domingo, 29 de marzo de 2009

Ayer tuve un sueño


Ayer tuve un sueño. No, no soy Martin Luther King. Ni es una canción de Triana. Soy Miguel, el de siempre. Ayer tuve un sueño, una pesadilla más bien. Caminaba por la calle Montera de Madrid cuando dos hombres enmascarados me secuestraron. Me metieron en una especie de cine abandonado y me ataron a una butaca. Yo tenía que revelar algo, y no sabía qué. Era algo así como "El proceso" de Kafka hasta que los dos hombres se quitaron la máscara... y del existencialismo se pasó a la comedia bufa en un santiamén. ¡Dios mío! ¡Eran Joe Rigoli y Bigote Arrocet! ¿Por qué extraños canales cerebrales se me infiltraron esos dos cómicos (?) que estas generaciones actuales han tenido la fortuna de no conocer? El sueño fue derivando extrañamente, como extraña debe de ser mi psique. Primero me proyectaron una película de Antonioni para hacerme cantar. Pero cantar ¿qué? ¿El secreto del zoom de Lazarov? ¿El dudoso origen del coñac La Parra que publicitaba Fernando Esteso? La clave estaba en aquellos primeros años setenta, eso sí lo sabía. Antonioni no fue suficiente para ellos, torturadores y chistosillos. Después, me pusieron una de Eric Rohmer y otra de Alain Resnais; viendo que no surtían efecto, pasaron al cine español: "Los bingueros" y una de los Hermanos Calatrava. Mi resistencia se debilitaba grandemente. Si me proyectaban "Corazón de cristal" de Herzog, sabía que confesaría lo que fuese, cualquier cosa... pero ya no les quedaban películas. Y pasaron a la música. Primero, Voces Amigas, con su sello Opus Dei: resistí precariamente; después, Raphael cantando "Aquarius" de la ópera rock "Hair" en inglés: comencé a notar que mi resistencia se debilitaba. Oír "Monísima" de Bonet de San Pedro no ayudó a mi recuperación. Pero cuando sonaron los primeros acordes de aquel ominoso single, me derrumbé. Les dije que confesaría lo que quisiesen: participación en atentados terroristas, estafa inmobiliaria, prevaricación, cohecho, delitos sexuales, magnicidios... cualquier cosa pero, por favor, Joe, por favor, Bigote, tened misericordia: ¡quitad el disco de "La chevecha"! El sueño acabó sin que yo supiera qué demonios era lo que tenía que confesar.
Cuando me desperté, Bigote y Rigoli todavía estaban allí. Joe Rigoli dijo: "Yo ...sigo". Me precipité por la ventana.

Obras ¿son amores?


Cuando me quejé del tráfico y la conducción en Vigo, un atinado lector replicó que Vigo era como todos los sitios. Lo mismo pasa con las obras, me temo. Aquí, en Vigo, se están construyendo aparcamientos subterráneos y se están humanizando muchas calles (curioso concepto, el de humanizar, cuando lo que se hace es arborizarlas), con lo que los hombres jubilados ya no precisan tirar de autobús para solazarse con su mejor pasatiempo. De hecho, frente a mi casa hay una máquina monstruosa, como un descorchador gigante, que hace que les caigan las lágrimas de emoción.
La pregunta que me hago es por qué España está siempre en obras y el resto de Europa no. Tal vez sea algo consustancial de la cultura hispana, como mostraron Uderzo y Goscinny en una simpática viñeta de "Astérix en Hispania". Las obras no son amores, más bien quebraderos de cabeza, pero asumámoslas como algo tan nuestro como la sesión vermut en las fiestas populares. Y tienen su lado simpático, reconozcámoslo. Fue Eduardo Mendoza quien hizo que el extraterrestre de "Sin noticias de Gurb" se cayera en todas las zanjas abiertas de la Barcelona pre-olímpica, en una secuencia hilarante, una genialidad más del barcelonés, gran maestro de la ironía. Y creo que fue Danny DeVito (¿o fue Bob Hoskins? Perdonad mi mala memoria: sé que era un actor muy bajito) quien visitó hace años Madrid para presentar una película, y al llegar al aeropuerto le dieron una vuelta en coche por los lugares emblemáticos de la ciudad, ciudad minada por doquier para obras de metro, conducciones de gas, telefonía, etcétera. El actor permaneció callado durante la gira. Al acabar, su cicerone le preguntó qué le había parecido, y este respondió:
"Me ha gustado. Y cuando encuentren el tesoro, esta ciudad será la repanocha".

