene nada que ver, pero si habéis comprado en Amazon alguna vez, os rogaría que entrarais en esa página (Amazon,es) y busquéis "El asedio" de Miguel Otero. Si habéis leído el libro, os agradecería que pusierais algún comentario, bueno o no. Lo importante es que sepan que estás vivo. Bye bye.)
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