Esperanza

No voy a hablar de Aguirre, ni de la esperanza de salir de la crisis, o de que mi equipo gane Liga y Champions, o de que alguna de las editoriales a las que he mandado lo mejor que tengo se dignen contestarme y darme el sí, o de que mi inminente operación del tabique nasal con extracción de pólipos incluidos llegue a buen puerto (mi nariz por dentro es lo más parecido a una charca de marea baja, llena de anémonas y seres extraños). No. La esperanza llegó hoy a mis oídos en alas de la voz del presi Feijoo. Según   la  norma dirigida a funcionarios, deberán jubilarse forzosamente todos aquellos que hayan cumplido los 65 años. Si no me fallan las cuentas, hay dos o tres personas de mi instituto que tienen que ir ahuecando, y una es... ¡tatachán!... Dejo los puntos para crear más suspense. Bueno, como habréis imaginado de quién hablo, no quiero ni imaginar qué sería regresar el próximo año, y hallar que  ya no está, que lo han jubilado. Me salen las lágrimas de emoción. Brindaría con Moet Chandon, con Dom Perignon o con lo que sea que acabe en -ón.Ojalá sea verdad (estoy dando las oraciones de "I wish" con 2 BACH, de ahí que me mediatice en mi narración, que también acaba en -ón.