sábado, 28 de marzo de 2009

Ser fronterizo


Mis hermanos y yo nacimos en Ponferrada por una curiosa razón: mis padres se fueron a vivir allí, ya que mi padre, futbolista profesional, había fichado por la S. D. Ponferradina. Corría el año 1952 (la foto es algo posterior; es una foto a la que le tengo un cariño especial: mis padres ¡en París! allá por el año 1957). Por otro lado, nuestra sangre es gallega por los cuatro costados: por parte de mi padre, los orígenes familiares están en una franja limítrofe entre Pontevedra y Lugo, si bien él, como buen gallego, nació en Buenos Aires; por la de mi madre, los orígenes son santiagueses, del barrio de Conxo, antes ayuntamiento propio. Creo que no es casualidad que Carola sea de Orense, para así completar las cuatro provincias.
De este modo, como diría Silvio Rodríguez, "debo partirme en dos": soy gallego por hemoglobina y berciano por nacimiento. ¿Qué es más importante? No lo sé. Sé que me emocionan especialmente las estancias en Ponferrada, ciudad de la que estoy orgullosísimo. El Bierzo tiene para mí, ahora de mayor, un embrujo similar al que tenía la playa de As Sinas, en Vilanova de Arousa, cuando era pequeño, tal vez porque en ambos casos pasaba bastante tiempo hasta que regresaba a esos lugares. ¿De dónde me siento, pues? De la frontera. Los que hemos nacido en una encrucijada de caminos como es El Bierzo tendemos a ser seres fronterizos, mestizos, maleables, alejados de esas culturas monolíticas e uniformes que tanto gusta imponer. Doy gracias al fútbol por haberme dado la oportunidad de nacer en la frontera, y a todas las ciudades y pueblos en los que he vivido (Pontevedra, Santiago, Puebla do Caramiñal, Vilagarcía, e incluso Lawrence (Kansas))y que he visitado (especialmente Asturias y Madrid, dos lugares muy, muy especiales para mí), pues con todas sus diferencias también forman parte de mí. Ser fronterizo es ser un poco cosmopolita. Borremos los límites, hagámonos fronterizos.

jueves, 26 de marzo de 2009

La triste historia de la ratita Ziggy

Este caso es real, y sucedió a mediados de los 90 en Gran Bretaña. Yo utilizo el texto a menudo en clase para que mis alumnos vean cómo una noble iniciativa, como es la defensa de los animales, se puede llevar hasta el absurdo.
Sucedió que una enfermera inglesa, de nombre Lisa Chapman, tenía una rata llamada Ziggy. No digo "rata" con desprecio: en los periódicos decía "rat", y no "hámster" o "cobaya". Sería una ratita especial, desde luego que no era de cloaca, como se demostrará.
Pues bien, la pobre Lisa enfermó, y además quedó en el paro. Unos amigos la acogieron una semana en su casa para que se recuperase, por lo que Lisa dejó a la ratita en su casa, con comida (trozos de queso y pan duro). Pero al cabo de unos días una llamada anónima a la RSPCA (la Sociedad Protectora de Animales más antigua y prestigiosa del Reino Unido) alertó de que una rata doméstica estaba abandonada en su casa. Un inspector, John Paul, consiguió una orden judicial para entrar en casa de Lisa. Los veterinarios de la RSPCA encontraron a Ziggy en mal estado. No había comido lo que le había dejado Lisa, aparentemente. Horas más tarde Ziggy murió. Aquí empezó el infierno para Lisa: fue llamada a juicio, personándose contra ella la RSPCA, y en el juicio tuvo que afirmar entre lágrimas que amaba locamente a su ratita y que se tuvo que ir porque se moría de hambre y estaba enferma. Nada ablandó al juez, que le impuso una multa de 130 libras, y además quedó su nombre para siempre en los archivos policiales como homicida de mascotas por imprudencia. Según el rotativo, el inspector Jonh Paul dijo, lapidariamente: "Se ha hecho justicia". El artículo cuestionaba el poder de la RSPCA, desmedido según el autor. Y en ese punto estoy de acuerdo.
Y además, me pregunto: ¿De dónde salió a esa rata? ¿De los sótanos del palacio de Windsor? ¿Del callejón aledaño al Bulli? Vamos a ver: una rata, sin comida, se come las patas de las mesas, las alfombras, la moqueta... lo que sea. ¿Qué esperaba Ziggy? ¿Espuma de ostras con esencia de eneldo? ¿Boquerones deconstruidos en vinagre de módena? ¿Era tal vez Ziggy la ratita presumida del cuento? ¿Era Ratatuille? ¿Era el ratón Mickey de incógnito?
Lo de la protección de animales en el Reino Unido es más que curioso: tienen el mayor número de estas asociaciones de toda Europa: dicen que tiene relación con la educación protestante, que evita eln lo posible las efusiones sentimentales (hay mucho de cierto en esto); por otro lado, este país posee también el triste récord europeo de mayor porcentaje de niños maltratados. Que nadie se confunda, que no estoy hablando del lince dichoso. Estoy hablando de niños mayorcitos, conscientes y pensantes frente a gatos y perros. Desgraciadamente, este exceso con las mascotas ya ha llegado aquí: van a la pelu, se hacen la manicura, les compran modelitos, van a rayos UVA... mientras que al lado la gente malvive. Y, que conste que adoro a los perros. A los perros con uñas sucias, desnudos y despeinados.

martes, 24 de marzo de 2009

San Isidro: dos cuadros, dos almas



No creo haber visto mayor contraste que el de dos cuadros de un mismo autor: "La pradera de San Isidro" de Goya, en las versiones de finales del siglo XVIII (a la derecha) y la de comienzos del siglo XIX (detalle del cuadro, a la izquierda). Esta última refleja un alma trastocada. La escena galante y luminosa de se convierte en una escena de terror, de angustia, con personas apelotonadas como en un solo cuerpo, con horribles bocas abiertas, tal vez porque el Goya sordo percibía así a los seres humanos: cavidades huecas que emiten vacío. Y los embozados, ese leitmotif de Goya, esas presencias intrigantes, atemorizadoras, esos presagios de muerte, y esos rostros que se repiten en el duelo a garrotazos, en los fusilados del tres de mayo de 1808, esos rostros que revelan incultura, inocencia, lascivia, brutalidad, todo en uno solo. El pasado puente estuve en El Prado, y, como siempre visité a Goya. Las pinturas negras siguen conmocionándome. Solo de imaginar mi casa decorada por esas pinturas, me entran escalofríos: despertarme viendo a Saturno devorando a sus hijos, un aquelarre, la nombrada romería, ese enigmático perro semihundido, esos viejos cadavéricos comiendo sopas... ¿Qué le ocurrió a Goya? Pues que sufrió una enfermedad que lo dejó sordo y aislado, una guerra aterradora y el desprecio de sus paisanos por ser un afrancesado. Pasó de ser un pintor de corte a un cronista de las atrocidades contemporáneas. Un maestro, un visionario, Goya, tal vez el más grande. Así cambia el arte, así se crean las obras maestras, a través del sufrimiento y una técnica grandiosa capaz de expresar la angustia, el desasosiego... el horror, que diría Kurtz, que diría Conrad, que diría Brando, que diría Coppola.

Una puntualización

Si alguien sigue mi blog, y lee mis comentarios sobre la Iglesia, debe saber que no hablo de "la otra Iglesia", es decir, la comprometida con la sociedad, la justicia social , la erradicación de la pobreza y la adaptación del mensaje de Jesucristo a los tiempos que vivimos. Admiro profundamente a gente que va a países conflictivos para intentar aliviar las desgracias de la población más pobre, si bien admiro aun más a organizaciones laicas que van a los mismos lugares sin afán de proselitismo, como admiro a los cristianos de base que saben separar a la perfección lo que es la vida en el siglo XXI de las enseñanzas del Antiguo Testamento. Tengo entre mis amigos a gente maravillosa como Ángela Rosa, cristiana de base, ferviente cristiana porque cree en el mensaje de amor de Jesucristo, por lo que se sitúa en el ala "izquierdosa" y sospechosa de la jerarquía. La cuestión no es mirarse al ombligo, sino saber de quién hablo cuando hablo de la Iglesia: hablo de la tendencia dominante, la que impone dogmas y moral aunque perjudique gravemente a muchos. Hablo de esos que sabéis, esos Roucos, esos Camino, esos Ratzinger, que son quienes diseñan las estrategias. Y esos, siento decirlo, sí que son todos iguales.

domingo, 22 de marzo de 2009

¿Persecución?


Dicen que Azaña decía siempre, cuando se veía obligado a intervenir en el Parlamento: "Hoy no iba a hablar, pero..." Pues yo no iba a hablar del lince, ni de que la culpa de la horrible pandemia del SIDA en África sea del preservativo (Benedicto dixit... y pixit; en la foto parece estar con el Rey León, pero es la esposa del presidente africano), pero es que fue oír por la radio a un obispo quejarse de la ¡persecución! a la que se somete a la iglesia católica, y arengar a sus acólitos para que se manifiesten contra un gobierno que desea aniquilar niños, y cruzárseme los cables una vez más. Persecución. Sí, tal vez ese señor se cree que estamos en la China de Mao, o incluso en la España de Franco, ya que en ambos lugares existían prohibiciones y persecuciones en sentidos radicalmente opuestos. Que la jerarquía caolica afirme estar siendo perseguida me parece una broma sin gracia, una gracieta casposa de Arévalo o de Marianico el Corto: si tanto les ofende la política del gobierno actual, deberían ser justos y rechazar el dinero del contribuyente que este gobierno les dona (cobardemente, dicho sea de paso); si creen que el lince es equiparable al niño del cartel, que tendrá unos seis u ocho meses, pues adelante, que sigan con esas mentiras tan escandalosas (que son pecado, por cierto), que continúen intentando convencer a sus fieles de que el malvado gobierno, solo equiparable a la maldad de la madrastra de Blancanieves, obligará a abortar a todas las embarazadas, igual que obligó a todos los diputados de derechas a divorciarse (que también es pecado); si quieren seguir haciendo creer a la gente que esas cuatro células utilizadas en la selección de embriones poseen personalidad propia y son capaces incluso de hacer una redacción sobre quién es el rey para ti, ¡pues vamos ya, ánimo!; si creen que hacen algún bien rechazando el uso del preservativo en África, con las terribles consecuencias que esto tendría, pues muy bien, allá su conciencia. Pero basta ya de sarcasmos: ¿Cómo pueden personas que (teóricamente) no han conocido ni conocerán las relaciones sexuales ni nunca (teóricamente) serán padres o madres, intentar dar lecciones sobre sexo, maternidad, paternidad, relaciones sexuales y demás? ¿es que se creen que por estudiar teología, y asignaturas tan surrealistas como "Dios, Uno y Trino", poseen el argumento de la razón? ¿es que no tienen memoria, y no recuerdan a quiénes se ha perseguido en este país en toda nuestra historia, y quiénes han puesto todos los medios y bendiciones para que se ejecutasen tales persecuciones, obviando mensajes cristianos como "amar al enemigo" o "amparar al perseguido" (solo se ampara a los curas "perseguidos" de las parroquias de Boston y demás ciudades norteamericanas por razones que todos sabemos)?
Que sigan así, que se quedarán solos. Y que Martínez Camino, ese portavoz grimoso, vea "Camino" de paso (valga la redundancia) y se les revuelvan un poco las tripas. Y que nos dejen en paz a todos, y se dediquen a sus parroquias, cada vez más vacías, cada vez más alejadas de la sensibilidad de los ciudadanos.

domingo, 15 de marzo de 2009

El fútbol no es la vida


¿Os imagináis que la vida en todas sus facetas fuera como el fútbol? No, sería imposible, sería como vivir en Venus, soportando chubascos de ácido sulfúrico. Para muestra, un ejemplo:
Hace ocho días el Real Madrid era un equipo arrasador, ejecutor de algo similar a la "blitzkrieg" alemana de la II Guerra Mundial, y el F.C. Barcelona era ese mismo ejército tres años después, desviándose hacia su condenación: Stalingrado. De repente, el RM empata en casa de puro milagro y el Barcelona gana, con lo que el RM pasa a ser un ejército apañadito, como los ingleses de la misma guerra, vaya, pero nada más, y el Barcelona se convierte en el ejército persa a punto de cargarse a los voluntariosos espartanos, que son todos los demás. Tres días más tarde, el RM se convierte en el Titanic, hundimiento espectacular incluido contra el iceberg de Anfield, y el FCB renace de sus cenizas futuribles aplastando al Lyon y se convierte en Estela Plateada, surcando el universo a su anchas. Tres días después se esperaba que el RM acabase en un desguace para buques chatarreros... y sin embargo, renació, sí, a los tres días, de modo espectacular, como Jesucristo, tras una dura guerra contra un equipo que creía estar batallando en otra guerra carlista. El FCB se enfrentó al Almería, y ganó, por lo que todo sigue igual. Si no ganan el próximo partido, de nuevo el FCB será sospechoso de padecer severos problemas gastrointestinales, y el RM se convertirá una vez más en una máquina de matar, sin sentimientos ni estética, implacable y hortera como Steven Seagal. ¡Por favor! ¡No se puede pasar de ser el ejército perfecto a un buque hundido y luego a Jesucristo y después a Steven Seagal en ocho días!
Si la vida cotidiana fuese así, imaginemos a ministros ciclotímicos llorando un día ante las cámaras por la crisis para carcajearse al otro delante de las mismas, o jueces perturbados cambiando cada día sus sentencias, o cirujanos operando y desoperando a la buena de Dios, o arquitectos cambiando sus proyectos sobre la marcha, o galeristas colgando un día y descolgando el otro los mismos cuadros en los museos... No, la vida no es el fútbol, afortunadamente. Pero los periodistas deportivos de los dos frentes deberían reflexionar un poco antes de volvernos locos a todos.

(Por cierto, el Liverpool le clavó cuatro al Manchester, y en Old Trafford además. Tal vez haya que fijarse en este dato para mirar las cosas con un poco de objetividad. Quizás el RM no es tan malísimo como lo pintan sin ser tan bueno como algunos creen; tal vez lo que pasa es que el Liverpool es un equipazo en su mejor momento y a su lado todos parecen peores de lo que son)

sábado, 14 de marzo de 2009

Pequeño resumen del último mes



Todo empezó un día en que un ministro y un superjuez se fueron de cacería. La caza no es ilegal, y coincidir en el espacio tampoco, pero al verse allí, uno de los dos debería haber optado por irse, ya que la mujer del césar debe ser buena y parecerlo. Pues no. No solo se quedaron, sino que el ministro de Justicia posó delante de varios hermosos cadáveres de ciervos, sabiendo lo sensible que es la sociedad a estos temas. No acabó ahí la cosa: el ministro de Justicia no tenía licencia de armas, y fue multado posteriormente. Simultáneamente, se descubre que al parecer el superjuez estuvo cobrando otro sueldo de modo ilegal mientras trabajaba fuera de España.
En Madrid, por otro lado, el gobierno autonómico se empeña en obstaculizar una investigación de espionaje que iniciaron miembros del propio gobierno, que fueron espiados por compañeros de partido: no obstante, la culpa es de la oposición; la maniobras para evitar que se sepa la verdad han sido bochornosas.
Más al este, hay una trama de corrupción con grandes personalidades e intrigantes sastres. Al norte, un partido que se cree portador de las esencias de su pueblo se niega a perder el poder y afirma que seguirá gobernando donde sea y como sea. Sinceramente, si los políticos y jueces desean que la gente crea en ellos, y desean que la gente deje de decir que todos son iguales, si desean que la gente no se avergüence de que ellos no se avergüencen... deberán cambiar muchas cosas. Son ellos, los que viven de la política y la justicia, los abanderados de los tres poderes, los que acabarán con este sistema político, igual que los humanos acabaremos con nuestro planeta. Lo que más me enoja es que cada vez tengo menos argumentos para rebatir esa famosa frase: todos son iguales. Me rebelo porque la mayoría de la gente no es "igual" ("unos son más iguales que otros", que dijo Orwell), pero lo que sale en los periódicos deja poco margen para la complacencia.
Y mientras tanto, la crisis se agranda, se hace informe, crece en progresión geométrica, como la amenaza de la Andrómeda, en aquella vieja película de ciencia ficción.

(A los políticos que no son "iguales", que los hay)

viernes, 13 de marzo de 2009

Milagro en las aulas


Hoy mismo mi alumna Lara me trajo una foto de hace casi dos años. En la foto salgo rodeado de los alumnos del grupo de 4 ESO A, curso 2006-2007. Ellos son, de izquierda a derecha, Borja, Tania, Alberto, Amelia, Luis, Lorena, Adrián, Lara, Andrea, Soraya, Beatriz y Paloma (falta Javier, que fue quien sacó la foto: lo siento, Javi). Era un grupo exiguo, y las perspectivas de rendimiento no eran muy alentadoras, atendiendo a los expedientes. En fin, que entré en 4ESOA como siempre: a la expectativa y un poco a la defensiva. No diré que haciendo katas de kárate (los anteriorees 4ESOA habían sido tremebundos), pero casi.
Y sin embargo, ese curso fue muy especial para mí, de hecho uno de los más especiales de mi vida como profesor, ya que se produjo entre ellos y yo una conexión tal que creo que sacamos cada uno lo mejor de nosotros mismos. ¿Los tenía "enchufados"? Pues claro. Soy humano, y ser feliz sabiendo que vas a entrar en una clase no se paga con dinero. Sí, fue uno de esos pequeños milagros que a veces suceden y que te hacen adorar tu profesión... e incluso a la raza humana, yo, que soy tan escéptico.
El último día de clase me regalaron una foto en que todos los componentes sujetaban una letra, conformando la frase: You are the best. Y además, me dedicaron sus firmas y saludos en un cuadernillo. Ambos objetos los tengo presentes en las estanterías de mi estudio. Sí, fue uno de los momentos más emotivos que he tenido en más de veinte años dando clase, quizá el más, tanto que me costaba mucho controlar las emociones. ¿Qué podía decir? Puede que ya lo hubiera dicho todo durante aquel curso mágico, no lo sé. Pero como me suele ocurrir, en el momento decisivo, cuando tendría que haber dicho algo especial, me quedé sin palabras.
Siempre he dicho que lo más importante de la enseñanza es saber comunicarte con gente mucho más joven que tú. A veces no lo consigues, pero otras veces, como esta, al conocer a chicos y chicas como ellos, sabes que has elegido la profesión perfecta.

(A todos los de la fotografía, aunque muchos os hayáis marchado)

Lógica aplastante


No sé cuántos años tendría Mario, mi sobrino, pero sé que era muy pequeño (en la foto de la izquierda está con mis dos hijos, Miguel y Juan, en la casa de As Sinas, hace unos diez años, junto a un árbol seco que transformamos en tótem indio). Aun así, ya a esa tierna edad hacía gala de su lógica matemática, no en vano es licenciado en matemáticas. Hace años mis padres tenían una casita cerca de Ponferrada, entre Columbrianos y Cubillos del Sil. La casa se llamaba "La Carola", en honor al sobrenombre de la familia de mi madre. Mis padres tenían un pastor alemán que se llamaba Toxo, y que, como todo perro, fascinaba a todo infante, en este caso a Mario.
Un día mi tía, Chiru, le dijo a Mario que Toxo le había llamado por teléfono a su casa desde la casita de La Carola, pero que no estaba, así que no pudo hablar con él. Mario replicó categóricamente: Es imposible. Chiru le dijo: ¿Cómo que no? estaba yo delante cuando llamó. Mario repitió contundentemente: No, no puede ser. Chiru le preguntó, muerta de risa: ¿Por qué? La respuesta de Mario fue contundente: Porque en La Carola no hay teléfono.
Estaba claro que el camino de Mario estaba en el mundo matemático. Era obvio para un niño que un perro podía entrar en casa, marcar los números y poder hablar, por supuesto. Pero, para un niño matemático en potencia, ¿cómo hacerlo sin teléfono?

(A Mario, que pronto será colega mío. De profesión, se entiende)

¿Quién inventa los chistes?

Siempre me he preguntado quién se inventa los chistes que luego toda España conoce. ¿Existe una factoría en algún lugar secreto? ¿Hay un "think tank" de especialistas que se reúnen periódicamente y seleccionan las mejores opciones? ¿Surgen simultáneamente en muchos lugares, demostrando así la veracidad del inconsciente colectivo de Jung?

Y otra pregunta que me hago: ¿Cómo viajan, y a qué velocidad? ¿Cómo es posible que ante un hecho cualquiera horas después todo el país se sepa ya el chiste? Temgo una teoría: creo que el gremio de viajantes y camioneros es en parte responsable de esta velocidad, así como de lapopularidad de Camela, por supuesto. Para explicar esa extraña rapidez de circulación de mensajes, siempre comento una anécdota de mi hermano Jose. La noche del día en que murió Carrero Blanco salió por ahí, y un amigo le dijo: ¿Sabes el último de Carrero? ¡En unas horas ya había varios chistes circulando! Y volviendo a Carrero, yo creo que al día siguiente de su muerte en toda España todos, sin excepción, sabíamos lo de: "Nació la tierra, murió en el mar y subió al cielo en un Dodge Dar". Se demuestra, pues, que somos adictos al humor negro, que los chistes viajan a una velocidad intermedia entre la del luz y del sonido, y que son inmunes a las fronteras autonómicas o idiomáticas. Sí, es un gran misterio, el de los chistes.

martes, 10 de marzo de 2009

Deportes de riesgo: conducir en Vigo


Si alguien no ha venido a Vigo y entra en coche en la ciudad, comprobará algunas peculiaridades locales, que paso a enumerar:
a) Todo conductor que circula por Vigo debe ir cabreado con el mundo, con sí mismo, y, sobre todo, con el ayuntamiento. Si por el conductor vigués fuera, dinamitaría todas las calles peatonales, las aceras y los bulevares para poder andar con el cochecito.
b) El conductor vigués posee una prerrogativa única en España: que se ponga el semáforo en rojo significa que pueden pasar una decena de coches más, sin tapujos. Increparlos por esto puede ser hartamente peligroso. Otro aspecto importante: el lapso entre la apertura de un semáforo y el bocinazo del coche de atrás se mide en nanosegundos.
c) El conductor foráneo notará algo intrigante: los coches vigueses carecen de intermitentes de serie, y si los tienen, no los usan creyendo que Fenosa les cobrará más en el recibo.
d) Las rotondas (llamadas con frecuencia "retondas") son un espacio libre y aventurero, tipo anuncio de Panama Jack, donde cada uno, el más intrépido, se las arregla como pueda; las aceras (también llamadas "ceras") son el espacio idóneo para aparcar coches y para la circulación de motos; las medianas (llamadas "medianías", lo que demuestra el desprecio hacia ellas) las utilizan habitualmente los jubilados para saltarlas y cruzar en plena curva, a escasos metros de un paso de cebra, cargados hasta los topes de bolsas de Gadis.
e) Dicen que un motero no arrancó en un semáforo haciendo un caballito. No me lo creo.
f) Uno de los especímenes más peligrosos por lo audaz y veloz es la furgoneta de reparto con publicidad en el chasis. Sus slaloms los envidiaría Tomba. Otro, el motero de reparto de la Vespa, culebreando entre los coches, así como los repartidores de pizza.Hay otro especimen, menos frecuente, que es la "fregoneta" desvencijada conducida por pilotos sin carnet: tienen más peligro que Yola Berrocal en el vestuario del A.C. Milan. Los coches tuneados que atruenan reggetón son, con diferencia, el especimen más peligroso.
g) La doble fila es más que una costumbre: es una religión. Da igual que entorpezca el paso de un bus o una ambulancia: el doblefilista seguirá tomándose el cafecito y leyéndose el Marca tan pancho frente a su adorado automóvil, y volverá parsimonioso a su vehículo, incluso increpando al conductor del bus o la ambulancia por hacerle apresurarse. Ni el multamóvil les arredra, ¡qué machos!
h) La reducción de marchas antes de frenar se considera, directamente, una mariconada. El negocio de repuestos de neumáticos siempre será floreciente en la ciudad olívica.
i) El paso de cebra es una entelequia, un engaño de los sentidos o una trampa mortal para el peatón. Elijan una opción.
j) Existen calles o avenidas en que el deporte extremo llega al culmen. Un ejemplo es la Travesía de Vigo (a la derecha), donde a los slaloms de coches al doble de la velocidad permitida se les añade la pimienta de los jubilados saltando de las medianas hacia el asfalto. ¡Qué emociones, qué subidón, qué cabreado va todo el mundo, qué gran culpa tiene el ayuntamiento de que no se pueda llevar el auto hasta el wáter de los bares!¡Maldito ayuntamiento, culpable del calentamiento global, de la crisis mundial y de que el Celta se vaya a Segunda B!

En fin, que Vigo tiene muchas virtudes... pero entre ellas no se halla la conducción.

lunes, 9 de marzo de 2009

Telepredicador


En 1987 fui por primera vez al Caribe, a la República Dominicana (y, como siempre, en mi tradicional gafe de todo viaje, me pilló un huracán). pero, ¿qué fue lo que me embelesó de este lugar? ¿Acaso su calor angustiante y sofocante? ¿Acaso la finura de su arena y sus aguas color turquesa? ¿Quizás su ron, sus mujeres? ¿Acaso los Altos del Chavón? ¿Tal vez el olor a materia orgánica en descomposición propio de todo país caribeño? No. Lo que me dejó más honda huella fue un telepredicador explicando la parábola del hijo pródigo.
El predicador, rizos canos, gafas de pasta y tez negra como el chocolate puro, explicaba así a su audiencia el regreso del hijo despilfarrador, ya sin blanca, a su hogar, y la bienvenida de su padre:
"¿Creen uhtede que su papá le golpeó? ¿Qué uhtede creen, que le dio una patada? ¿Creen uhtede que le dijo: 'Cabróoon, hiho de puuuta, ¿qué tu hase aquí?' Pueh no. El papá le diho a su hiho: 'Ven aquí, hiho, vamoh a comel.'"
Me caían las lágrimas, no sé si de la risa o de la emoción de ver que otros mundos son posibles. Ojalá ese padre Sonrisas que sale en el Intermedio se pase por el Caribe y cambie esa cara de rottweiler, ese verbo ofensivo de proxeneta del Raval que tan mal concuerda con sus consejos morales.
(Por cierto, una apostilla: durante años creí que la palabra "pródigo" significaba algo así como "el que regresa", dado el talante de la parábola. Debo decir, aun así, que es de las pocas parábolas que pude comprender, ya que ni hablaban de esa "mies",que siempre tiraban al borde del camino, ni finiquitaban sus casos ejemplares con aquel "y yo os digo", que invariablemente iba seguido de extrañas metáforas.)

sábado, 7 de marzo de 2009

Juicio al barquero

El fiscal clavó sus ojos de Alaska Malamute en los del imputado de acoso sexual, el barquero.
Fiscal: ¿Es cierto que se dirigió usted a esta niña, ofreciéndole un viajecito en la barca con intenciones inconfesables, diciéndole: "Las niñas bonitas no pagan dinero"?
Barquero: Bueno, sí pero...
Fiscal: Limítese a contestar sí o no.
Barquero: Sí, señor fiscal.
Fiscal: ¿Y no es menos cierto que la niña se dirigió a usted con prevención, afirmando que ni es bonita ni lo quiere ser (demostrando una gran personalidad, dicho sea de paso), y, sospechando de sus intenciones, apostilló que la niñas bonitas suelen padecer?
Barquero: Sí, es cierto.
Fiscal: ¿Y puede usted negar que su antiguo oficio fue el de cochero?
Barquero: Lo fue, señor fiscal.
Fiscal: ¿Y puede usted negar acaso, señor Leré, que dejó su trabajo por la denuncia que sufrió de otra niña, a la que se dirigió, con nocturnidad, inquiriéndole si quería montar en su coche?
Barquero: Señoría, es cierto que la invité, pues era de noche y me parecía peligroso para una niña, y que declinó mi ofrecimiento porque se mareaba, de hecho, empezó a hablar incongruentemente, como si tuviera una visión mariana.
Fiscal: ¿Qué dijo, exactamente?
Barquero: Dijo... Dijo que el nombre de María tiene cinco letras, y pasó a enumerarlas.
Fiscal: Ajá. Señores del jurado, todo está muy claro con respecto a la fiscalía.
Juez: Señores del jurado, el juicio está visto para sentencia. Pueden retirarse a deliberar.
(El jurado se retiró a deliberar a un patio muy particular, pues cuando llegan las borrascas inopinablemente se moja. Dos miembros del jurado se agacharon y se volvieron a agachar al no ser capaces de bailar; los levantaditos, en cambio, sí que bailaban. Estalló la confusión cuando recibieron este mensaje de texto: HIJ K L LLMA y una llamada anónima de una mujer que amenazaba con ligarse a un nuevo amante si el antiguo no la quería. El jurado, que ha sufrido varias bajas por lumbago, aún está deliberando)

viernes, 6 de marzo de 2009

Dilemas cinematográficos



Hay una película que me gusta poner a mis alumnos. Es "La caja de música", un film excelente de Costa Gavras en que se plantea un dilema ético a la protagonista, Jessica Lange en el papel de Ann Talbot, la hija de Mike Laszlo "Mishka" (un inolvidable Armin Mueller-Stahl), un húngaro nacionalizado norteamericano que ha sido acusado de crímenes contra la humanidad en Budapest durante la 2ª Guerra Mundial por el gobierno de los EE UU. Ann, de profesión abogada, decide asumir la defensa de su padre. El dilema es: ¿qué haría una persona si supiera que su padre fue en el pasado un horrendo asesino, pero tiene la posibilidad de salvarlo al no presentar pruebas que le implican? Cuando planteo la cuestión a mis alumnos, todos (o un 90%) afirman que lo entregarían a la justicia... pero es que los adolescentes ven las cosas en términos de blanco y negro. ¿Qué harías tú, lector?
Existe otra película que plantea otro dilema, uno en que no hay tiempo para pensar, en que la decisión debe ser inmediata. Es "El buen hijo", dirigida por Joseph Ruben, película cuyo guión fue escrito por aquel Ian McEwan de hace años, perverso y retorcido, un tipo que te agarraba las tripas y no te las soltaba. En este caso, una madre sostiene en un precipicio a dos niños con sus dos manos. Uno es su propio hijo, Macaulay Caulkin, del que acaba de descubrir que mató a su hermano cuando era un bebé; el otro, su sobrino, Elijah Wood. Como no tiene fuerza suficiente y se le van escurriendo de las manos, tiene que elegir salvar a uno y soltar a otro, pues de lo contrario caerán los dos al vacío. Es una escena potentísima, y no diré el final. En ambos casos, ¿qué podrá más, la sangre o la justicia?
Pero la elección más cruel, más bárbara, y desgraciadamente es posible que esté basada en un hecho real, es la de "La decisión de Sophie" de Alan J. Pakula. En la entrada de un campo de concentración, Auschwitz, creo, un oficial de las SS obliga a una madre a elegir que sobreviva uno de sus hijos, pues de lo contrario, morirán los dos inmediatamente. La mujer, Meryl Streep, toma una decisión. Hay decisiones que te marcan, que te acosan durante toda tu vida.
Como anécdota con respecto a "La caja de música", el guionista, un húngaro apellidado Eszterhas, sufrió en sus carnes lo que él había ideado en la ficción: su padre fue acusado de crímenes contra la humanidad en loss días que reflejaba la película cuyo guión redactó. A veces el azar nos juega unas muy malas pasadas.

martes, 3 de marzo de 2009

Una sugerencia a Feijóo




El domingo pasado más de uno nos quedamos de piedra, lo reconozco: las dos elecciones me dejaron un regusto muy amargo, en un caso por una derrota inapelable, y en el otro por esperar más. Lo único positivo fue un resultado futbolístico, qué se le va a hacer.


Más tranquilo, me puse a pensar en el futuro presidente Feijóo, en su campaña de austeridad y regeneración moral (¡con la que está cayendo en Madrid!), y se me ocurrió una única sugerencia: señor presidente, si quiere limitar los gastos, no haga como han hecho todos los gobiernos del PP, es decir, premiando a los sectores privados en detrimento de los públicos, y empiece por algo fundamental, que es la eliminación inmediata de las diputaciones. Sí, las diputaciones, esas guaridas de nepotes que duplican poder y gastos absurdamente, esos reinos de taifas en que campan a sus anchas personajillos como el impresentable de Baltar (que es sabido que tiene a toda su familia empleada en ella... ¡y luego hablan del caciquismo del bipartito!). Daría cualquier cosa por ver a los presidentes de la diputación, esas dinastías seglares de papanatas, a todos sin excepción, en la rúe. Ya sabe, señor Feijóo. Sea intrépido y original. Imagínese el ahorro del erario, mayor aún que si vendiese el famoso cochecito de Touriño, sí, no flipe. Hágalo y prometo que en las próximas elecciones me pensaré unos instantes si votarle, para luego votar al oponente.


Por otro lado, la parte más positiva de Feijóo es justamente que pertenece al círculo de Rajoy, es decir, el ala teóricamente moderada (bueno, ¿fue moderado Rajoy la anterior legislatura?). Lo digo porque este primer éxito de un producto marianista le dará fuerza con respecto a los halcones del País Vasco y Madrid, y quizá poco a poco pueda ir eliminando los resabios totalitarios del aznarismo para crear una derecha civilizada y moderna que no nos los ponga de corbata cada vez que abran la boca.


Felicidades por su victoria, señor Feijóo. Gobierne para todos los gallegos, apoye los sectores públicos, que son los que dan prestigio a un país, y hágame caso: fuera diputaciones.

domingo, 1 de marzo de 2009

Estos días azules...

"Estos días azules / y este sol de la infancia"
Antonio Machado cruzó la frontera francesa ligero de equipaje. Días después falleció en Collioure. En un bolsillo se le hallaron esos dos versos, los últimos que llegó a escribir, el inicio de un nuevo poema que, sin lugar a dudas, querría contrastar la belleza de un día soleado con la amargura del destierro, del derrumbe de las esperanzas de media España. "Este sol de la infancia" me resulta especialmente evocador. La infancia es el refugio de la tristeza para algunos, aunque a veces también es el puro origen de la melancolía, la conciencia del paraíso perdido; la infancia es ese tiempo en que todo era más azul, más verde, más blanco, el mar sabía de otro modo, los días eran infinitamente largos, la risa campaba a sus anchas.
Esta foto, posiblemente sacada en el verano de 1963 en la playa de As Sinas, resume a Machado, nos resume a todos, especialmente a los míos. Jose, José carlos, Susana, Fran y Reyes, hermanos y primos, primos y hermanos, sentados en la roca desde la cual aprendimos todos a lanzarnos de cabeza, a dar ese salto imponente que suponía enfrentarse al miedo a nadar. No hay atisbo de tristeza. Era uno de aquellos días azules incontables, bañados por aquel sol perdurable de la infancia.

(A todos los que estáis en la foto y a los que estaban fuera del foco)